Los pandilleros

Producida el mismo año que The Warriors de Walter Hill, y estrenada prácticamente al mismo tiempo, tenemos una especie de film de pandilleros de autor, dirigida por el ecléctico Philiph Kaufman, con el ahora desaparecido cachas Ken Wahl como el líder de una banda de italianos, que se las tiene tiesas con los negros y los cabezas rapadas de la zona.
Ambientada a finales de los 60, está contada de modo realista, recordando en cierto modo a La cocina del infierno, (la de Stallone), ya que lo que aquí se cuenta parece ser está basado en las experiencias personales de Richard Price, (el autor del libro aquí adaptado), resultando muy entretenida y no siendo difícil en absoluto empatizar con los personajes.
La banda sonora es muy buena, la atmosfera resulta inquietante y las peleas están filmadas con realismo y oficio.
Absolutamente recomendable.

Película de culto para aficionados a la cultura pop en general y para "rockers" en particular. Aunque a simple vista parezca otra gang movie y dejando a parte la estética y la banda sonora, realmente bellísimas, el film muestra de manera natural e incluso me atrevería a decir que graciosa, sin caer en el rídículo, los reincidentes conflictos, inquietudes, miedos, deseos y sueños que afrontan jóvenes de barrios marginales. El melacólico final recuerda el de "American Graffitti", pero la figura de un cantautor en el Village entonando que los tiempos estan cambiando es sin duda un golpe de efecto que da sentido a la historia de los Wanderers.

Todo un mar de sensaciones durante casi 2h. que desconcierta en ciertos momentos.

Mi desconocimiento del movimiento juvenil norteamericano en el Bronx durante los años 60 me impide valorar con criterio si los hechos relatados en esta película son realmente fieles a la realidad, pero si algo tiene The Wanderers es una fuerte caracterización de cada una de las tribus urbanas que aparecen y personajes con una personalidad y un carácter bien definidos.

Considero que el guión se sostiene a duras penas y muchas de las situaciones propuestas en la historia se suceden de una manera un tanto forzada e inconexa, pero la película no deja de ser distraída y comprensible, incluso se atreve a contextualizar la historia, de una manera bastante creíble, en la escena en que se anuncia el asesinato de Kennedy en los televisores de un escaparate.

El film cuenta con una mezcla de estilos que puede llegar a desconcertar (pasa rápidamente de la comedia al drama, incluso hace un guiño al terror con algunas escenas oscuras, neblinosas y con música inquietante), pero sorprendentemente esta amalgama da un resultado aceptable que funciona bastante bien.

A su favor juegan otros muchos factores, como unas estupendas interpretaciones (Richie –Ken Wahl-, Joey -John Friedrich-, Despie –Toni Kalem-), una fantástica banda sonora, y una serie de buenas escenas (las quedadas nocturnas entre tribus para buscar aliados, la partida de streap poker entre chicos y chicas, el partido de fútbol americano…)

En definitiva, una película con un montaje desastroso, pero distraída y con unos protagonistas con mucha fuerza y personalidad genialmente interpretados.

En un cierto halo de misterio, en el mundo de las bandas urbanas de los 60s, esta película transmite muy bien el miedo a los más malos y el deseo a lo más prohibido.
Personajes con mucha personalidad.

Transcurre en un baile visual entre las peleas y el cortejo chicos-chicas de los 60.

Refleja los problemas familiares, la resignación ante el destino, los miedos de una socidad insegura ... con reminiscencias históricas al año 63 bastante bien introducidas.
Grandes escenas. Gran vestuario y sobre todo, una banda sonora espectacular.

A menudo un pésimo montaje estropea tanto una película que no hay nada que hacer, no hay manera de evitar que el desinterés acabe venciendo. Suerte tiene "The Wanderers (Las pandillas del Bronx)" de contar con unos personajes memorables, con una banda sonora maravillosa y con un ambiente realmente bien recreado. Si no fuera porque los personajes que vemos recorrer la pantalla tienen tanto encanto la película sería nefasta. No soy el único que se ha sentido perdido, por momentos confuso, cuando de una escena se pasa a otra de forma tan brusca que no es fácil asimilar cambios incluso de género uno detrás de otro. Una comedia, un melodrama, toques románticos ahora, sátira tal vez mezclado con realismo social... Es difícil catalogarla, pero tengo claro que su indefinición se debe a un pésimo montaje.

Sin embargo es fácil que caigan bien esos chicos con sus chaquetas únicas, caen bien pese a ser lo que son, unos paletos racistas de ciudad. Viven sus circunstancias y el espectador acaba implicándose incluso pese a no saber tan a menudo por dónde tira la película. Cada vez que suena una canción de aquella época todo es mejor, como cuando los chicos de las bandas hacen de las suyas, deciden afrontar su futuro y dar un paso más, un paso diferente a los anteriores, suena ese ritmo antiguo y todo es mejor. Esta película tiene algo especial, es a la vez casi un desastre y una maravilla. Cosa rara, eso me parece. Pero entretenida, que es lo que cuenta.