Como he puesto en el título aún hay películas que te sorprenden, para bien.

Una buena película española con ritmo ligero, trepidante, donde te mantienes en tensión y con la incertidumbre y la angustia por saber qué va a pasar y por qué.

Cuando acabas de verla te rondan muchas preguntas por la cabeza y es difícil olvidarla. Da mucho que pensar sobre la ética, el comportamiento y sobre lo que está bien y lo que está mal.

Planos desde atrás, siguiendo al personaje, para conseguir ponernos más en la piel del doctor Jaime Jiménez (José Coronado). Logrando así que experimentemos la rabia y la ira que siente y la impotencia por alcanzar justicia, a su manera, por la gran paliza que ha recibido su hijo.

Los silencios son los otros protagonistas de la película donde una mirada vale más que cualquier palabra. Donde se palpa la tensión, el nerviosismo y la angustia.

Aquí no todos los buenos son tan buenos y los malos son tan malos. Consigue, con pequeños giros de guión, que no sea todo tan predecible y llegar a sorprender y desconcertar al espectador a partes iguales.

Es una película dura y a la vez sobrecogedora que no deja indiferente a nadie durante su proyección y todavía aún más cuando acabas de verla.

José Coronado está espléndido, maravilloso y magnífico en su papel. Estoy segura que si no llega a ser por la nominación al Goya de Antonio de la Torre por "El Reino", se hubiera llevado él el premio este año. Está estupendo.

Tu hijo, un buen thriller que pasó bastante desapercibido en la cartelera cuando se estrenó. Gracias a la época de premios y a sus pocas nominaciones puntuales, captó mi curiosidad. Hubiera pagado gustosamente mi entrada de cine por verla (la vi hace unas semanas en Netflix). Animo a todo el mundo a que la vea.

Y si ya la has visto, te hiciste ésta pregunta al acabarla: "¿Y tú que habrías hecho por tu hijo?"