Acorralados

Es curioso que lo que parecía otro thriller de nuevo cuño, se transforme en una cinta de intriga bien medida, que no se rinde a los excesos más evidentes, y que sabe realzar un juego psicológico entre sus tres protagonistas suficientemente hábil como para tener al espectador enganchado, siguiendo con atención los pasos tanto del que parece ser enemigo del espectador, como de los presentados como auténticos protagonistas, que se encargarán de padecer la terrible maraña instaurada por el personaje de Pierce Brosnan y, a priori, gran malo de "Butterfly on a Wheel" (se han vuelto a lucir los traductores).

Cierto es, sin embargo, que su vertiente psicológica no está tan trabajada como podría haber llegado a estarlo, y en cambio, cabe destacar que durante todo el tiempo que nos vemos sumidos en ese engaño, las situaciones propuestas para generar tensión y para generar un deliberado juego del ratón y el gato con el espectador funcionan en la mayoría de ocasiones, haciendo del film de Barker un tan distraido como tenso pasatiempos.

Por otro lado, tanto Brosnan como Butler y Bello cumplen a la perfección en sus papeles, y actores que en su día fueron insignias comerciales (Butler con su Leónidas en "300" y Brosnan con su James Bond, aguantando hasta 4 episodios de la famosa saga), demuestran que, como mínimo, han sabido dejar atrás esos roles e inmiscuirse en proyectos donde lucir palmito no es tan importante, y la labor actoral puede ofrecer más de sí.

Barker, pues, ha acertado dejando atrás esos pastichés romanticones de época, porque aunque "Butterfly on a Wheel" también sea un pastiché, está visto que la habilidad del británico queda mucho más intacta tras este curioso film y unos objetivos que se le dan mucho mejor, amen de terminar sorprendiendo, pues cuando uno espera tan poco de un trabajo de estas características, y recibe un entretenimiento tan adictivo a cambio, no puede estar más que agradecido.

Peli entretenidilla, que no pasa de ser un thriller de medio pelo con un par de cosas destacables: en primer lugar, su duración, ajustada a lo que nos ofrece; en segundo lugar, su ritmo, eléctrico y sin pausa, durante hora y media sucede todo y ni sobra ni falta nada, lo que tantas veces echamos en cara en otras producciones.
La trama es maniquea y tramposa hasta la médula, difícil de defender si no somos complacientes con lo que estamos viendo: el matrimonio formado por Abby y Neil Randall es sometido a un particular vía crucis por un tipo, Tom Ryan, cuyas intenciones no conoceremos hasta el final; la verosimilitud de la serie de pruebas que tendrá que afrontar esa pareja con una vida tan perfecta en apariencia se sustenta gracias a nuestra fe en la magia del cine, porque un análisis lógico desmontaría todo el tinglado.
Aparte de esto hay un cierto tufillo moralista que no acaba de convencerme, aunque desconozco si esa era la intención del guionista.
En el aspecto interpretativo destacaría a Pierce Brosnan haciendo del malvado secuestrador, y se nota que el hombre se lo pasó bien; tampoco desentona Maria Bello, actriz notable con cierta tendencia a la elección equivocada de papeles (su Evelyn de la Momia 3, por ejemplo). La cosa va bastante peor en lo que concierne a Gerard Butler, actor que me parece limitadísimo y que particularmente está horrible en esta ocasión, lo que contribuye a dar a la peli un tinte de telefilme caro.

Ya lo dicen por ahí: quien sepa tus secretos te tiene cogido por los h....o, en todo caso, con ciertas dosis de mala leche y medios económicos te puede arruinar la vida.

Más o menos esa es la moraleja de la historia.

Tambíén podría decirse que en el cine se desmoronan constantemente todos los arquetipos de familias perfectas y felices, bien por llevarse estupendamente de un modo tan irreal, quererse mucho de un modo tremendamente inusual o por, además, estar forrados de pasta gansa. Claro que en la vida real, por norma general, no se dan estos tres ingredientes y, ya no digamos a la vez...

Se puede querer, te puedes llevar bien y, hasta puedes tener rachas económicas decentes, pero, ¿las tres cosas sin que nada falle y, sin que a ninguno le puedan un día sacar los colores...? Lo dudo...

Lo que está claro es que es una película con moraleja, escenas de acción decentemente llevadas y, actores correctos. Tiene ciertos desarrolos con poca credibilidad, pero en conjunto no chirría y, desde luego entretiene.

Además, hay momentos en los que te angustias de verdad. Intentas ponerte en su lugar y, realmente no das con el modo en que alguien pudiera salir de esta sin poner en peligro su vida o la de un ser querido.

Obviamente no es una obra maestra, pero creo que tampoco lo pretende...

Se ve fácilmente y, no es tan mala como algunos la ponen.

Realmente y ,tal y como está el patio últimamente, creédme: hay cosas mucho peores.

Para ver sin tratar de encontrarse con un peliculón. Correcta sin más.

¿Y quién gana? El espectador. Con "Butterfly on a Wheel" lo único que puede hacerse es disfrutar de un thriller muy entretenido, de esos cuyos giros pese a ser algo absurdos, te mantienen pegado a la pantalla intentando averiguar hacia dónde nos llevará la historia. Está protagonizada por la preciosa Maria Bello y el cojonudo Gerard Butler, quien demuestra que es increíblemente versátil y tan pronto hace de marido atormentado como de espartano -en unos años será el nuevo Christian Bale/Hugh Jackman-, haciendo del matrimonio protagonista.

En el otro lado tenemos a Pierce Brosnan, a quien seguramente le empieza a faltar la pasta que amasó siendo James Bond, por que cada vez se mete en cosas más minoritarias y cintas carne de videoclub. Aquí hace de psicópata cabrón, hablando con algo de acento, con voz grave y casi susurrante. La interpretación de este trío no es digna de ningún gran premio, pero sin duda todos lo hacen genial, realmente genial.

Y todo para desembocar en un final muy ramplón, con el típico giro de esos que tienen todas las películas actuales. Pero hasta que se llega a él, es altamente disfrutable, y cuando una cinta a priori tan manida es capaz de atraparte y gustarte durante la hora y media que dura, es que algo funciona. Recomendada.

De los traductores (por llamarlos de alguna manera) de “American Ninja” por “La salchicha peleona” y “The flock” por “El caso Wells”, ahora llega…. ¡tachán!... “Butterfly on a wheel”. Ya sea porque los muchachos no se sentían bien retribuidos, ya sea por puro desconocimiento del idioma de Shakespeare o ya sea porque nos toman a los espectadores como incapaces de entender una metáfora, el caso es que han decidido simplificarla por el contundente título de “Chantaje”, cargándose de esa manera gran parte del factor sorpresa de la película y, por qué no decirlo, todo el esfuerzo del equipo de marketing de la peli para buscar un título original y atractivo.

Por desgracia, los traductores (por no llamarlos directamente vividores, insisto) no han sido los más apáticos de la película. No, para nada, porque los guionistas han ideado una de las tramas más tópicas, inverosímiles y rocambolescas que se me vienen a la cabeza. Por no creérsela, no se la creen ni los actores: Gerard Butler y Maria Bello se dedican a hacer lo que diga el guión (cara de ésto, cara de lo otro, llorar, reir, sufrir…) y lo hacen de manera solvente, pero transmitiendo unas enormes ganas de terminar con el tostón y a ver si les dan papeles más decentes. Pierce Brosnan, por el contrario, sí le echa ganas (aunque con peores resultados, porque lo suyo siempre han sido más los tiros y las explosiones), supongo que por aquello de hacerse ver para que le sigan dejando actuar.

La película no es original (así a bote pronto se me vienen a la cabea “A la hora señalada” y “Fuera de control” como sospechosamente parecidas) ni creíble, así que la primera hora transcurre con apatía con el único interés de ver cómo acaba la cosa… si no dan nada mejor en otra cadena. Después hay algún giro sorprendente que hace que durante diez minutos la película haya valido la pena y suba su valoración un punto o dos, pero que se estropea con otros recontragiros que parecen dirigidos por y para imbéciles.

Lo siento, pero la sensación final es de haber perdido el tiempo.