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La corona vacía: Ricardo II (TV)

Drama Adaptación de "Ricardo II" dentro del ciclo Shakespeare de la BBC para el verano de 2012. El rey Ricardo se encuentra en mitad de una disputa entre su primo Enrique Bolingbroke y Tomás Mowbry, que resuelve deteniendo el duelo y desterrando a ambos. Cuando el padre de Bolingbroke muere, Ricardo se apodera de su dinero y tierras y parte a la guerra en Irlanda. Es entonces cuando Enrique regresa para reclamar su herencia. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
8 de noviembre de 2020
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excepcional capítulo inicial de la miniserie histórica de la BBC que reprodujo en dos temporadas las excelentes tragedias históricas de William Shakespeare agrupadas en dos tetralogías: 'Richard II', 'Henry IV Partes 1 y 2' y 'Henry V' en el primer ciclo y "Henry VI Partes 1, 2 y 3" y "Richard III" en el segundo ciclo.

En ambos ciclos, presentados en forma de temporadas, se aborda la apasionante historia de las intrigas y de las luchas dinásticas por el poder que se produjeron en la monarquía inglesa, entre las casas de Lancaster y de York, entre los años 1399 y 1485, en los que se libró la cruenta guerra civil conocida como "La Guerra de las Rosas", que inspiraría a George R.R.Martin para la creación de su famosa saga "Juego de Tronos".

En el primer episodio se narra la caída del joven Richard II Plantagenet, frente a la rebelión de su primo Henry Bolingbroke que reinaría con el nombre de Henry IV y que había sido desterrado por un conflicto dinástico.

En este episodio destacan las interpretaciones de Ben Whishaw en el papel del joven rey, indeciso y débil, que prefigura muchas actitudes que más tarde adoptaría el personaje de "Hamlet".

Rory Kinnear, en el papel del usurpador Bolingbroke, el futuro Henry IV, que representa con convicción todas las cualidades que le faltaban al rey legítimo, resolución, pragmatismo, y un inteligente equilibrio entre dureza y una oportuna moderación.

Patrick Stewart borda el papel del controvertido John de Gaunt, padre de Henry y pilar del reino, cuya muerte despertará la ambición de Richard y el inicio de la rebelión,

David Suchet interpreta al sibilino duque de York, que representa con efectividad la sagacidad y el oportunismo político.

Y una encantadora Clémence Poésy, interpretando a la desconsolada y orgullosa reina Isabelle de Valois.

El brillante reparto y una excepcional ambientación hacen que la obra sirva de perfecta presentación de esta mini-serie, que representa la culminación de las impecables recreaciones históricas de la BBC y de la obra de Shakespeare en particular.

Sin lugar a dudas es especialmente recomendable para amantes de Shakespeare, del teatro británico y de las tragedias históricas.
Maximillian
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23 de mayo de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nacionalismo inglés, por imbuído de patetismo que esté, y por desfasadas que sean muchas de sus instituciones y valores (entre ellos la monarquía, clave de bóveda del sistema conservador), debe ser reconocido por su modo único de congeniar tradición, orgullo y trascendentalismo. Mucho de esto hay en la obra de Shakesperare aquí adaptada, en los diálogos manieristas y los personajes en todo momento conscientes de su grandeza. En la dirección, cada secuencia es estilo y cadencia: teatral y basada en la palabra, ajustada en todo momento, muy bien hecha. Planos de gran fuerza y belleza, música a la altura. Magistralmente construída, con una sobriedad exacta que logra la mejor de las transiciones posibles entre cine y obra shakesperiana.
Fakawan
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20 de enero de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo por ver al fin un drama histórico de Shakespeare ambientado en la época correspondiente y no en un centro ocupacional de la Línea de la Concepción, con ex convictos de la Mara Salvatrucha y vestuario de Agatha Ruiz de la Prada, la iniciativa de la BBC ya vale la pena. A fin de cuentas, la radiotelevisión pública británica acredita una merecida fama de seriedad —y sobriedad—. Por si fuera poco, Sam Mendes, uno de los cineastas más interesantes de su generación, está también en el ajo, en tanto productor ejecutivo.
La primera entrega de “The Hollow Crown” pone en imágenes una obra bastante temprana —probablemente escrita en torno a 1595— y no demasiado conocida del Bardo. Pese a ciertas licencias argumentales y étnicas —ese obispo de Carlisle venido directamente de Congo-Brazzaville, o del barrio de Brixton—, la fidelidad al original es encomiable. Tanto es así, que no se nos ahorra un pentámetro, ni tan siquiera los arcaísmos característicos del “early modern English” de los poetas isabelinos. Ello acarrea una densidad retórica no apta para todos los paladares; pero quien quiera una versión afeitada de Shakespeare siempre puede echarle un vistazo a la reciente “The King” (ídem, 2019), que, por cierto, no está nada mal.
En mi opinión, el verso shakespereano debería constituir la vara de medir del verdadero talento interpretativo, y no los sórdidos efectismos que, de un tiempo a esta parte, suelen recibir los parabienes de crítica y público. A tal respecto, Ben Whishaw entrega un trabajo sobresaliente. Su Ricardo II atesora todo el patetismo trágico que se le supone al personaje, tanto el delineado por el inmortal dramaturgo como el verdadero, impopular monarca en cuyo destronamiento cabe atisbar la génesis de la Guerra de las Dos Rosas.
Carorpar
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6 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las cosas agradables suelen llegar, en más de una ocasión, por casualidad. Con esta serie de la BBC me topé rebuscando por el catálogo de Amazon Prime hace uno días y la puse en seguimiento, con premisas muy halagüeñas.

Bien, después de ver la parte dedicada a Ricardo II sólo puedo decir que me dejó sorprendido. Un drama histórico que se centra en los devenires de algunos de los monarcas británicos que protagonizaron la famosa Guerra de las dos Rosas, y sobre las que el genial autor inglés William Shakespeare elaboró una magnífica obra.

Como indican algunas críticas previas de usuarios, la BBC hace un trabajo excepcional con la elección de actores, la belleza de las localizaciones y una factura técnica que resulta la envidia de otras series históricas con mayor presupuesto. Pero su elemento esencial es la forma de interpretar los textos del maestro inglés, la teatralidad con la que se desenvuelve y el exquisito tratamiento se las palabras (ojo, sé que no a todos le va a gustar este planteamiento), y que me recuerda a la magnífica serie, también de la BBC, basada en las obras de Robert Graves "Yo Claudio" y "Claudio el Dios y su esposa Mesalina".

Para finalizar, la interpretación de Ben Whishaw es perfecta, un actor que capta perfectamente la esencia de cada personaje, no tienen más que ver la también serie británica "A Very English Scandal".

En definitiva, un descubrimiento que hace posible seguir a través de la pantalla a una de las obras literarias más características del dramaturgo inglés, y que delatará a los que gocen con las buenas representaciones teatrales.

Vamos a por el siguiente acto: Enrique IV.
Yo Claudio
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15 de julio de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
236/15(11/07/22) Estimulante primer episodio de la primera temporada de la serie de televisión británica The Hollow Crown, basada en la obra de William Shakespeare del mismo nombre, dirigida por Rupert Goold, adaptando el guión por el dramaturgo Ben Power. Ben Whishaw interpreta al titular Ricardo II de Inglaterra. La BBC programó la proyección de las obras históricas de Shakespeare como parte de la Olimpiada Cultural de 2012, celebración de la cultura británica que coincidió con los Juegos Olímpicos de Verano de 2012. Sam Mendes se inscribió como productor ejecutivo para adaptar las cuatro tetralogías de Shakespeare divididas en partes (tragedias históricas agrupadas en dos tetralogías: 'Richard II', 'Henry IV Partes 1 y 2' y 'Henry V' en el primer ciclo y "Henry VI Partes 1, 2 y 3" y "Richard III" en el segundo ciclo), la historia comienza con el reinado y la caída de Ricardo II (nieto de Eduardo III) y concluye con el reinado de Enrique V en su intento de conquistar Francia. En ambos ciclos, presentados en forma de temporadas, se aborda la apasionante historia de las intrigas y de las luchas dinásticas por el poder que se produjeron en la monarquía inglesa, entre las casas de Lancaster y de York, entre los años 1399 y 1485, en los que se libró la cruenta guerra civil conocida como "La Guerra de las Rosas", que inspiraría a George R.R.Martin para la creación de su famosa saga "Juego de Tronos". En el primer episodio (escrito apx. en 1595), se narra la caída del joven Richard II Plantagenet, frente a la rebelión de su primo Henry Bolingbroke que reinaría con el nombre de Henry IV y que había sido desterrado por un conflicto dinástico. Todo esto desarrollado por el icónico estilo oral shakesperiano del pentámetro yámbico.

Una producción que destaca por sus grandes actuaciones, sobre todo de un majestuoso Ben Whishaw componiendo a un formidable amanerado y trágico Richard II, ocupando la mayor parte de las escenas, soportándolo con poderío, una figura que a medida que avanza en su caída se transmuta (claramente) en la figura de Jesucristo, una actuación exuberante en su expresividad, con unos muy sentidos monólogos que calan por su fuerza emocional. Un tipo afeminado, débil, inseguro, egocéntrico (formidable subido a una roca en una playa dando un discurso a la Nada), vanidoso (queda ridículo con la armadura color oro), rodeado de gente que le baila el agua, en realidad un hombre solo (llega a decirle a su mono ‘Necesito amigos’). Ser que al inicio resulta irritante, le viene muy grande la corona, pero en su desdicha es cuando resulta empático, el modo digno en que ataca a sus ‘enemigos’. Le valió su labor el premio BAFTA (La serie también fue nominada para el premio al Mejor Drama Individual); Está la némesis en Henry (se convertirá en Henry IV) encarnado por Rory Kinnear, con un rol talmente opuesto a Whishaw, ya desde lo físico, frente a lo flaco y debilucho de Richard está un henry corpulento, de porte varonil de duro, tipo visceral, valiente, decidido, enérgico de acción, pero sabiendo ser magnánimo en sus pendencias, el actor dota a su figura de fuerte carácter, muy bueno en como desborda sentimientos; Patrick Stewart está brillante (cuando no?) en el papel del complejo John de Gaunt, padre de Henry, aportando su porte regio al metraje; David Suchet notable como el ladino duque de York, un arribista que se apega donde mejor sombra da; Lindsay Duncan excelente en como va a por su hijo a rescatarlo; Clémence Poésy impregna de dulzura y mucha empatía su (desgraciada) reina Isabelle de Valois, llenándola de orgullo y dignidad; Mención merece David Bradley que en un pequeño papel de muestra que el minutaje no es problema para dejar huella con su actuación roba escenas como el humilde jardinero.

También destaca por su estupenda puesta en escena, por encima de lo que es un telefilm, despojando el sentido teatral de su atmósfera. Filmándose por mor del excelente de diseño de producción de Andrew McAlpineen (“El piano” o ”La playa”), llevándonos a una experiencia inmersiva en la Edad Media, escenarios naturales de Gales como la Catedral de San David de Cardiff, el Castillo de Pembroke y Temby, así como la inglesa la Packwood House; Con un gran trabajo en vestuario de Odile Dicks-Mireaux (“El jardinero fiel” o “An education”), creando contrastes con los atuendos en las personalidades, siendo en este aspecto llamativo como Richard II es una especie de Jesucristo en sus túnicas, con su barba, y ya claramente en su imagen final; Todo esto filtrado a nuestra vista por una gran labor del DP Danny Cohen (“El discurso del rey” o “Los miserables”), otorgando gran vigor estético a las secuencias alternando la opulencia con la intimidad, con muy expresivos primeros planos, componiendo cuadros de gran beldad, con colorido, ya sabiendo conjugarlo con emitir el dramatismo lóbrego en muchos momentos, sensacionales en este aspecto las tomas de la torre como presidio y de la cueva, con tomas cenitales primorosas e incluso experimentando con algún sorprendente nadir (en la escena en que Richard cede su Hollow Crown a Henry), haciendo que una obra que se basa en la palabra tenga dinamismo, lejos de ser estática representación teatral.

Es una película que se hace accesible al gran público, con fuerza emocional. Indagando en los juegos de poder, en la fragilidad de equilibrios que un mandamás (en este caso rey) de be saber medir para no alterar el ecosistema sobre el que gobierna, una introspección psicológica por la mente de los complejos mecanismos de poder. Sobre la venganza, sobre saber gestionar la victoria, sobre saber gestionar la derrota.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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