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Voto de Víctor Manuel Mirete Ramallo:
9
Serie de TV. Intriga Serie de TV (2017). 8 episodios. Desde su cabaña remota en las montañas de Montana, entre los años 1978 y 1995, el matemático y terrorista Theodore Kaczynski (Paul Bettany), apodado "Unabomber", envió por carta 16 bombas a diferentes objetivos, como protesta por la sociedad moderna industrializada y la destrucción de la naturaleza. Las bombas de Kaczynski mataron a tres personas e hirieron a otras 23. El agente del FBI Jim Fitzgerald ... [+]
17 de julio de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de la humanidad podría segmentarse por el crimen. Cada época y cada civilización tenía un modus operandi y unas particularidades a la hora de fabricar sus crímenes, pero, lo más importante es el motivo. Eso que incita a un particular a querer cambiar el mundo, a manifestarse y a convertir una de las máximas de Maquiavelo en una doctrina: el fin justifica los medios.
El cine y las series actuales han cambiado, y ahora reconocen el hecho de que el antihéroe juega un papel fundamental en nuestra psicología y en nuestra realidad. El conocido síndrome de Estocolmo ha girado una vuelta de tuerca más, y ahora, somos capaces de ver más allá del crimen a una persona que trata de buscar un motivo para constituirse.
El sistema. Eso que nos hace libres y que a la vez nos ata. La tecnocracia, la alienación y la vanidad nos tratan del mismo modo. Manhunt: Unabomber ahonda en esos conceptos de una forma apasionante y disyuntiva. Además consigue despertar el interés procesal desde un punto de vista que a menudo pasa a un escalón inferior en el cine; el del analista del FBI.
Y es que, en definitiva, cada acto que perpetramos deja un rastro o cientos de ellos. Depende de los ojos que miren y de cómo miren para interpretar todas esas pruebas e indicios que alguien ha querido hacernos llegar. Por tanto, la comunicación lingüística, concepto pionero en la investigación policial de los noventa, juega el papel más fundamental para la consecución del crimen y resolución del caso; convirtiendo algo engorroso y académico en un trepidante juego de cartas (bomba), nunca mejor dicho.
Unabomber. Basada en hechos reales, es, pese a pequeñas fisuras argumentales y escenas algo superfluas y comerciales, un derroche discursivo y narrativo que trata al espectador de forma inteligente y clarividente.
Las dos líneas temporales que plantea son como relojes que se van sincronizando ingeniosamente hasta confluir en un todo uniforme, tremendamente seductor y adictivo. La trama, al igual que el caso real, se desliza con deductiva intuición durante los ocho capítulos que dura la serie. En todo ese proceso, abruma el esfuerzo que Paul Bettany y Sam Worthington hacen por empatizar y adentrarse en su personaje. Ambos sublimes están cercanos al nivel de otros papeles como el de Mcconaughey y Harrelson en True Detective o Tennant y Colman en Broadchurch.
Por poner un pero, el lenguaje cinematográfico, salvo destellos de una fotografía muy simbólica (sobre todo cuando la escena se centra en Bettany, o lo que es lo mismo Kaczynski), no es excesivamente poderoso como para sacar del formato televisivo a esta serie, y quizás por eso haya pasado un tanto desapercibida respecto a otras similares como Mindhunter o las mencionadas anteriormente.
Víctor Manuel Mirete Ramallo
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