Sin ser de las más punteras ni más recordadas cintas de aventuras de esa década, no deja de ser un pequeño clásico. De esas que uno vio de niño y disfrutó mil veces con sus personajes, acción (que en el fondo no tiene demasiada) y su buen sentido del humor. Es de esas que a fuerza de ver mil veces en televisión y en el viejo VHS, me la terminé aprendiendo de principio a fin. Y eso que, en el fondo, es una copia camuflada y muy descafeinada de Indiana Jones, personaje al que no le llega ni a la suela de los talones. Pero está clara su influencia, aunque Douglas no tenga ni de lejos el mismo carisma que Harrison Ford.
De todas maneras, la película de Zemeckis (casualmente siempre lo hemos podido considerar discípulo de Spielberg, al que le hace un descarado guiño sacando un barco que se llama “Orca”) es más realista y aporta comedia y romanticismo, quedando como una historia con personalidad propia en la que los personajes y el humor importan tanto como la aventura, que en gran parte del film queda un poco en segundo plano. Es más, si nos fijamos bien, nunca nos explican de dónde viene “el corazón” o quienes fueron los que lo ocultaron y para qué. ¿Quién querría deshacerse de semejante joya? Pero no es un fallo de la película, sino que es el “macguffin”. Solamente podemos darnos cuenta de que el argumento tiene ese agujero cuando la hemos visto muchísimas veces. Ah, y eso de llamarlo corazón verde en el título, será por si somos ciegos y no distinguimos su color, porque en el film no lo dicen. Claro que, para los traductores de títulos en España, sería muy difícil trasladar literalmente el original, que quedaría un poco raro.
Otro factor clave de la película es la presencia de Danny DeVito. La mayoría descubrimos a este gracioso actor aquí. Su baja estatura y peculiar aspecto, quedan complementados con un carisma y gracia que le han acompañado en toda su carrera, de manera que cuando ha hecho papeles serios no queda demasiado creíble.
En cuanto a Kathleen Turner, hizo pocos éxitos más. Aparte de la segunda parte y “La guerra de los Rose” (con sus dos mismos compañeros de reparto), muy pocos éxitos más tuvo esta mujer. Su personaje es la típica persona del montón que se ve envuelta en una aventura por casualidad. Es el arquetipo de muchas historias de aventuras.
La dirección buena, porque es de Zemeckis, que hasta con sus películas menores siempre hace un buen trabajo. Tiene buen ritmo y combina muy bien el humor con la aventura y el romanticismo, sin llegar a destacar exageradamente en ninguno de ellos.
Pero lo que pasa es el factor nostalgia de los 80, que a los que crecimos en esa década y veíamos cientos de veces este tipo de películas porque no teníamos tanta oferta como ahora, siempre nos gustan quizás un poquito más de lo que se merecen.
Por cierto, que el estilo “ochentero” se nota por doquier, y por supuesto en la música de Alan Silvestre, muy electrónica y con saxofón y guitarra eléctrica, algo muy habitual en esa época.
Curiosidad: Colton es capaz de encontrar al cocodrilo después de que este entre en el mar. Ahí lo llevas, aunque hay que reconocer que Indiana Jones hace cosas más increíbles que este vil imitador.
Nota real: 6,5. Le pongo el 7 por el factor nostalgia.