C-Man

Extraña puede ser el apelativo que más se ajuste a este film de un tal Joseph Lerner, que para su producción no se contó con mucho presupuesto pero que con lo que contó, lo supo estirar.

Por descubrir más referencias de la película, ya que aquí no las hay, se la compara con la estupenda T-Men, La brigada suicida (1947) de Anthony Mann, y diremos que la comparación es en cuanto a la temática, que va de agentes del Departamento del Tesoro en su lucha contra el contrabando. Mientras que en La brigada suicida un agente se infiltra para descubrir a unos expertos falsificadores de moneda, aquí un agente trabajando a lo suicida, por libre, seguirá el rastro a unos peligrosos contrabandistas de joyas; en este caso en concreto, un collar de un millón de dolares.

La película tiene su curiosidad garantizada para verla. Además de extraña tiene una marcada violencia y al director le ha salido una atmósfera muy apropiada al género y bastante dinámica. El guion es aceptable aunque algunas secuencias no sean del todo deslumbrantes, pero en general el cariz oscuro e inquietante, sin duda, lo tiene.