Zombies Party

Muchos y merecidísimos elogios ha recibido esta película en la mayoría de críticas aquí recogidas, con lo cual no me repetiré al respecto.

La mía es una breve contracrítica a los que reconocen pocos o ningún mérito a este trabajo del realizador Edgar Wright:

- Si todo aquello que no sea obra de los geniales Allen, Wilder, Marx o Lubitsch nos parece humor del malo sin más, efectivamente, "Shaun of the dead" es una excelente muestra de humor del malo. No sé cual es la naturaleza de mi sentido del humor, si es sano, enfermizo, deformado, etc, pero en este filme hay plasmados, bajo mi punto de vista, gags de gran factura, fruto de la mejor escuela británica.

- Un mezcla terror y humor es ¿patética? ¿absurda?... Adjetivos desafortunados si conocemos su significado y analizamos esta realización desde un punto de vista exclusivamente cinematográfico.
Un tal George A. Romero, personaje de larga y reputada trayectoria, destacó recientemente en Sitges, donde presentaba "Diary of the dead", que el cine de terror actual carece de humor, un contrapunto que enriquece sin ningún tipo de duda el conjunto.
Os recuerdo, por mencionar sólo algunas, la talla de obras como "El baile de los vampiros", "Un hombre lobo americano en Londres", "The Frighteners" o "Braindead". Incluso la novedosa y terrorífica "REC" incluye sus dosis de humor.

- La gente puntúa según su criterio, que me merece todo el respeto del mundo, y saben perfectamente lo que votan. Negar sin más, sin réplica escrita, la opinión opuesta es propio de necios. ¿Argumento asqueroso? Hay argumentos buenos, malos, simples, complejos, pero... ¿asquerosos? Como apunte final, y con pleno conocimiento, es clara la evidencia de que si algo no es esta película, y no es necesario tener muchas luces ni ahondar mucho en ella, es una básica y burda parodia de las películas de zombis. Estamos simple y llanamente ante una comedia con zombis.

Saludos a la comunidad de filmaffinity,

Reconozco que al principio lo único que me mantenía en el sillón era saber que tarde o temprano aparecerían zombis (me atrae mucho el cine de zombi). Poco a poco me fue gustando... y justo unos minutos antes de centrarse la película en los muertos vivientes, ya me dio igual que estas criaturas fuesen la razón para verla; ya me gustaba con o sin espectros.
Cuando el film se mete de lleno en el tema zombi hace pasar un rato muy, muy agradable y divertido. Tiene un humor gamberro y algunos gags que hace que retrocedas la imagen unos segundos para volver a verla sin dejar de reír en el proceso de rebobinado.
Sin duda está en mi lista de pelis favoritas de zombis.

Si, me hace falta centrarme un poco... Ya vamos cumpliendo unos añitos y no debo desperdiciar el tiempo con cierto tipo de películas. He pensado, que quien deseara ver estos rollos baratos, debería ser sancionad@, o pagar un canon por desgaste de neuronas, al someterlas a un innecesario sufrimiento. Tenemos un solo cuerpo y como algunos sabréis el cerebro lo rige todo. Si lo alimentamos de hamburguesas y Coca-Colas y los llevamos a ver Fiestas de Zombies, no le exijamos luego que apruebe el carnet de conducir, o supere las pruebas de acceso a la universidad... cariños...

Yo "sus" quiero mucho a todos los usuarios de esta página, pero no hay cosas por las que no, nooooo. Una nota cercana a la de EL CLUB DE LA LUCHA ¡¡PERO DONDE SE HA VISTO...ANDA... QUEE!!

Ya desde su título, Shaun of the dead, supone un guiño cómplice al Dawn of the dead, de George A. Romero, a esos 'zombis' que combatían zombis. Crítica soterrada a la sociedad de consumo, cambiando el centro comercial de aquélla, por el más autóctono reducto del ocio inglés, el pub. Aquí, el pub y la PlayStation erigidos como suminitradores de emociones para sobrellevar unas vidas adocenadas, unos trabajos alienantes. Todo desde la comedia. Negra. Porque, ante todo, aquí los zombis son una excusa (si no lo son siempre).
Zombies party es una comedia romántica, muy british (más comedia que romántica), con quirúrgicas y certeras pinceladas dramáticas, con apocalipsis zombi de fondo, sobre el crecimiento personal y la maduración. Y maduración sin pasarse (no haremos spoilers).

Simon Pegg y Edgar Wright, en ésta, la entrega inaugural de la llamada Trilogía del Cornetto, firman un guión modélico, plagado de gags inspiradísimos: el zombi haciéndoles el coro desde la penumbra; el zapeo en el que todos los canales parecen referirse a la invasión, partidos de fútbol y documentales de animales, incluidos; los dos amigos discutiendo qué discos pueden lanzar como armas arrojadizas y cuales indultar; el grupo simulando ser muertos vivientes tras una acelerada clase de interpretación; la piñata al zombi a ritmo de Queen; la camarilla dando instrucciones al portador del rifle, en el pub, como si estuviesen jugando a la Play en vivo; el encuentro de los dos comandos, con todos sus integrantes duplicados en sosias (siendo todos, en la vida real, reputados cómicos británicos, tienen un lugar especial en mi corazòn, Lucy Davis y Martin Freeman, artífices de la eterna (casi) tensión sexual no resuelta que nos tuvo en vilo en la mítica The Office); los gags del epílogo: del humor amarillo al cobertizo game room, con sorpresa final...Y tantos más...

Edgar Wright, a los mandos, muestra una gran variedad de recursos: de la ráfaga, picadísima, de planos, en los diversos planes para rescatar a la madre, a esos dos planos-secuencia, casi idénticos, antes y después de la invasión, con nuestro protagonista siendo incapaz de percibir la diferencia. Hasta tal punto resultan intercambiables seres de ultratumba y humanos alienados, parece querernos decir.

Shaun of the dead es una obra pop, de género, multirreferencial, donde caben de Carpenter a Raimi, pasando por el Peter Jackson de Braindead o el Landis de Un hombre lobo americano en Londres, pero quisiera quedarme con las referencias evidentes alejadas del género fantástico: del western de encierro y asedio, con Río Bravo a la cabeza (el pub no puede llamarse Winchester en vano), al homenaje a Reservoir dogs, cuando se apuntan unos a otros con sacacorchos y botellas rotas, variando el icónico "deja de apuntar a mi padre" por el "deja de apuntar a mi madre", ataviados los dos antagonistas, claramente, uno del Christopher Walken de El cazador y el otro del Dustin Hoffman de Perros de paja, siendo este último el desatascador dramático de la subtrama, en la escena siguiente, con ese gatillazo que deja las cartas, que por convención social escondemos, al fin sobre la mesa.

Lo he intentado, he aguantado hasta el final pero jamás he llegado a conectar con esta historia. A una comedia uno debe pedirle o bien unas sonrisas cómplices o directamente reírse. En 90 minutos apenas ha conseguido sacarme 3 sonrisas. El humor absurdo es un género muy respetable y muchas veces ninguneado, para mi esta película esta más cerca del "spoof" malo tipo Scary movie que de los maestros del absurdo Zaz/Monty Pyton, tampoco ayuda lo cutres que son las escenas de acción.
Tengo que suspenderla, no consigue mi complicidad y así es muy difícil disfrutar una comedia.