La última carcajada

En la actualidad, especialmente en plataformas de streaming, se está potenciando ese genero a medio camino entre el melodrama amable y el drama geriátrico, ya sea a modo de película, serie o miniserie. El motivo no es otro que el añadir al catálogo de producciones algo que capte también ese sector de espectadores rondando la edad de jubilación. Cuando el producto tiene calidad, como en el caso de "Grace and Frankie" o de "El método Kominsky" (ambas de Netflix), todo funciona bastante bien e incluso los chistes sobre lubricantes vaginales o problemas de próstata pueden hacer reír de forma amable a un sector más amplio de público. Eso sucede porque un buen chiste o un buen texto no entienden de géneros, tampoco de targets ni espectadores. En otras ocasiones como en la serie "The cool kids" o este telefilme "La última carcajada" la cosa no discurre de forma tan satisfactoria. Que la gente sea consumidora de películas de terror y el mercado se llene de este genero no significa que todas las películas sean decentes, es más, la experiencia nos demuestra que cuando hay mucho de algo suele ser mucho malo y poco bueno. Esta película es el mejor ejemplo que, a pesar de tener buenos actores y potentes recursos detrás (Netflix), el resultado es algo burdo, rozando lo ridículo, descompensado y que hace que el espectador, sea de la edad que sea, contemple lo que tiene frente a él como un todo artificial y artificioso. Y es una pena porque la gestualidad de Chevy Chase sigue funcionando, Richard Dreyfuss está maravilloso y Andie McDowell exhibe una madurez arrebatadora. Pero tres buenos actores y un mal guion no hacen una buena película. La historia está alargada en exceso y algunos momentos parecen excusas para meter chistes sobre la tercera edad con calzador (como el momento "oftalmólogo").

Lo han intentado y puede que el producto resulte amable y entretenido para algunos, pero "La última carcajada" es una película forzada, vacía y con menos alma de la que debería.

Pues que decir de esta película estrenada en la plataforma de Netflix, que como dice su mismo título, fue mi última carcajada porque en toda la película , los chistes que se cuentan por parte de los actores durante la trama, ya están más que usados y ya no provocan ni gracia. La trama ya se ha visto parecida en muchos filmes anteriores y mil veces mejor elaborada que en estas , en las cuales ya a mitad de la película te importa muy poco lo que les pase a estos personajes.
En general una película que no se la recomendaría ni a mi peor enemigo. Fácilmente olvidable.

No me resulto gran cosa a pesar de las expectativas que me había creado antes de verla, teniendo en cuenta la capacidad de hacer reír de los dos protagonistas. La historia transcurre en un asilo en donde se reencuentran un antiguo manager y su primer cliente, un monologuista que por esas cosas de la vida nunca se dedicó al espectáculo. Allí comienzan a dar forma a un plan de ir de bar en bar presentando monólogos con suerte diversa hasta llegar al escenario mas importante. Pero el film peca de ser poco gracioso y en los que apela al drama tampoco logra un resultado convincente. Más allá de eso es realmente un gusto ver en pantalla a este buen actor que es Richard Dreyfuss (mas bien camaleonico) ya bastante envejecido y a Chevy Chase que supo hacer comedias realmente graciosas y como a todos el tiempo también fue duro con él. Como perlita diría que es poco creíble que la bonita Andie MacDowell pueda llegar a ser pareja de Chase y también falla en un numero musical entre ellos realmente sin sentido en la trama. Film discreto que solo por dos entrañables actores se deja ver sin mucho mas.

Curiosamente fue Netflix quien nos brindó, con Robert Redford y Jane Fonda en 'Nosotros en la noche' (2017, Ritesh Batra), la oportunidad de descubrir que un producto con hechuras de tv-movie podría alzar el vuelo gracias exclusivamente al carisma de sus protagonistas. Aquí lo fácil habría sido repartir roles bajo un parámetro coherente, dando a Richard Dreyfuss el papel de ex-manager jubilado, y a Chevy Chase el de un cómico sepultado por el olvido. Pero precisamente eso habría jugado a la contra de un producto con objetiva vocación catódica, y cuyo único handicap consiste en revertir los roles de dos leyendas vivientes. No hay mucho más.
'The last laugh' (2019, ) es la más celebrada road movie geriátrica que se ha estrenado desde 'La extraña pareja, otra vez' (1998, Howard Deutch), sólo que, en esta ocasión, el cansancio que empañaba la monstruosa química entre Walter Matthau y Jack Lemmon en sus últimas colaboraciones, aquí torna en factor sorpresa al comprobar que (todavía) se puede sacar petróleo de una alianza tardía entre Chevy Chase y Dick Dreyfuss. El resto es tan predecible como cabría esperar en una comedia de Netflix sobre un viejo monologuista porrero que se enfrasca en su última gira junto a su antiguo representante. Saber que Andie McDowell también sigue en activo, y en tan buena forma, es la guinda que corona el pastel. Por cierto, alguien debería colgar de las pelotas al cretino que creyó que era buena idea doblar las voces de Andie McDowell y Chevy Chase en un alucinógeno (y flojete, dicho sea de paso) número musical.

Alegra volver a ver a Dreyfuss, tan lleno de vitalidad como siempre, a pesar de su edad.
Chase nunca fue santo de mi devoción, pero su relación con las comedias ochenteras me hace reconciliarme con su dudosa comicidad.
La dirección del film es nefasta y la banda sonora (también compuesta por el director) apesta y desafina con las imágenes.
Anddie Macdowell no pinta nada y tiene pinta de vieja de 35 años.
Una peli extraña pero amable.