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El Salvador El Salvador · Klendathu
Voto de Especialista Mike:
6
Drama. Bélico Tragedia sobre las guerras civiles de Centroamérica en los años ochenta. Richard Boyle fue un reportero norteamericano que trabajó en El Salvador en este periodo. La conmoción que experimentó al descubrir por sí mismo ciertos aspectos de la realidad que ignoraba lo impulsó a comprometerse y a tomar partido. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2010
68 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como salvadoreño no reconozco en el film el país en el que crecí. No me refiero a la historia, que sí la recoge y al detalle [1]. Me refiero a la ambientación: el acento mexicano, un San Salvador irreconocible, etc. [2] Se trata de cine y es aceptable. El cine recrea, no refleja con exactitud.

Como salvadoreño, mi problema con la película de Oliver Stone es de identificación, algo casi esencial a las tramas del celuloide. No me identifico con los personajes. El protagonista Richard Boyle (James Woods) es norteamericano. Su amigo “Doc” (James Belushi) también. Y nada se presenta desde la perspectiva de salvadoreños, casi todos de reparto.

Unos amigos [3] me hicieron caer en la cuenta de que, en el fondo, la perspectiva de la película es norteamericana para un público norteamericano. La película cuenta la historia de El Salvador para todo el mundo, excepto para salvadoreños. Es decir, para que el espectador se sienta identificado con Boyle, un extranjero en mi tierra. En efecto, la trama consiste en cómo Boyle toma conciencia crítica del intervencionismo americano. Él apela a los principios democráticos que cimientan ideológicamente Estados Unidos frente a los funcionarios militares de su país. Aunque sea tildado de comunista [4], Boyle se considera un norteamericano auténtico. Oliver Stone también y de hecho apela a los mismos principios cuando Kevin Costner habla a la cámara (es decir, al público) hacia el final de “JFK” (1991), también un film de “America for americans”.

La voluntad de llegar a un público concreto es legítima. Incluso lo sobrepasa gracias a ideales más universales. Pero deforma en caricatura el contexto histórico para su asimilación en las salas de pop-corn. Una razón más por la que me parece extraña. En inglés, el país en cuestión no se llama “El” Salvador. Los villanos son muy machos, mal encarados e ignorantes. El agente de la CIA viste polos Lacoste color fucsia y “sweater” atado al cuello. Los médicos son viejas curanderas con supositorio en mano. Las mujeres son las mejores y más baratas del mundo, mas aman católicamente. Y un largo etcétera de tropicazos –perdón: topicazos.

Y hay que guardar las apariencias. El arzobispo Romero habla como un curilla acalorado [5]. Los guerrilleros son al principio idealistas a caballo y luego fanáticos armados [6]. Concesiones del director para que sus compatriotas asimilen mejor la tremenda crítica que les asesta.

La suma de “intenciones + tópicos” se apodera de la película y recorta lo que puede ser mejor cine. La sesión de fotos en El Playón debiera estar sin diálogos, pues las montañas de cadáveres deberían hacer a un superficial Boyle cuestionarse las cosas y no tanto el amor de una mujer [7]. La secuencia de la violación de las monjas también huele a artificial.

Cuando los malos son de plástico, ¿qué mal puede haber realmente? Cuando el dramatismo no se escatima, el mal se hace un tanto trivial. [8]

Citas en Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Especialista Mike
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