El mundo oculto de Sabrina: Parte 2 (Serie de TV)

Después de su gran final de primera temporada esta temporada se vuelve más satánica y usa otras mitologías esotéricas para moverse por historias que ya sabemos de la biblia y otro folklore para crear una serie que pude ver a gusto sentado en el sofá un domingo sin aburirrme y usando de nuevo su toque macabro que es lo que engancha en esa serie que supera a sus cursiladas anteriores.
Esperando su tercera temporada con ganas.

Se está hablando mucho de que esta segunda temporada de Sabrina es muy inferior a la primera, y tal y cual y Pascual. No es verdad. Lo que ocurre, amigos, es que la primera tampoco era tan buena como se quiso pintar en su momento, el año pasado (velocidad de vértigo la que lleva esta serie... 20 capítulos ya en menos de un año). Pero ni por asomo.
Así pues, esta segunda entrega de las aventuras de la (ahora) rubia (platino) bruja, todo sigue exactamente igual que siempre. El punto fuerte es su dirección artística, con ese toque gótico muy muy burtoniano que le sienta fenomenal a la historia, y no se puede negar que es entretenida y simpática. El giro oscuro de la protagonista también da momentos para el recuerdo (ver esa escena tan potente de la corona de espinas y el fuego...), pero es justo decir que no hay grandes riesgos y que desde luego no se trata en modo alguno de una obra maestra televisiva ni nada parecido. Además, los triángulos amorosos entre Sabrina, Harvey y Nick, por un lado, y los dos primeros con Roz por el otro no terminan de funcionar demasiado bien, y vienen a servir solamente a la parte más adolescente de la ficción.
En resumen, una segunda temporada que no arriesga, sigue punto por punto la línea marcada por su predecesora y consigue sus mismos resultados. Correcta y punto.

Cuando se anunció que el reboot de Sabrina La Bruja Adolescente que preparaba Netflix iba a tener un tono completamente distinto al de la serie de los 90, hubo gente que montó en cólera y enarboló el habitual argumentario sobre el robo de la infancia y tal pascual. Ya hay que tener mal gusto o mala memoria para decir algo así de una serie que era cutre a rabiar y que la mayoría veíamos a escondidas y en plan placer culpable. Lo que no quita para dudar si una aproximación más seria y gótica podía ser la más apropiada para un personaje que es cómico en origen y esencia. Pero como fan de los tebeos de Archie sé que es un universo de ficción que permite distintos acercamientos e interpretaciones, y ahí está el éxito de "Riverdale" para demostrarlo.

De hecho, "Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina" no esconde en ningún momento que "Riverdale", con su tono de culebrón teen mezclado con misterios de baratillo, es su gran modelo. A ello le añade un tono terrorífico que, a priori, encaja muy bien con el personaje. Y bueno, en su primera temporada funcionaba razonablemente, pero en esta segunda ha caído por el mismo precipicio por el que se despeñó la serie de Archie, Betty y Verónica: se ha tomado demasiado en serio a sí misma. Seamos francos, esta era de esas series que se ven con palomitas y chuches, un poco para saciar nuestro oscuro deseo de ascogusto culebronero adolescente. Argumentos de opereta, disparatados, con sus amoríos, su dramatización de la angustia pubescente, sus personajes de manual, su instituto como pequeño universo cerrado y aquí con el punto de más de la magia. Este tipo de series no puedes tomártelas como si de verdad fueran algo remotamente parecido a ficción seria, es cargarte el juguete. Y eso es lo que le ha pasado a esta Sabrina, con este peñazo de trama central pseudobíblica. Y ni siquiera el gato habla, venga ya…

Cambalache, lugar o situación en los que predomina el desorden y el ruido.
Sinceramente después de terminar la Temporada 1 de Sabrina, con un sabor agridulce, tenía la esperanza y la apuesta en que en esta segunda temporada iban a mejorar radicalmente, puesto que sentaron las bases y los cimientos de la historia, sin embargo, los directores y los guionistas parecen haberse perdido, y navegaron en aguas desconocidas sin un destino claro, puesto que confunden al espectador en todo momento, sin dar ninguna explicación racional de lo que nos están mostrando. La verdad es que fue una decepción total, flojo el guión, el montaje de las escenas, la historia, la musicalización, la actuación. Fue mirar capitulos sin sentido, donde nunca entendí que es lo que quieren lograr.
Mi puntaje es un 3.