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Voto de floïd blue:
5
6,0
8.963
Comedia. Drama. Romance
Dan Burns (Steve Carrel) es un reputado columnista en un periódico en el que ofrece consejos para la vida diaria. Paradójicamente, su propia vida es un caos: viudo y con tres hijas, es incapaz de establecer una relación, y vive del recuerdo de su esposa fallecida y dedicado por completo a sus niñas. Todo empieza a cambiar cuando, durante una reunión familiar, conoce a Marie (Juliette Binoche), la nueva novia de su hermano menor, Mitch (Dan Cook). (FILMAFFINITY) [+]
9 de febrero de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy bastante indulgente con este tipo de comedias romanticonas americanas que aunque sean del género tonto, las valoro. En este caso de Cómo la vida misma me pasa al revés. Me he dado cuenta que en realidad es una tontería mayúscula y no tiene ningún valor porque en concreto es increíble de todo punto, no porque sean escenas imposibles, sino porque es una chorrada del tamaño línea del transiberiano.
Estas cosas que nos presentan pasarán pero ese universo familiar se me antoja una burbuja falsa. La situación es de amoríos secretos pero rayando el sueño de una noche de verano; aún así, en vez de condenar la película tajantemente, me ha parecido bastante asequible y llevadera y la he aguantado con facilidad. Por tanto comprendo que haya gustado a un montón de gente.
Estas cosas que nos presentan pasarán pero ese universo familiar se me antoja una burbuja falsa. La situación es de amoríos secretos pero rayando el sueño de una noche de verano; aún así, en vez de condenar la película tajantemente, me ha parecido bastante asequible y llevadera y la he aguantado con facilidad. Por tanto comprendo que haya gustado a un montón de gente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sólo al final me he dado cuenta de la razón de lo absurdo de la película: los personajes. Me han caído mal todos menos el hermano del que fue virgen hasta los 40, personaje interpretado por Dane Cook, el único con una base creíble y un comportamiento aceptable.
Un viudo con 3 hijas se enamora de la novia de su hermano y empieza a sufrir un calentón de órdago. La mujer juega a ver qué pasa como quien no quiere la cosa y se deja querer por turnos, más o menos.
En concreto se presenta una familia que come, duerme, juega y pasa el tiempo a lo tonto como si fueran los únicos seres conscientes del universo. El resto del mundo que hay son unos libros y un policía clavado en la misma cuneta de la carretera de por vida.
La novia del hermano enamorada del otro es una meretriz de cuidado, en tiempos del cine negro la mujer que jugaba a dos barajas se llevaba un tiro a la primera, aquí se lleva dos triunfos y canta las 40. El hermano no se entera de nada pero las 3 hijas del viudo se dan cuenta a la primera que su papi está detrás de la novia de su tío. Que ella va al baño, va él al baño. Que ella está en la habitación, él está en la habitación. Qué está en la cocina pues en la cocina los dos, así todo el rato, pero luego por la noche, claro, la tía se acuesta con el novio y supongo que tendrá que cumplir…
Y el hermano tendrá que aguantar. La familia es happy family, una unidad de concordia, buen hacer, amabilidad y ejemplo de cómo unificar criterios. Los padres, los cuñados, las hermanas, las hijas… etc, son todos iguales. Todos el mismo carácter, todos el mismo humor, todos igual de participantes, todos igual de buenos, todos igual de gilipollas, todos iguales, todos escuchan abstraídos al pobrecito del hermano, con la boca abierta y la baba colgando… Y las hijas igual. Son tres pero como la Santísima Trinidad, una misma hija, el Misterio hecho carne. Dicen lo mismo, siempre de acuerdo, siempre juntas… En fin, todo increíble de wonderfull.
Al final, se escapa la pareja a la bolera y… aparece toda la familia en la bolera y los pillan. Era lo normal porque la película ya se acababa y no da para más jueguecitos. Pero bueno, la ves, y si quieres… te lo crees mientras dura la película porque no es cargante y como todo da igual queda pasable.
Un viudo con 3 hijas se enamora de la novia de su hermano y empieza a sufrir un calentón de órdago. La mujer juega a ver qué pasa como quien no quiere la cosa y se deja querer por turnos, más o menos.
En concreto se presenta una familia que come, duerme, juega y pasa el tiempo a lo tonto como si fueran los únicos seres conscientes del universo. El resto del mundo que hay son unos libros y un policía clavado en la misma cuneta de la carretera de por vida.
La novia del hermano enamorada del otro es una meretriz de cuidado, en tiempos del cine negro la mujer que jugaba a dos barajas se llevaba un tiro a la primera, aquí se lleva dos triunfos y canta las 40. El hermano no se entera de nada pero las 3 hijas del viudo se dan cuenta a la primera que su papi está detrás de la novia de su tío. Que ella va al baño, va él al baño. Que ella está en la habitación, él está en la habitación. Qué está en la cocina pues en la cocina los dos, así todo el rato, pero luego por la noche, claro, la tía se acuesta con el novio y supongo que tendrá que cumplir…
Y el hermano tendrá que aguantar. La familia es happy family, una unidad de concordia, buen hacer, amabilidad y ejemplo de cómo unificar criterios. Los padres, los cuñados, las hermanas, las hijas… etc, son todos iguales. Todos el mismo carácter, todos el mismo humor, todos igual de participantes, todos igual de buenos, todos igual de gilipollas, todos iguales, todos escuchan abstraídos al pobrecito del hermano, con la boca abierta y la baba colgando… Y las hijas igual. Son tres pero como la Santísima Trinidad, una misma hija, el Misterio hecho carne. Dicen lo mismo, siempre de acuerdo, siempre juntas… En fin, todo increíble de wonderfull.
Al final, se escapa la pareja a la bolera y… aparece toda la familia en la bolera y los pillan. Era lo normal porque la película ya se acababa y no da para más jueguecitos. Pero bueno, la ves, y si quieres… te lo crees mientras dura la película porque no es cargante y como todo da igual queda pasable.