Ciencia-ficción, Tom Cruise... No tenía mala pinta. Pero después de un rato llegó el bajón. La introducción prometía. Pero pronto el tinglado empezó a hacer aguas por todos lados. No es que pida necesariamente hiperrealismo ni verosimilitud a una película de fantasía futurista, claro que no, pero sí que por lo menos me lo crea. Como lo del truco del ilusionista que aunque sepas que es una artimaña te deja preguntándote cómo lo ha hecho.
Porque al poco te percatas de que el argumento es demasiado endeble y un truco mal elaborado y decepcionante.
Ello se debió a una serie de preguntas que no pude evitar plantearme y que me ofrecieron una prueba de que esto no hay por dónde cogerlo. Las expondré en el spoiler, aunque supongo que otro se habrá adelantado. No las leáis si no habéis visto la peli.
Resultó que al buscar información sobre el director comprobé que era el mismo de la saga "Tron" (que ni me acordaba), el de la segunda película, y que hace tiempo me dio por poner la de 1982 y no muchos minutos más tarde, aburrida como una ostra, la quité. Aunque se trate de dos directores distintos, si la premisa es semejante entre una y otra, dudo que la de Kosinski me entretuviera mucho más (y ello en el supuesto de ser capaz de soportar la primera hasta el final).
No conozco otros trabajos suyos, pero hasta ahora opino que este realizador flojea muchísimo en los guiones, volcando el resto en el apartado visual. Y, como aclaré antes, no es que le pida peras al olmo, pero sí tragarme la historia que me están contando.
Lo que sí es la caña son los drones, que se me dan un aire a un R2D2 volador y con mucha más mala uva.