Aftershock

Aftershock debería tener el camino libre para obtener el mejor oscar a la mejor película extranjera.

La película narra como a partir del terremoto de Tangshan –región de china- una familia queda casi destruida y separada durante décadas. La película es de hecho un homenaje a estas 240.000 muertes que hubo en este terremoto (como Spielberg en La lista de Schindler). Los efectos especiales de esas escenas son buenos, pero la película se centra principalmente en como los miembros de la antigua familia rehacen sus vidas e intentan seguir adelante con unos sentimientos lastrados de culpa, rabia y esperanza..

Alguna crítica dice que abusa del melodrama, pero de hecho el argumento es un melodrama y creo que el director evita al final algunas escenas que podían haber hecho que si se abusara, sin embargo consciente de eso, se dan por sentadas algunas situaciones, y se centra principalmente en reflejar los sentimientos de culpabilidad y el esperado perdón.

Una vez pasado el hemisferio de la película uno ya se imagina el final de la película, y sin embargo está todo tan bien narrado que no por ello se deja de disfrutar la película.

La película tiene un metraje bastante largo pero no llega a hacerse pesada y eso sí, para el público de lágrima fácil que vayan ya con el pañuelo en mano.

Lo que podría haberse conformado con ser una cinta de desastres al uso, se convierte en un drama sobre la familia y sobre las consecuencias psicológicas que un hecho puntual (como en este caso un terremoto) pueden dejar en las personas durante años. Es una película que sobresale en todos los niveles, desde la cinematografía a las interpretaciones. Quizá hacia el final se abusa un poquitín del melodrama, pero no es una pega ni mucho menos, me ha hecho llorar a gusto.

Imprescindible, desde ya candidata a lo mejor del 2010, ¡y no olvidéis los pañuelos!

Feng Xiaogang es conocido como el Spielberg chino, y después de ver Aftershock puedes llegar a comprender esta comparación. Película de gran presupuesto, maravillosamente dirigida, sobre todo en sus primeros 30 minutos, con grandes dosis de heroísmo y patriotismo, muy al estilo estadounidense, que curiosamente este último punto, en algunos momentos, causaba la risa tonta en el espectador, el mismo que se emocionaba hace pocos años viendo las mismas escenas pero cambiando la bandera china por la de la barra y las estrellas… curioso. Continuando con la película, que empieza con una escena impactante del vuelo de unas libélulas y que continua con el famoso y desgraciado terremoto, son de un nivel altísimo, llenos de magia el primero y de fuerza y talento el segundo. Claro esta, después de un comienzo tan arrollador la película sufre un bajón, y no por ser floja, si no por venir precedida de algo tan impactante, en la que vemos como y porque, la madre protagonista tiene que elegir entre uno de sus hijos, realmente es un momento escalofriante. No hace falta ni reseñar (por su lógica viendo el presupuesto de la película) que todo su apartado visual y de ambientación es impresionante, pero si que me gustaría destacar el oficio de todos los interpretes de la película, del primero al último, de los niños a los adultos, están todos a un enorme nivel y creíbles en sus personajes.

Una película que logra desde los primeros minutos tocarte el corazón, con un final que no podrás olvidar, muy bien lograda por el director; Llena de emoción en cada minuto, pura y concreta en lo que intenta trasmitir, con grandes actuaciones y un guión insuperable; Pende del dolor en los primeros instantes y de apoco se convierte en un drama duro y escurridizo que te va llevando a un final estupendo; Genial

Hay varios tipos de directores que se identifican a la legua por los temas que deciden tratar. Xiaogang Feng es aquel que decide hacer las cosas a lo grande, refugiándose en textos de grandes autores (Shakespeare, en su "The Banquet") o en historias basadas en hechos reales que, en este caso, conmocionaron a su país. Lo hizo hace tres años en "Assembly" y ahora vuelve al tema con su "Aftershock", película que he de reconocer que esperaba con ganas tras disfrutar de su drama bélico de 2007, la citada "Assembly", en la que demostraba con creces el porqué de su título de "Spielberg chino".

Lamentablemente "Aftershock" no funciona. Usa como base una tragedia sucedida en el 1976, un terremoto que sacudió la ciudad de Tangshan, y a raíz de este hecho desarrolla la historia de una familia afectada por el seísmo: una mujer, sus hijos y un marido. La mitad del cuarteto falleció durante el desastre (no hay destripes, sucede en los primeros diez minutos, durante el prólogo), así que a posteriori se nos explica, durante dos larguísimas e innecesarias horas, cómo sobrevivieron los restantes. Hay que aplaudir a Xiaogang Feng por no convertir la película en un torrente de efectos especiales y protagonistas huecos, todo sea dicho. El problema es que prescinde de esta visión para intentar contar una historia intimista mostrando a personajes muy poco interesantes.

Pasado el prólogo, todo lo que vemos en pantalla es terriblemente frío. Aparecen personas en pantalla pero son más sombras, les falta una definición, hondura. Vemos cómo viven pero no se nos invita a que nos involucremos en su drama: simplemente se nos hace espectadores de un costumbrismo que no interesa. Y cuando llega su tramo final y parece que la cosa se va a arreglar, un par de giros argumentales* hacen que todo se hunda incluso más en el fango y termine con el final más ñoño y melodramático posible. "Aftershock" es una película que gira en torno a un terremoto que, al final, no sólo no hace temblar sino que es tan poco interesante que probablemente sería capaz de aburrir hasta a los escombros. La intención de Feng es loable: homenajear a sus víctimas. Quizá si fuese chino me emocionaría, pero como no lo soy, y a pesar de ser competente a nivel técnico no consigue interesarme, ni entiendo a sus protagonistas, sólo puedo ir directo al grano y decirlo: no funciona. Se ve que no todos los directores chinos pueden hacer una "City of Life and Death" (2009, Lu Chuan). Viendo trabajos frustrados como el presente es cuando se aprende a valorar la humildad de locuras como "2012" (Roland Emmerich, 2009).

*anotaciones en spoiler, con SPOILERS