Cyrano de Bergerac

He visto esta película infinitas veces, pero me sigo deleitando como la primera vez, no se puede sacar nada malo del film, no pude reprochar que el libro es mejor, es simplemente lo mismo, lo lees y ves a Depardieu (su mejor papel junto con el que realiza en “El manantial de las colinas”), ves los escenarios esa época oscura, sus teatros es corrales, todo es igual, las rimas esos versos, ese doblaje perfecto que como en el libro es fielmente traducido para sus rimas y sonetos.
Dirigida magistralmente por Jean - Paul Rappeneau, lo mejor que tiene en su filmografía, no ha podido remontar este grandioso film.
El vestuario es asombroso, ganador de un merecido Oscar, hecho por Franca Squarciapino que trabajó en nuestro país (Volavérunt, La camarera del Titanic, ambas de Bigas Luna).
La música fantástica del compositor Jean - Claude Petit.
A destacar está claro que en interpretación es Depardieu, pero Vincent Pérez solventa maravillosamente su papel Christian, ese pique en la armería, clásico, mientras Cyrano narra lo ocurrido la noche anterior en una batalla suprema realizada contra cien hombres.
Personalmente es una de mis preferidas y en mis listas lo demuestro.

PD: ¡Todo me lo quitareis!
¡Todo! ¡El Laurel y la rosa!
¡Pero quedarme una cosa
que arrancarme no podréis!
El fango del deshonor
jamás podrá mancillarla
y hoy en el cielo, al dejarla
a las plantas del Señor,
dejaré en un arrullo
que, ajena a toda vileza,
fue dechado de pureza
siempre, es y será …MI ORGULLO .

Pues sí. Cyrano fue mi primera peli favorita y por eso le casco un 10. No sé si las interpretaciones son buenas, si el guión está bien adaptado o si la historia que cuenta peca de infantil. No lo sé, pero es que me importa un pito. Cyrano fue mi primer héroe allá por la adolescencia. Me quedé prendado de ese tipo mitad espadachín mitad poeta. De alguien inteligente, noble, valiente, lenguaraz, romántico y feo como un demonio, al que sólo movían sus ideales. Fue también la primera vez que salí aturdido de un cine, con esa sensación extraña que tienes cuando notas que algo te ha llegado adentro. Y piensa quedarse.
Y es que aún hoy me emociono al recordar el duelo en verso en la puerta del teatro, los enfrentamientos dialécticos con Deguise, y de cómo llora Ragueneau, el pastelero generoso, cuando confiesa haber reído y reído con la escena que Moliere roba a Cyrano…

Mirando atrás veo que después entraron a saco en mí otros como el crack de Germán Areta, Tom Regan, el hombre del sombrero, y que últimamente me he hecho muy amigo de algunos de los tipos que pululan por The Wire.

Miro quienes son mis referentes, y empiezo a entender muchas cosas…

Los ojos, que se disfrazan sin escrúpulos
el alma de quienes están desnudos,
y ausentes en la batalla sin escudos
sus cuerpos serán esbeltos en los crepúsculos.

Cuando esté desposeido el anonimato,
libre de secretos, libre de miedos,
se inicia el estado de un viejo sueño.
El romance de los amantes desdichados.

Mientras tanto, los versos que florecen
y las espadas como nuestras mejores amadas.
El romanticismo que se impregna en cada palabra,
peregrinando hasta la muerte.

Y puesto que hablo de la muerte no me oculto,
mi equipaje será mi orgullo.

Cyrano de Bergerac nos cuenta la historia de un mosquetero acomplejado por su enorme nariz. A pesar de ser capitán de todo un regimiento de hombres que le respetan y admiran, Cyrano vive bajo la presión de su defecto y enamorado de su prima hermana Roxanne, con la que cree nunca tendrá ninguna posibilidad debido a su supuesta fealdad y a que ella ya se ha fijado en un apuesto infante.

Pero cuando ese infante acude a Cyrano para unirse a su legión, éste ve ante sus ojos (y nariz) la oportunidad de transmitir todo su amor a su prima. Toda la belleza del jóven compensa su poco vocabulario poético a la hora de decirle cosas bonitas a Roxanne. Cyrano se ofrece a escribirle los versos para conquistarla, sintiendo así que es él quien se declara.

Es así como transcurre la parte más romántica de la película, destacando la escena del balcón en la que Depardieu toma prestada la figura de Christian y comienza a hablarle a su prima por medio de unos bellísimos versos de todos sus sentimientos. Estos tres personajes conforman el triangulo amoroso de la cinta, sustentando entre los tres toda la acción de un guión que rompe con lo habitual y se expresa en su totalidad a través de versos, logrando un resultado nada pedante o cargado, en contra de lo que podría parecer, sino alegre y constantemente vivo.

En medio de batallas y golpes de espadas se desarrolla esta bonita historia de amor, aventuras, poesía, orgullo y pasión. La banda sonora hace aún más bellas las imágenes con una fuerza lírica que transporta al espectador a la época en que tiene lugar la cinta.
Gerard Depardieu realiza una actuación soberbia, metiéndose de lleno en el papel del desdichado Cyrano, amante en secreto de una Anne Brochet que destila belleza en cada fotograma. Vincent Perez hace una interpretación correcta.

En cuanto al vestuario, muy acorde a la época, realmente conseguido, lo habitual en este tipo de producciones, que fue galardonado incluso con el Oscar. La película arrasó además en los Cesar de su año (1990) y obtuvo numerosos premios por todo el mundo.

En resumen, una película para los amantes del cine de amores imposibles y épicas batallas, para disfrutar una y otra vez, ¡pardiez!

He de confesar que el cine francés me produce rechazo y, por ello, ponía este largometraje escéptico, no esperaba mucho, simplemente matar dos horas que podría haber empleado en cualquier otra cosa.
Al principio de la película (primeros 10-20 minutos) mis sospechas no hacían más que confirmarse…
Pero luego, Rappeneau, Depardieu y compañía me cerraron la boca; me encontré con una cinta con muchísima belleza y lirismo, que sea en verso, la verdad, ayuda.
El duelo que abre la película es fantástico, la conversación de Cyrano en la pastelería, la escena entre Christian y la nariz de Cyrano, la escena del balcón… y así podría estar hasta enumerar todas las partes de la película.
Las interpretaciones correctísimas en líneas generales y, sobresaliente, en el caso de Depardieu que nos muestra a un Cyrano ácido, rápido e, incluso, cruel al principio, lo vemos tierno, inspirado y enamorado, así como amargado, encerrado en sí mismo, débil; una evolución que el actor galo lleva a cabo con una gran solvencia. Me parece un personaje para recordar: el de Bergerac es un hombre íntegro y sensible con un solo defecto: su nariz.
El guión es genial, nos hacer reír, llorar, odiar, emocionarnos, compadecernos, nos mete, no desde el principio, en la acción: fantástica adaptación.
Sin duda no puedo dejar de mencionar la magnífica banda sonora(aunque hablen de plagio), la ambientación, los vestuarios y la fotografía, que juegan un importante papel sumándole belleza a la obra.
Sinceramente, me ha sorprendido muy gratamente este film que recomiendo sin pensarlo dos veces, ahora bien, si no le gustan los dramas románticos, absténganse, porque desborda drama y sentimientos por los cuatro costados. Preciosa.

….y, al finalizar, os hiero.