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Voto de Kyrios:
6
Acción La banda de moteros "Los Angeles del infierno" acude a una localidad en busca de una moto que les había sido robada por una banda rival. Perseguidos por la policía, uno de sus miembros es herido y cuando muere, su funeral se convierte en una orgía de drogas, alcohol, violaciones y todo tipo de tropelías. (FILMAFFINITY)
23 de junio de 2018
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Wild Angels (Ángeles del Infierno, 1966) se trate, nos guste o no, de una película mítica, especialmente en Estados Unidos, donde su estreno conllevó el boom de un subgénero cinematográfico conocido como Biker, donde los motoristas de diversos clanes son los protagonistas. Tampoco es que ninguna de las siguientes producciones del subgénero fueran realmente geniales, pero si tuvieron un impacto popular notable. Ángeles del infierno se trata de una película dirigida por el mítico cineasta Roger Corman, uno de los reyes de la serie B, y que con esta película lograría una de sus cumbres.

La película es claramente uno de los orígenes de Easy Rider (Easy Rider, 1969), el actor principal de la película es Peter Fonda, que sería protagonista en las dos obras y que obviamente recogería inspiración para la película siguiente. La fama se la ha llevado sin duda la película de Hopper, pero esto no quita que la obra de Corman merezca un visionado, porque aunque no llega a la calidad artística de la otra, si tiene algunas escenas realmente bien conseguidas.

El guión tuvo sus devenires, porque se cuenta que la notable figura de Peter Bogdanovich intervino, aunque asqueado con Corman, se bajo del proyecto a última hora, a pesar de que según cuenta él mismo, el ochenta por ciento del guión es fruto de su trabajo. Lo cierto es que el acierto de la trama no se encuentra en la complejidad de la trama, porque en realidad esta misma no tiene nada de especial: SPOILER . En realidad, el acierto del filme está, por una parte, en la naturalidad con la que describe la vida de los Ángeles del infierno, con sus costumbres y su forma de vida, así como en la naturalidad como se describe todo, sin recatar en la transgresión necesaria. No hay violencia o sexo gratuito, sino el que se ajusta simplemente a la trama y al modo de vida del clan. La conclusión es que en ocasiones la película parece más una obra documental que no una ficción.

La película es claramente hija de su época. La era del acuario, o la época Hippie en palabras que todos entendemos, fue un momento de convulsión y agitamiento total, y eso puede comprobarse muy fácilmente en el metraje. El eje tradicional de izquierda y derecha política se desfigura totalmente, mezclándose en el grupo de los Ángeles del infierno. Por una parte, la evidente simbología nazi de la que continuamente hacen gala, desde las esvásticas hasta las cruces de hierro, pero a la vez, también nos encontramos con un discurso aparentemente progresista, como por ejemplo, cuando en el funeral el personaje de Peter Fonda realiza un discurso donde acusa a la sociedad (no sólo al cura presenta, sino que también alude a la policía) de denegarles la ansiada libertad que tanto desean. Corman refleja bastante bien estos momentos de desequilibrio político, y consigue que el espectador se haga constantes preguntas sobre los Ángeles del Infierno, y el porqué de sus inquietudes. Corman no se decanta ni por la justicia ni por sus protagonistas, sino que simplemente se dedica a mostrar.

Sin duda, Ángeles del Infierno es una de las películas que hay que verla no en conjunto, sino con la fuerza de algunas de sus escenas. Porque sin duda, Corman es capaz de crear algunas imágenes muy potentes y por cierto, pictóricas, pues el color de la fotografía juega un papel clave. El inicio del filme, con las imágenes de Peter Fonda a lomos de su motocicleta y que serían copiadas posteriormente en Easy Rider son ya icónicas y ya desde un primer momento nos dan esa imagen de libertad que están buscando. Las peleas entre la banda de los Ángeles del infierno y una banda mexicano están coreografiadas de una manera muy estilizada, con un uso de la violencia muy particular, que incluso parece anticipar la violencia entre bandas de A Clockwork orange (La naranja mecánica, 1971). Aunque en otros momentos de la película la violencia es algo cotidiano, en estas secuencias de pelea nos encontramos con una violencia estética. Por último, podríamos citar la imagen del funeral con la bandera nazi, en una secuencia que ya ha pasado a la historia.

El problema principal es que la película por momentos parece que no tiene demasiado que contar, y no ayudan los numerosos minutos musicales en los que vemos a los motoristas ir de un lado a otro, y que sin duda parecen hechas con la única intención de rellenar metraje. Y a pesar de que hay algunas escenas inquietantes, en su conjunto el filme tiene bastantes problemas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kyrios
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