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La dimensión desconocida: La muñeca viviente (TV)

Terror. Intriga. Thriller Erich Streator, un hombre de carácter huraño, vive con su esposa Annabelle y con la pequeña hija de ésta, Christie, fruto de un matrimonio anterior. Cuando Annabelle compra a la pequeña una muñeca parlante llamada "Tina Parlanchina", Erich enseguida muestra su desaprobación, algo que la muñeca parece percibir... (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
29 de diciembre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Telly Savalas (conocido por Kojak, y interpretar al villano de una de las mas olvidables películas de James Bond) es uno de los múltiples actores, varios de ellos famosos o que se volvieron posteriormente famosos (como el que interpretó al capitán Kirk en Star Trek, que apareció en el episodio “Terror a veinte mil pies”, parodiado numerosas veces, desde los Simpsons a Johnny Bravo) que participaron en este clásico de la fantasía y ciencia-ficción que es La Dimensión Desconocida. No se si hay casos anteriores en cine, tv o literatura que traten sobre muñecas o títeres vivientes asesinos, pero este es un caso décadas anterior a Chucky y también previo a los de Dr. Who.

Con gran economía narrativa –y de presupuesto-, con solo tres actores, uno de ellos infantil, y prácticamente solo dos o tres locaciones, sin salir nunca al exterior y transcurriendo todo en una casa familia, este episodio se les arregla para contar una historia donde un idiota insensible y potencialmente abusivo –el padre interpretado por Savalas- empieza a ser acosado por su subconsciente a causa de su mal comportamiento hacia su esposa e hijastra, manifestándose en forma de síntomas similares a la esquizofrenia combinada con sicosis, al tomar la imagen de una muñeca parlanchina que te odia. Es eso o realmente hay una muñeca poseída por el demonio que lo odia. Contar más seria spoiler, en una breve y eficaz historia de misterio y terror, como es habitual en La Dimensión Desconocida.
fandemampato
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15 de febrero de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre experimentará el pánico cuando su hija adoptiva y su esposa traigan una muñeca parlante a casa.

Episodio de terror, dirigido por Richard C. Sarafian (“Punto límite: cero”), que más allá de servir de inspiración para las películas de Chucky, el muñeco diabólico, basa su fuerza en el subtexto. El padrastro es presentado como un tipo abusivo, paranoico y arisco. La muñeca no parece una simple criatura demoníaca, sino que podría actuar de ángel protector de la niña y de la madre. O no. Sus motivaciones no quedan claras, al igual que nunca sabremos si todo obedece a la exacerbada imaginación de un individuo desquiciado o si tratamos con un ente mágico de apariencia amable y poder letal. De cualquier modo, da miedo.
Jackie Daytona
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4 de mayo de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
144/04(03/05/22) Brillante episodio, uno de los clásicos de esta serie de culto antológica creada por Rod Serling para la CBS. En este caso dirigido por Richard C. Sarafian (especialista en series tv: “Lawman”, “Cheyenne”, “El congresista”, “o “Jericho”, también dirigiría el film de culto “Punto límite: Cero”) en su única realización para la serie, siendo el excelente guión obra de Charles Beumont (con 22 libretos de la serie), componiendo un relato de terror claustrofóbico sensacional, demostrando que con unos pocos medios, apenas tres intérpretes y el único escenario de una casita, se puede conseguir atrapar al espectador en unas malsanas redes, con una historia cargada de mala leche, con varios subtextos, donde cada uno puede ejercer de exégeta de lo que ve. Ello convirtiendo a un simple juguete inofensivo como una muñeca en un protagonista aterrador gracias a la personalidad inquietante que se le otorga con la voz y al modo de filmarla, creando a su alrededor un halo fantasmagórico, siendo claramente la inspiración para la saga de Horror “Muñeco Diabólico”. Donde una madre un día llega a su hogar con una muñeca para su hijita, pero el padrastro (recientemente casado con la mujer y estéril está acomplejado por no poder tener descendencia, y parece proyectar su ira en la dulce niñita) odia a la muñeca, y lo que es peor, parece tener vida propia para arremeter contra el hombre, pero esto no lo hace cuando hay más gente cerca (algo muy de la serie, que alguien no pueda demostrar la razón de su temor por este estar exclusivamente para él).

La cinta juega con la ambigüedad de si el protagonista está esquizofrénico o es real su turbadora relación con la muñeca, o incluso de si la muñeca es una prolongación de la personalidad de la niña que dice al padrastro lo que ella no se atreve. Esto lo maneja la serie de modo fascinante en un crescendo magistralmente evolucionado en pequeñas píldoras que van cayendo y nos enganchan por lo alienante de la situación que nos abemos realmente lo que sucede, que es real y que no, siendo esto algo novedoso para la serie que en su mayoría (por no decir toda) de capítulos juega claramente con la fantasía o la ciencia ficción. Siendo un gran acierto (a pesar del título de muñeca viviente) que nunca veamos al juguete moverse, siempre inerte, solo su voz y las reacciones del protagonista dotan de espíritu a Tina.

Narración de apertura: Talky Tina, una muñeca que hace de todo, una creación realista de plástico y resortes y sonrisa pintada. Para Erich Streator, ella es la adición menos bienvenida a su hogar, pero sin ella, nunca entraría en Twilight Zone.

Annabelle (Mary LaRoche) le compra a su hija, Christie (dulce Tracy Stratford), una muñeca de cuerda llamada "Talky Tina" (‘Tina Parlanchina’ traducido, con voz original de June Foray) para consolarla. Cuando se le da cuerda, la muñeca dice: "Mi nombre es Tina Parlanchina y te quiero mucho". Annabelle se ha vuelto a casar recientemente con un hombre infértil llamado Erich Streator (Telly Savalas). Frustrado por su incapacidad para tener sus propios hijos con Annabelle, Erich dirige su hostilidad hacia Christie. Annabelle intenta persuadirlo de que, si se da la oportunidad, podrá amar a Christie.

Telly Savalas (el mítico posterior protagonista de la serie Kojak), encarna de forma sobresaliente a este anti-héroe sumido en sus debilidades, manteniendo un duelo perturbador con la muñeca, una radiografía cargada de dualidad entre el borde de la locura y la desesperación porque nadie le cree, es su subconsciente conspirando contra él, haciendo que la muñeca sea en realidad la propia hijastra, o es un elemento sobrenatural? Es un tipo que abusa de su carácter hosco con su esposa y la niñita, las veja sin contemplación, estos abusos los lleva al extremo en su entente con la muñeca, como lo ‘acojona’ en cada frase seca que le espeta, es realmente con su expresividad el que hace sintamos el temor a la muñeca, con sus reacciones aterrado, no es un simple villano, tiene dimensión humana en sus fragilidades. Siendo relevante que se trata a través de este personaje un tema tan tabú entonces como era la esterilidad masculina.

El director es capaz con una enorme capacidad de síntesis de exponer la personalidad de cada uno de los protagonistas en apenas una escena, simplemente con la entrada (única escena exterior) en la casa de la madre e hija con el juguete y la reacción del arisco padrastro, queda determinado el carácter, el cariñoso de la mujer, el de la acongojada niñita, y la del tiránico hombre acosado por su esterilidad, que seguramente le hace sentirse castrado y por ello su rabia que despliega en su esposa e hijastra. Y este elemento inocente como es la muñeca será la espoleta que hará dinamitar la convivencia hogareña. Ello con el momento seminal en que a solas Erich coge a la muñeca, le da cuerda y esta le espeta, "No me gustas". A partir de aquí la escalada de improperios y amenazas irá increscendo ("No creo que me gustes"; "Creo que incluso podría odiarte"; por teléfono, "Mi nombre es Talky Tina... y te voy a matar"). Primero Erich echa la culpa al fabricante, luego, tras ser las amenazas ‘muñequiles’ más directas pensará es la mujer con un transmisor, pero al final se queda con que es algo sobre natural y su enfrentamiento llegará al clímax cuando intenta destruirla en el garaje, ello ante la flema que vemos en las palabras de Tina, hasta desembocar en un final estremecedor. Y seguimos con la mosca de si es la esquizofrenia de Erich o son reales sus miedos. Habiendo momentos tan duros en el metraje como cuando Erich arranca a Christie de sus brazos a la muñeca, la niña le llama papa, y este le responde secamente que no es su padre, escalofriante algo tan simple en el contexto. Ello componiendo un aura de tensión cortante permanente en esta vivienda, en la adusta coexistencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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