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Voto de Victor M Lazaro:
8
Animación. Fantástico. Aventuras. Infantil La historia se centra en Sosuke, un chico de 5 años, y su relación con una princesa pez que ansía convertirse en un ser humano. Libre adaptación de "La sirenita" que obtuvo muy buena acogida de la crítica en el Festival de Venecia 2008.
11 de abril de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imagino a Miyazaki en su estudio, mirando por la ventana mientras se toma un té, con la mente en plena ebullición y plasmando en dibujos sus fantasías infantiles de manera magistral, llenas de colorido y de fragancias tradicionales, rebuscando en el baúl de los recuerdos anécdotas y cuentos que le inquieten, que le hagan soñar, y porqué no, con las que pueda ganar algún dinerito, seamos francos. Si hay algo que caracterice a Miyazaki es la regularidad. Ya les gustaría a muchos tenerla, más que nada porque su regularidad supone excelentes películas, a cual más original y portentosa, una detrás de la otra. He visto la mayoría de sus films y no hay momento durante el visionado de los mismos en los que no me encuentre transportado a mi infancia, hipnotizado por agradables recuerdos que afloran con cada imagen, con la música. Recordemos que en sus inicios Miyazaki participó en animes de la talla de Marco, Heidi o la Abeja Maya entre otros, sabe como tocar la fibra sensible.
Las historias de Miyazaki pueden ser consideradas más o menos infantiles, entiéndase que infantiles es bastante subjetivo si tenemos en cuenta dos cosas: primero que no son exclusivas de niños y segundo que los temas que abordan son tanto universales como coetáneos (degradación medio ambiental por ejemplo). No obstante, de Ponyo se puede decir que quizás tenga un contenido más dirigido a los peques ya que los protagonistas son del parvulario. No por esto se debe descartar para un público más madurito, todo lo contrario. Ponyo recuerda en muchos momentos a la Sirenita, de hecho se dice que se trata de una versión libre de dicha historia, ¡y tan libre! De todas maneras, los temas que podemos encontrar son la degradación de los océanos, el valor de la infancia y la vejez, el amor verdadero que bajo mi punto de vista Miyazaki intenta transmitir reflejándolo en el amor a la naturaleza.
Miyazaki vuelve a maravillar sacándose personajes nuevos de la manga, dotando de vida a elementos inanimados de nuestro entorno, criticando nuestra forma de vida a la vez que la alaba en su versión más pura e incorrupta. Ponyo tiene detalles que deben revisarse en posteriores visionados para poder apreciar todo el trabajo del autor, como por ejemplo toda la variedad de ictiofauna devónica que resucita y de la que sorprendentemente los protagonistas del relato saben bastante. Ahora sólo falta esperar al próximo alumbramiento imaginativo del dibujante japonés.

Un saludo
Victor M Lazaro
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