Haz click aquí para copiar la URL
España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
9
Acción. Aventuras. Drama En el año 180, el Imperio Romano domina todo el mundo conocido. Tras una gran victoria sobre los bárbaros del norte, el anciano emperador Marco Aurelio (Richard Harris) decide transferir el poder a Máximo (Russell Crowe), bravo general de sus ejércitos y hombre de inquebrantable lealtad al imperio. Pero su hijo Cómodo (Joaquin Phoenix), que aspiraba al trono, no lo acepta y trata de asesinar a Máximo. (FILMAFFINITY)
22 de diciembre de 2010
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ridley Scott dirige a Russell Crowe (oscarizado por esta actuación) y a Joaquin Phoenix (que vuelve a dejar claro que es uno de los mejores actores de nuestra generación) en la que es posiblemente la mejor película épica de los últimos tiempos. Para mi gusto, superior a 'Braveheart' y obviamente también a 'Troya' y 'Alejandro Magno'.

Ridley Scott es uno de esos irregulares directores a los que todo se les perdona porque se han ganado el cielo dirigiendo obras maestras. Scott lo hizo con 'Blade Runner' y, en menor medida, también con 'Alien, el octavo pasajero'. Aquí vuelve a subir a los altares y se casca dos horas y medias absolutamente imprescindibles. Bebiendo del tono de color de las mejores películas épicas (ahí la cagó en 'El reino de los cielos'), Scott construye un imperio asombroso sin dejarse detalle alguno. Lo llena de personajes bien diseñados con unas funciones claras dentro de la trama (que sí, que eso es el guión, pero que si te dan unos personajes de la hostia y no los ubicas bien, la cagada es aún mayor). El director mueve la película de manera que nos parece estar viéndola casi a tiempo real, y magnifica las escenas más emotivas con absoluta maestría.

Russell Crowe ganó el Oscar arrebatándoselo a Tom Hanks por 'Náufrago'. Fantástico el señor Hanks en aquella, pero el personaje de Máximo Décimo Meridio es sin duda alguna superior. Construido desde un guión sólido y una dirección firme, Crowe lo evoluciona hasta el límite. Se convierte realmente en uno de los personajes más carismáticos del cine épico, y teniendo en cuenta la gran competencia que hay, eso es algo muy meritorio. La ya legendaria frase de: "Me llamo Máximo Décimo Meridio, comandante de los ejércitos del norte...", es parte de la historia del cine como aquella de: "¡Puede que nos quiten la vida, pero jamás nos quitarán la libertad!" que suelta un Mel Gibson en estado de gracia con la cara pintada en esa maravillosa película que es 'Braveheart'.
En el otro lado del ring tenemos a Joaquin Phoenix. Ese "César" despiadado y con mente de dictador del que llegamos a creer que es capaz de hacer cualquier cosa. La conversación con el jóven Spencer Treat, con esas miradas asesinas a Connie Nielsen, hablando entre dientes, es realmente inquietante.

Los papeles de "tercer nivel", fantásticos desde el primero hasta el último. Tal vez el más carismático sea Djimon Hounsou, pero son Derek Jacobi y Oliver Reed quienes sobresalen un poco por encima del resto.

Resumiendo, que es gerundio: La película se basa en un guión poco original de caída y renacimiento, y a partir de ahí envuelve la historia con elementos que, pese a parecer innecesarios, son totalmente imprescindibles. Ridley Scott maneja lo que tiene en sus manos como mejor sabe, y las actuaciones dan un punto extra a una fantástica película de dos horas y media que se ve perfectamente del tirón y que no aburre ni un solo minuto. Asombrosa.
Grijander
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow