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Voto de Federico_Casado:
7
Fantástico. Acción. Bélico. Aventuras Antes de ser Wonder Woman (Gal Gadot) era Diana, princesa de las Amazonas, entrenada para ser una guerrera invencible. Diana fue criada en una isla paradisíaca protegida. Hasta que un día un piloto norteamericano (Chris Pine), que tiene un accidente y acaba en sus costas, le habla de un gran conflicto existente en el mundo [Primera Guerra Mundial]. Diana decide salir de la isla convencida de que puede detener la terrible amenaza. ... [+]
23 de junio de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No quiero ponerme especialmente sesudo, pero no hay que pensar mucho para darse cuenta que todos los superhéroes del cómic no son más que una trasposición moderna de la mitología de toda la vida: desde la helénica, hasta la romana, y por supuesto, la judeo cristiana. Personajes que poseen una fuerza más allá de lo humano, que controlan el agua, el fuego, el aire, que son capaces de volar... cosas que ya hicieron hace siglos Zeus, Hércules, Apolo, Hermes, Hefesto, Júpiter, Jesucristo. Tanto DC como Marvel han generado a toda esta galería de superhéroes "humanizando" lo más posible lo sobrenatural, como precisamente hacía la mitología grecorromana, haciendo que los dioses tuvieran pasiones humanas, aunque estuvieran separados de las limitaciones físicas (y normales) de cualquier persona.

Por eso no es de extrañar que si en Marvel una auténtica divinidad nórdica del Valhalla forme parte de su plantilla -y de los Vengadores- (Thor, el Dios del Trueno, nada más y nada menos, el hijo mismo de Odín, el padre de los dioses...), en DC sea una hija de Zeus y de Hipólita, reina de las amazonas, un miembro destacado del supergrupo llamado La liga de la Justicia.

Este personaje -igual que Zatanna o el Capitán Marvel (versión DC), está más cerca de la mística que de la ciencia, ya que Supermán pertenece a una raza extraterrestre y sus poderes se deben a una radiación especial, Batman en realidad no tiene poderes pero tiene una gran inteligencia que le consigue aparatos, estategias, Flash sufrió un accidente de laboratorio que le dio supervelocidad y Linterna Verde heredó sus poderes de una raza extraterrestre que le dio un anillo capaz de materializar su propia voluntad.

Porque aquí, hablamos de magia señores. Hablamos del Olimpo, de Zeus, de su hijo el malvado Ares, Dios de la Guerra, y de la creación de una raza de guardianas de la paz, las Amazonas, que son aguerridas defensoras de la humanidad con poderes increíbles. Y esto, o te lo crees, o mejor que te salgas de la sala, porque es lo que hay. Claro que si te puedes creer que un hombre vuele, lance rayos por los ojos, vea a través de las cosas o corra a supervelocidad ¿por qué no que una mujer superpoderosa esquive balas con sus muñequeras, salte tres kilómetros de una vez o tenga un lazo mágico ante el que no se puede mentir? El problema de este "pacto" argumental que el espectador tiene que hacer para entrar en la historia, es que hay una serie de fisuras -¿son las amazonas inmortales? ¿por qué si reciben un balazo, mueren? ¿no envejecen?...- que en algunos casos pueden hacernos sentir incómodos, sobre todo porque hay cierta incongruencia. Pero si conseguimos obviar estos pequeños detalles y nos dejamos meter en la historia, nos encontramos con una película muy disfrutable, preciosa y con un tono épico que funciona la mar de bien.

En la paradisiaca isla de Temiscira, las amazonas no dejan de entrenarse como feroces guerreras. Entre ellas, Diana, la hija de la reina Hipólita está deseando aprender a luchar, pero su madre intenta por todos los medios que se olvide de cualquier contienda, a pesar de que todas han nacido para defender al hombre de la violencia y el mal. Pero cuando un piloto norteamericano en mitad de la Primera Guerra Mundial llega hasta la costa de la Isla huyendo del ejército alemán, las amazonas no tendrán más remedio que involucrarse, mandando a la propia Diana a frenar esta Guerra...
Con este sugerente planteamiento, que encaja con cierta premisa argumental que ya vimos en "Batman Vs. Supermán", y que seguiremos encajando en la próxima "La Liga de la Justicia", veremos a Wonder Woman -o lo que es lo mismo, a la princesa Diana de Temiscira- desarrollándose como heroína, desplegando todas sus habilidades suprahumanas para defender el bien, la justicia y la bondad. Si Supermán viene de Krypton, Diana viene de la mitología griega, y si nos creemos uno, pues ¿por qué no vamos a creernos a la otra?

Creo que ha sido un gran acierto contar con Patty Jenkins en la dirección, porque ha dotado a la película de una personalidad propia, respetando el peculiar tono que Warner (y Zack Snyder) ha impreso a esta cadena de adaptaciones de los personajes de la DC; manteniendo el tono oscuro, se han incluido unas pinceladas humorísticas muy bien ubicadas, así como un desarrollo del personaje principal, al que se dota de cierta humanidad. Porque, no nos engañemos, la Wonder Woman de DC -creada por William M. Marston- siempre fue un personaje de segunda, comparado con Supermán o Batman. Eso sí, desde que se integró en La liga de la Justicia, ganó bastantes puntos. Pero en cine, habiendo llegado justo después de Supermán y Batman, el guión escrito por Allan Heinberg sobre una historia de Zack Snyder, Allan Heinberg y Jason Fuchs, no está nada mal. Y también merece la pena destacar la banda sonora creada por Rupert Gregson-Williams, especialmente el tema principal, que identifica rápidamente al personaje de la misma manera que ya se hizo con el hombre de acero y con el caballero de la noche. Este compositor, y formado -al igual que su hermano de Harry Gregson-Williams- a los pechos de Hans Zimmer, seguramente ha hecho el trabajo de su vida, por el que será recordado, como lo fue en parte Williams con la partitura de Supermán o Elfman con la de Batman.
(SIGUE EN SPOILER SIN SPOILER POR FALTA DE ESPACIO)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Federico_Casado
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