El paciente inglés fue la gran vencedora del 96 al alzarse con nueve oscars entre ellos el de mejor film del año. Se trata de una película romántica ambientada en África e Italia en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Son dos historias paralelas que se entremezclan y en las que se combinan el romanticismo con la intriga bélica y algunas dosis de suspense. En la primera historia una bondadosa enfermera se apiada de un desfigurado paciente británico al que cuida durante los últimos momentos de su vida en una vieja iglesia semiderruida. Allí conocerá su historia. La de un enigmático conde que se enamora de la esposa de un aviador inglés y con la que mantiene un apasionado romance.

Me recuerda mucho a Memorias de África porque guarda con ella muchas similitudes. Ambas están ambientadas en el continente negro. La de Pollack transcurre durante la Primera Guerra Mundial y la de Minghella durante la Segunda. Es también una historia de amor apasionada y triangular, incluso en ambos casos tenemos una avioneta y lavado de cabello incluidos. Sólo que en El paciente Inglés es ella la que le lava el pelo a él y en Memorias de África al revés. Se podría decir que El paciente inglés es la Memorias de África de los noventa, a mí personalmente me gustó más la de Pollack. Ambas tienen una excelente fotografía y sus responsables ganaron el premio de la Academia al igual que sus respectivas bandas sonoras.

En el apartado interpretativo destacaría el gran trabajo de Juliette Binoche y su oscar de mejor actriz secundaria arrebatado a Lauren Bacall en el último momento, la cara de Bacall fue todo un poema de indisimulado malestar durante la ceremonia de los premios. Ralph Fiennes también nominado demostraría que a pesar de su inquietante mirada también podía hacer de bueno. Pero el gran descubrimiento para mi fue la exquisita Kristin Scott Thomas, bellísima y sensual como ella sola.

La historia de amor resulta creíble y conmueve gracias al buen hacer de sus protagonistas consiguiendo otro estupendo drama romántico que gracias a sus nueve oscars y múltiples premios quedará grabado con letras mayúsculas en la Historia del Cine.