I.D. (Identificación)

Estamos ante una película muy valiente, que critica duramente, pero tratando de forma realista y sin corrección política, la violencia en el fútbol.

Tiene muy buen ritmo, te mantiene en tensión y la actuación del protagonista es sobresaliente, pero lo mejor es la forma en que retrata un ambiente sobre el que se ha escrito mucho sin tener ni idea. Para mí ésta es la mejor película de su temática. No pinta a los hooligans como un bloque homogéneo de animales de bellota, sino que te presenta todo un crisol de personajes, a cuál más pintoresco, como el entrañable Gumbo.

Por otra parte, es un film muy valiente al mostrar ese ambiente desde dentro, hasta te hace sentir empatía e incluso lástima por alguno de los personajes, algo impensable en una película políticamente correcta.

Ninguna película como esta nos ofrece una visión tan próxima del significado de los grupúsculos radicales seguidores de equipos de futbol, y en lo que se convierten aquellos que acceden a ellos.
Documento realista donde se muestra la tapadera y el movimiento de distracción que supone el alentar determinadas organizaciones, frecuentemente por otras de carácter delictivo.
De temática futbolera como fondo, no ofrece ni un solo segundo del deporte en que se basa.
A pesar de algunas incorrecciones, trata el problema desde dentro y desde fuera, nos lo muestra desde distintos ángulos, lo que supone para la sociedad este fenómeno, y las repercusiones que tiene en la vida del violento radical. Le doy un 6.5 sobre 10..

¿De qué va?:

Un par de policías británicos son enviados a una peligrosa misión, infiltrarse en Los perros, un grupo de hooligans futboleros del equipo del Shadwell Town para investigar desde dentro qué tipo de actividades delictivas están llevando a cabo aparte de romper la cabeza de algún rival y de la policía de cuando en cuando. Pero lo que en principio será un marrón terminará convirtiéndose para uno de ellos en una forma de vida muy tentadora...

Crítica:

Magnífica y muy desconocida cinta de cine británico. Con un estilo muy ágil, que recuerda al mejor cine social de Ken Loach, y algunos golpes de humor que firmarían gustosos los Monty Python, I.D. nos introduce en el mundo de los ultras de fútbol de manera muy verídica mientras aprovecha para denunciar la incompetencia de las autoridades y elaborar una brillante reflexión sobre la naturaleza humana y su tendencia innata a buscar el riesgo y la autodestrucción.

El actor protagonista Reece Dinsdale, fiel representante del viejo estilo de interpretación británico, da un recital de expresividad en su metamorfosis tras la cual se convierte de brillante y ambicioso policía en hincha obsesionado con su equipo y finalmente en desquiciado víctima de las circunstancias.

La versión original es aquí casi obligada dado lo cutre de su doblaje y sobre todo para poder disfrutar de las canciones de los hooligans y todo el ambiente tan conseguido, tanto en las escenas de los partidos como en ese típico pub inglés donde los protas toman contacto con sus objetivos de manera gradual. La relación de Dinsdale con la camarera de dicho pub también es otro de los puntos fuertes de la película ya que está tratada con un realismo poco habitual y refuerza toda la trama ayudando al espectador a comprender el comportamiento del policía en su viaje a la autodestrucción total.

Otra fenomenal muestra de la calidad habitual de la BBC.

Mi contacto con esta película se debió a la lectura de "Diario de un skin" de Antonio Salas, en el que comenta que la proyección se le hace ver a la policía responsable para atajar la violencia dentro del deporte. Es sin duda una confirmación de lo que había leído en el libro anterior: Los "hooligans", así como los nazis, no son un bloque de descerebrados que aceptan a cualquiera en su grupo, sino que son extremadamente desconfiados, pudiendo dar dolorosas lecciones a los infiltrados, topos y soplones que descubren. La película, además, también refleja que tras la violencia de una serie de individuos que utilizan el fútbol como excusa, existen una serie de actividades ilegales en manos de unos pocos, que se encargan de tener las manos limpias. Pero lo que más se centra la película es en el progresivo lavado de cerebro del protagonista, que conforme avanza la trama éste se muestra más ajeno a la disciplina policial y a la vida que llevaba para convertirse en un ser agresivo y desgraciado.

Como punto muy positivo de la política consideraría su realismo, el retrato puro y duro del ambiente "hooligan", en el que se va profundizando, mientras que al mismo tiempo sucede la degeneración del personaje principal. Un punto negativo de la película es la banda sonora, un poco cargante a veces y con pocas variaciones entre temas. Sin embargo, esta película bien merece verla, al ofrecer poder ir más allá de una simple crítica a la violencia en el fútbol.

Una obra de la BBC, cadena que en la mayoría de ocasiones hace filmes magníficos y que en España apenas se conocen. I.D (Identificación) relata como pocas la cara amarga del deporte, la de los aficionados exaltados y violentos. Estamos ante una de las mejores películas de un tema que se lleva poco al cine, porque genera muchos conflictos al deporte y a ese ámbito de poder que se mueve alrededor de él. La película es políticamente correcta en cuanto a señalar a aficiones en concreto. A diferencia de Green Street Hooligans 2005 donde el enfrentamiento principal de la película se produce entre radicales del West Ham United y del Millwall en I.D. el equipo protagonista es inventado, imagino que para no criticar a nadie con nombres y apellidos, aunque otros equipos como el Arsenal sí que salen de pasada. Pero de fútbol no hay nada de nada. También es importante y reseñable que en esta película el protagonista es un policía y no un estudiante, como lo era Elijah Wood en Green Street. Este hecho le suma más intriga a la película y nerviosismo al espectador. La violencia que lleva a los aficionados a comportarse de semejante manera está auspiciada únicamente por la pasión desmedida y la tradicional competencia entre los equipos ficticios del oeste de Londres. A diferencia con otros países, en Inglaterra la ideología política de los aficionados no es tomada en cuenta por los grupos radicales. En España, por ejemplo, tal y como se refleja en el Diario de un Skin 2005, los Ultras Sur están muy influenciadas por su pensamiento ideológico de extrema derecha, o los Indar Gorri por el de nacionalismo vasco.


Nuestro protagonista es un policía ambicioso y pelota que ansía con subir de escalafón en el cuerpo policial londinense. Sus superiores le dan la oportunidad de esmerarse en un caso junto a otros tres compañeros, uno de ellos su superior más inmediato. El caso consiste en infiltrarse dentro de un grupo de radicales del Shadwell Town y tratar de descubrir quiénes son los organizadores de estos grupos y ver si esconden otras actividades delictivas. Para ello tendrán que inventarse nuevas personalidades y ganarse a los cabecillas tanto en la perrera (se hacen llaman los perros de Shadwell), como en el pub inglés donde se reúnen para aclamar a su equipo y pillarse las cogorzas prepartido. En un principio el actor que encarna Reece Dinsdale (actor fetiche de la BBC) salvará a sus compañeros de más de un atolladero, parece el mejor indicado para infiltrarse sin que haya sospechas, pero acabará pasándole factura. Su personalidad se empezará a resquebrajar y le llevará lentamente a una transformación más allá del campo, donde afectará a cosas tan importantes como la familia o su propia moral.

La película está rodada sin grandes alardes, la fotografía no es muy buena pero los escenarios en cambio están muy bien escogidos. El pub y las gradas de los estadios están muy bien recreados. Las interpretaciones son correctas y solo destaca por encima del resto el protagonista: Reece Dinsdale. Recomendaría ver la película en inglés ya que mucho de los cánticos que entonan en la película pierden mucha fuerza en castellano.

Si te gustó: Green Street Hooligans (2005), Diario de un Skin (2005)...te gustará

PUNTOS FUERTES:
Escenas tan cañeras como cuando Reece Dinsdale se mete él solito a provocar a la hinchada opositora, otra escena en la que encabeza la persecución de un autobús lleno de hinchas rivales, o las escenas del pub cuando están en varias ocasiones a punto de descubrir sus identificaciones.

PUNTOS DÉBILES:

• El resto de compañeros infiltrados que ni pinchan ni cortan en la historia, están y no están a la vez, es un poco inverosímil.

•Que el equipo del Shadwell sea ficticio.