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España España · Córdoba
Voto de i42poloj:
9
Bélico. Drama En lo más crudo de la Primera Guerra Mundial, dos jóvenes soldados británicos, Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman) reciben una misión aparentemente imposible. En una carrera contrarreloj, deberán atravesar el territorio enemigo para entregar un mensaje que evitará un mortífero ataque contra cientos de soldados, entre ellos el propio hermano de Blake.
10 de enero de 2020
378 de 493 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pensaba que Sam Mendes era un director muy sobrevalorado hasta que he saboreado esta película rodada en plano secuencia entera. Vale, hay truco con algún fundido a negro, pero da igual. Aunque en pleno siglo XXI es posible hacerlo todo en el cine, y esto tiene menos mérito que cuando Hitchcock hizo su soga con James Stewart, ello no quita que como cinéfilo, disfrute extraordinariamente de esta técnica cinematográfica.
Gracias a esta forma de rodar, estamos hombro con hombro con estos soldados en su épica peregrinación bélica. Lo único que tienen que hacer es ir del punto A al punto B, pero por el camino pasa de todo. Y Mendes lo hace tan bien, que nos mete en la película como pocos son capaces de hacer.
Además, la intensidad de la historia es fuerte. El género bélico permite disfrutar del cine de forma proporcional a lo mal que lo pasan los personajes. En este sentido, “1917” puede codearse perfectamente con el soldado Ryan y otros grandes clásicos como “Apocalypse now”. Puede que las secuencias de guerra pura no sean las más espectaculares de la historia, pero el conjunto, que no deja de lado tampoco el estilo particular de Sam Mendes, es francamente satisfactorio.
El cineasta tiene tiempo de contarnos una aventura que puede gustar a espectadores casuales, pero también de explayarse en una fotografía impecable, que es pura poesía visual. Curiosamente los momentos de mayor impacto en esta línea, son los más tranquilos y silenciosos. Aunque también hay otros dignos de estudiarse en escuela de cine, como por ejemplo la escena nocturna iluminada con bengalas.
El otro gran pilar de esta maravilla lo forman sus actores, especialmente el protagonista, el casi desconocido George MacKay, que claramente va a dejar de serlo para labrarse un gran futuro, si no tiene muy mala suerte. Su interpretación es descomunal, y a la altura de las circunstancias de tener una cámara que prácticamente no deja de seguirle en todo el metraje.
Quizás peca Mendes en algunos tiempos muertos, donde se le va la mano con los silencios y a veces se llega a romper totalmente la tensión, como por ejemplo con esa canción religiosa o en algún otro cierto momento más. Tampoco me ha parecido gran cosa la banda sonora original. Pero eso son fallos muy menores dentro de una película excelente.
i42poloj
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