Bagdad Café

Película deliciosa. Una mujer alemana desembarca en un Café que parece perdido en el medio del mundo, en las soledades interminables del desierto norteamericano. Las imágenes sobre todo en los momentos de la tarde declinante, con un casi furor naranja-rojizo del paisaje, bien acompañado por una música conmovedora, en ese fragmento del universo, donde se creará un microclima de relaciones singular, hacen de esta película una pequeña obra de arte. El ritmo lento, las interpretaciones, la penetración psicológica de los actores, la persistente presencia del piano del chico de color que hace sus primeras armas tocando el célebre "Preludio y fuga nº 1" de Bach, acentúan los aspectos líricos del film, que es un canto al color, la música y los sentimientos nobles del alma. Recomendable.

El film contiene aires de road movie, cine independiente y cinde culto. Estos son rasgos que me gustan y que rompen alguna vez la rutina del cine convencional.

Evoluciona de forma tenue. La primera media hora me parece fabulosa para una película que busca su personalidad, la bso y la imagen ayuda bastante. El problema viene cuando llega al punto de inflexión, en un "tres i no res" (de repente) se añaden características mágicas a la huésped y la personalidad inquebrantable de la jefa se vuelve divina. Con todo esto, bajo mi punto de vista, se esfuma la atmosfera intimista que se construye en la primera parte del film.

El final no corresponde a las expectativas del inicio, que no eran altísimas pero sí para ver una buena película.

Bagadad Café es una rareza friki poblada de personajes pintorescos que cuenta la historia de una oronda teutona que tras ser abandonada por su marido en pleno desierto de Las Vegas llega a un destartalado motel de carretera regentado por una mujer negra. Una vez instalada enseguida se gana el cariño de todos con su simpatía y sus trucos de magia hasta el punto de sanear el local y convertirlo en un próspero negocio. Entre la dueña y su huésped alemana surgirá una bonita amistad al igual que con el resto de los habitantes del lugar.

Se trata de una obra insólita, una curiosa comedia dramática en la que el espectador acaba simpatizando con su personaje central. Una mujer de Baviera abandonada por su marido que sabe ganarse la confianza y el afecto de sus vecinos con su encanto y educación. De todas formas tampoco me pareció nada del otro mundo y considero excesivos todos los premios que logró en su día. A parte de la inesperada aparición de Jack Palance destacaría el tema central de la banda sonora por lo demás la historia resulta amena pero algo pobre.

Acaba de terminar la peli y se me han quedado grabadas en la memoria imágenes pintadas en un lienzo.
Me ha parecido una reflexión muy interesante sobre la soledad de dos mujeres que sobrepasan los 40, pero que, a pesar de encontrarse solas en un determinado momento, se unen para salir adelante.
Las diferencias culturales y sociales no impiden que esas dos mujeres luchen por salir adelante en un lugar que parecía no tener esperanza.
Entrañable.

Película que no deja de lado ni el sentido del humor, ni la sensibilidad ni muchas otras impresiones y que a pesar de desarrollarse en un brevísimo espacio, como es el Café y el hotel, no desagrada ni la convierte en aburrida. Es muy buena.