He visto series malas, muy malas y luego esto. Partiendo de un guion ya de por sí sin sentido alguno, nos encontramos con una actuación digna de una obra teatral infantil. En cuanto a la fotografía, solo vais a tener que ver el despacho del magnate para que se os quiten las ganas de seguir viéndola. Podemos hablar también de los fantásticos diálogos en inglés (nótese la ironía)…

A todo esto, si le sumamos la gran idea de sus creadores abertzales de utilizar la música de un grupo proetarra como es cortatu para la BSO del último episodio, consiguen hacer una de las series de peor calidad de los últimos años.

AE