Gangster Squad es la propuesta de Ruben Fleischer, director de "Zombieland", para volver a explotar un género que entusiasma desde hace décadas y que reúne las miradas de casi todos los adictos al cine. Desde bien pequeñito he seguido películas de época con gangster y policías que no aceptan corrupción alguna. Esta no iba a ser menos. Lo malo en esta ocasión es que prácticamente todo lo que tiene que decirnos la película se encuentra en el cartel y el trailer. Su reparto, de lujo, y su grandísima campaña publicitaria han encubierto poco a poco las deficiencias de la película, un intento de homenaje (o copia) de clásicos como "Los intocables de Elliot Ness" que no pasa de eso, un intento fallido, si me lo permiten. La película da demasiados pasos en falso a pesar de que su eje central estaba ya más que masticado a lo largo de la historia del séptimo arte.

Josh Brolin, Ryan Gosling, Nick Nolte, Emma Stone y, sobre todos ellos, Sean Penn, ponen los dientes largos a cualquiera. Todos ellos, protagonistas y secundarios admirables, cumplen con sus tareas, sin destacar fervientes actuaciones, pero haciendo la película mucho más llevadera entre cortes inexplicables de escenas y otras que parecen demasiado gratuitas. El director parece utilizar la misma fórmula que en su anterior película; si él disfruta filmando, los actores disfrutan con la acción y un frenesí de escenas de violencia, ¿por qué no va a disfrutar el público? La diferencia es que esto no es una comedia sobre zombies, amigo mío. A todo esto podemos sumarle una ambientación y vestuario más que admirable, sinceramente, puede que sea lo que más me haya gustado de la película.

A pesar de ello, los intentos de estética colindante con el cómic que aparecen en muchos puntos puede dar lugar a dudas de si el director sabe lo que hace. Con ello me refiero a que si una técnica logras explotarla durante todo el film o basar este en dicha técnica, el resultado final será, cuanto menos, más interesante que si te dedicas a intentar meter detalles en slow-motion o algo parecido a planos secuencia, donde lo digital escupe la pantalla con resultados inseguros, en ciertos puntos de la película cuando nadie espera algo así. Muchos creerán que es una valentía, en mi opinión, esos momentos son más deslices de la película. Otro gallo cantaría si la película hubiera tomado ese atractivo a pequeñas pinceladas desde un principio y no a brochazos. Palabra de un chico al que le chiflan el slow-motion y la estética cómic.

Supongo que esos brochazos no están para otra cosa que no sea camuflar las deficiencias del guión. Tiene todo lo que puede pedir una película de gangster; el malo malísimo, la brigada de policías atípicos y honrados, la rubia explosiva (pelirroja en este caso), el narcotráfico y las apuestas. Topicazo tras topicazo, dejando en bandeja el final desde los primeros compases de la película. Para poner la guinda, sus intentos de mitificar frases cortando las escenas en las que las conversaciones pueden ponerse interesantes me hacían dar un salto de la butaca para pasar a echarme las manos a la cabeza.

Dejando mis discrepancias con el director y los guionistas, la película está claro que venderá. La cantidad de estrellas que han reunido y su puesta en escena disfrazan una película simple pero que desempeñará su labor de entretener para la mayoría. No es, ni mucho menos, lo que me esperaba, quizá el fallo es que recuerda demasiado a otros clásicos pero no está a la altura de ellos en casi ningún aspecto. Lo siento Hollywood, pero esta vez no ha colado.

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