30 winchester para el diablo

Un desgraciado al que nada le sale bien pese a mandar una treintena de forajidos mexicanos. Un pobre Diablo (Torres) al que le levanta la novia, Rosario (Stanic), un lindo dondiego con su trajecito entallado gris perla y su camisita de encajes.
Robos, puñetazos, traiciones, asaltos, persecuciones ... todo mezclado en un guion bastante caótico. Personajes planos, los buenos encima son listos y los malos tontos del haba. Realización vulgar con diálogos patéticos pésimamente doblados: "Me queda una única bala, la usaré para matarte".
Peor resultan las frases que se cruzan los enamorados, "Si tú me quieres como yo te quiero", "No puedo evitar el pensar que estás en peligro". ¡Oh, oh, oh! La hija del sheriff de Canyon City, Pamela Webb (Panaro), superpeinada de superpeluquería que está superenamorada del valiente agente de la ley, Jeff Benson (Möhner).
Lo mejor, sin ser nada del otro jueves, un par de baladas que se marca Rosario en español, pese al apellido de la actriz, y un amago de zapateado.
Todo muy chapucero y poco recomendable.
Un motivo hay para darle un vistazo, la presencia de nuestro Antonio Garisa en el papel de Jerry, el imprescindible "simpático" de estos westerns menores.