Las mujeres perfectas

El buen tino que en los últimos años ha demostrado Nicole Kidman en elegir proyectos le han permitido cambiar su imagen de "mujer mona que hace peliculitas", por el de superactriz capaz de crear los mejores papeles femeninos, como demuestra en 'Las horas', 'Eyes wide shut', o con directores europeos de prestigio, como Lars Von Trier ('Dogville') y nuestro Amenábar ('Los otros').

Pues esta racha se rompe con la (imperfecta) comedia 'Las mujeres perfectas', que pese a su impecable diseño de producción y la buena labor del reparto, no deja de resultar una comedia más o menos entretenidilla pero absolutamente pasable y a la que le falta una mayor dosis de sátira para decir lo que nos quiere decir.

Y lo que dice es algo tan obvio y de sentido común como que las mujeres no son meros objetos de su marido y tienen derecho a ser libres e independientes. No es casualidad, según esto, que ya se hiciera una versión de esta novela de Ira Levin en los años setenta,... cuando había que hacerla.

Estrellita 1:
Por Christopher Walken, que siempre hace más llevaderos los truñacos de pelis en los que, de cuando en cuando, le da por aparecer.

Estrellita 2:
Por los instantes de terrible confusión que vive una de las protagonistas en una escena en la que, desgarrada de dolor, no tiene muy claro si acudir a llorar sobre el cuerpo inerte de su marido, que acaba de ser decapitado, o a la cabeza de este, que ha salido rodando por la habitación...

Frank Oz, ya se sabe: ligereza + colorines + amable parodia.
Si a la suma se añade Kicole Kidman, la cosa mejora.
La película no vale gran cosa. Intenta tumbar a la América profunda en un diván y hacer unos chistecitos a cuenta de su sociedad rural, conservadora y machista. Mucho criticar, mucho criticar pero Oz lo remata todo con una moralina que anonada.
En fin, simpática para ver en un autobús (bueno, demasiadas escenas nocturnas, es una pega cuando uno ve cine en estas condiciones: la pantalla se queda completamente negra y sólo se oyen los diálogos a través de los cascos).

Antes de ver esta película ya había oído que no era muy buena, y es cierto. Pero yo pienso que a veces, para valorar las películas, a parte de mirar su calidad, también hay que fijarse en el mensaje que nos quiere transimitir el director. Y eso es lo que voy a explicar.
Aunque el género de la película es la comedia, yo creo que lo que Frank Oz ha querido demostar con su trabajo es que las mujeres siempre han sido las que trabajaban en casa y el marido es el que manda, y a pesar de que hoy en día se intentan poner remedios contra eso, el machismo es algo que todavía abunda en muchas familias.
Por eso insisto en que el objetivo de los creadores de esta película es demostrar que las mujeres no tienen que ser perfectas, y tienen tanto derecho como los hombres, porque nadie es mejor que nadie.
Y bueno a parte de todo eso la historia tambien tiene su punto cómico, interpretado especialmente por Nicole Kidman y Gleen Close.

No es nada especial, muy sencilla en su esquema tradicional: planteamiento, nudo y desenlace.

Brillantes interpretaciones a destacar: Glenn Close en su eterno papel de mala. Christopher Walken desempeñando ese roll complejo en el que siempre se ha sentido cómodo. Matthew Broderick, alejado de los papeles que lo hicieron popular y ciertamente no muy creíble como esposo de Nicole Kidman, que comenzaba a alejarse de esa frialdad interpretativa que siempre la caracterizó. Bette Midler me gustó, haciendo lo que de ella esperamos.

Magnífico vestuario y ambientación. La voy a aprobar, me parece que un cinco es una nota adecuada.