Hair High (Tupé)

Primero, fue el musical que nos rememoraba a esas ingenuas películas Disney que bombardearon nuestra infancia, luego, llegó la serie B más cercana al Peter Jackson desvergonzado de sus inicios y, acto seguido, vino otra serie B, pero sobre esos alienígenas que surcaban las pantallas durante los 70-80 dejando tan buen recuerdo en la memoria de algunos. Tras todo ello, tras esa retahila de films descacharrantes y divertidos, Plympton volvía a beber de otras fuentes, pero en esta ocasión para llevarnos a esas cintas sobre la High School que tanto furor causaron tras el éxito de la celebérrima "Grease". En cambio, aquí no tiró de números musicales ni nada por el estilo, sólo cogió los elementos claves del género.

Partiendo de esa base, la introducción de "Hair High" resulta sumamente simple, que sólo sirve para presentarnos una situación que podríamos reconocer en cualquier otra del género, pero aquí amplificada con los típicos dejes Plymptonianos, que hacen de algo corriente, un trabajo radiante e imaginativo.

Sin embargo, su primer tramo no otorga demasiadas virtudes, adolece de cierta falta de regularidad y de una reiteración de ideas que no hacen patente el enorme catálogo de ingenio que suele desprender en sus películas.
En cambio, tras ese tramo, "Hair High" arranca con la excelencia de un espectáculo tan (nuevamente) desmesurado como entretenido, uno de esos espectáculos donde sus personajes, situaciones y surrealismo logran hacer de volante a unas peripecias brutales y enderezar el rumbo para llegar a unos últimos minutos de auténtico apogeo, donde la High School se torna tenebre y nos remite más a un mito oscuro y lúgubre que otra cosa, haciendo de esa conclusión quizá, la mejor trazada por Plympton de todos sus largometrajes y logrando lanzar "Hair High" hacía una dimensión totalmente distinta donde lo que parecía sencillo, deriva en una romántica historia tremendamente terrorífica y nos deja con el sabor de boca de haber asistido a la que, probablemente, es una de las cintas más compensadas, bien llevadas y olvidadas del cine de este gigante de la animación independiente, logrando que en una pantalla no sólo veamos un trazo tan característico como peculiar, y un uso de la perspectiva sorprendente, sino también disfrutemos con una de las historias mejor maduradas de cuantas servidor haya visto durante mucho tiempo. Imprescindible.

Después de haberme sometido estos últimos días a un intensivo -y necesario!- maratón de Bill Plympton, dos conclusiones salen a la luz. La primera es que ‘Hair High’ es el trabajo más maduro (si es que realmente puede usarse este calificativo aquí) del autor. La segunda, es que hasta hace poco debía estar viviendo debajo de una gran piedra. Lo que sea con tal de justificar el hecho de que hasta ahora no hubiera descubierto a este genio de la animación.

Una cosa hay que entender en la filmografía de este ya veterano director, y es que es una persona que no entiende de puntos intermedios ni de ambigüedades. Todo en sus películas es exagerado, desproporcionado, extremo. Es asombroso como puede pasar de un diálogo ingenioso al humor más escatológico en cuestión de segundos. El deformado enfoque que ofrece de la realidad (su estilo a la hora de dibujar es inconfundible) ayuda a dar rienda suelta a su imaginación, que -en serio lo digo- resulta ser una de las más desbordantes que haya visto en mi vida. Denle a Plympton cualquier objeto o persona, y haciendo uso de su magia metamorfósica, empezará a sacar de la imagen inicial nuestras fantasías más alocadas y ocultas. En efecto, si aún había alguna duda, la animación de este cineasta sin igual, es extremadamente -nunca mejor dicho- adulta. Así que mojigatos y almas sensibles, abstenerse!

‘Hair High’ es todo esto. Además Plympton, consciente de los errores cometidos en su anterior y relativamente fallido experimento (‘Mutant Aliens’) evita regodearse demasiado en sus habituales excesos, lo que hace del producto final algo muy digerible (por raro que suene decirlo cuando se habla de una película de tan controvertido director). Pero lo que pone la guinda a este desternillante producto, es la honesta visión que tiene Plympton sobre el amor. El Burtoniano y genial desenlace, nos habla de su carácter atemporal y del hecho de que lo único claro sobre él es que es inclasificable. Es como la excepción que confirma la regla. Como una fuerza de la naturaleza, incontrolable y conciliadora que no tiene cabida en ningún extremo, simplemente está allí en medio. Ya lo dicen los protagonistas: “No es que estemos vivos o muertos. Estamos… enamorados”. No es de extrañar que Plympton entienda tan bien como funciona el amor. Al fin y al cabo éste es un sentimiento tan alocado como lo son todas sus películas.

Plympton es todo un as de la animación transgesora. Y con más razón lo es "Hair High", un largometraje que podría haber tenido aires de conmedia "teen" de instituto con acordes musicales a lo "Grease". Pero Plympton le mete baza a la sociedad de su país además de llenar elementos de terror y comedia en este cartoon crudo, deforme y maravillosamente concebido como una crítica a la sociedad actual.

No hay que encasillarlo con el universo "Beavies and Butthead", ni los "Simpson" o "Padre de Familia"; simplemente, sus dibujos animados (a caballo entre la serie B y su propio sentido del orgullo) están en otro marge, inclasificable para la mayoría de aduladores de la animación para adultos. Y un buen ejemplo está emn las ríadas de vísceras, pezones pinchados con tenedor, canibalismo, sexo animal y una bonita historia de amor con regusto hortera.

El señor Bill Plympton es un maestro. Nada más puedo decir después de ver esta cinta.
Una ácida, escatológica y divertidísima fábula surrealista ambientada en un instituo en la década de los cincuenta, con su rey y su reina del baile, su equipo de futbol americano, sus personajes populares y su protagoinista marginado y atosigado por el resto de compañeros. Un dibujo ágil y underground, unos diálogos y unas escenas que no tienen ni un segundo de desperdicio que nos introducen en las páginas de un cómic desde la pantalla de nuestro televisor.
Una sátira llena a rebosar de humor negro que se ta pasará en un suspiro. No dejes pasar la oportunidad de echarle un vistazo a esta joya de la animación made in EEUU o a cualquier título de la filmografía de Plympton, descubrirás un mundo que te será dificil abandonar.

La factoría Disney declinó la petición de empleo de Bill Plimpton porque su manera de dibujar y animar las personas y las cosas es demasiado personal y rematadamente fea.

Esta película cuenta la relación entre un pagafantas y una estudiante, y el acoso constante de un matón que se quiere llevar a la chica. Creo recordar que me comentaron que, más que una parodia a “Grease”, esto es una especie de remake o plagio de otra película de acción real no relacionada cuyo título no recuerdo, que estoy seguro de no haber visto.

Una curiosa historia de amor que hacia el final comienza a adquirir tonalidades fantástico-terroríficas…