Bueno, pues sí. El artero lagarto es el tío que se ha atrevido a retomar las aventuras de Spiderman desde el principio por toda la cara. Se puede entender que se haga una especie de remake de una peli antigua pero que a los 10 años un tío te vuelva a contar lo sabido es de pelmas si encima lo hace mal. Muy mal. Para presentar al Lagarto no tenía que volver a contarnos la historia, no era necesario. Podía muy bien haber continuado las aventuras de Spiderman como sucedía en los comics, creando intriga y novedades. Esa hubiera sido la empresa a elogiar, y no esta memez.

Porque en las de Raimi, Peter Parker es un buen muchacho, sí, un buen muchacho, de los que escasean por desgracia. Y aquí, Peter Parker es un chulín. Un vacilón tontaina. Pero vamos a ver...: ¡Que Peter Parker saca telarañas de su muñeca de forma natural! ¡Las segrega! Esa es la historia, por eso le picó una araña radioactiva, para sacar telarañas de la muñecas poniendo los cuernos con los dedos; nada de ponerse aparatitos expulsores de hilillos pegajosos en la muñeca. Eso es falso. Parece un artilugio de los huevos Kinder y no vale para este tipo de películas.

El Lagarto está bien, pero el Lagarto ya estaba presentado en las de Raimi como el profesor de Universidad manco. Coño, como en el comic..., tenía que haberlo aprovechado. ¿Qué pasará cuando aparezcan Kingpin o el Buitre? ¿Nos volverás a contar la historia otra vez, pelmazo?

No se puede hacer cine reseteando todo lo que sale porque habrá quien lo aplauda pero otros lo verán, al menos, algo chapucero, oportunista y falto de ganas o de ideas. Yo me quedo con el Peter Parker de Raimi, trabajador, honrado, que busca su trabajo aguantando la tiranía de sus jefes sin llorar, no como éste que se va a cenar a casa de la novia una trucha a la navarra que hace la madre con toda la ilusión y encima va el tío y le contesta al suegro y todo y monta una bronca de la leche. La clase y la categoría de las de Raimi las supera en todo. ¡Cómo me he acordado de la verdadera tía de Peter! Tenía escenas inolvidables cómo cuando la tía se entera de la muerte de su marido ¡Y cómo me he acordado de JJ Jamenson! ¡Y de su apartamento con la muchachita que le traía tarta de chocolate!

No me ha gustado a pesar de las grúas y del Lagarto. Inútil presentación que hace añorar todas las anteriores. Por lo menos ha servido para comprobar lo bien que estaban las de Raimi y lo que valen.