West Beirut

Quien espere ver una película bélica con tiros, quien espere ver un documental dramático, que se abstenga o que cambie el chip radicalmente, porque ésta es la historia de las gentes de a pie, de las familias que no saben si huir o quedarse, de unos jóvenes traviesos que no paran de meterse en unos líos de lo más extraños.
Desde la dirección, se busca y se encuentra una alternancia brusca y efectiva de drama y comedia. Se llevan a algunas situaciones y a algunos personajes hasta el extremo, mientras que otras escenas resultan delicadas y románticas. El guión y los actores hacen que sea facilísimo (al menos para mí lo fue) identificarse con los personajes.
Con unas nociones básicas del conflicto, la película se sigue perfectamente, pues no se trata de analizarlo sociopolíticamente, como ya se ha comentado.

Hay un goteo continuo de críticas (recordemos el autoenaltecimiento galo durante las clases del principio; sin olvidar las buenas dosis de autocrítica, que también hay) y referencias a estrellas mediáticas occidentales (Telly Savalas, Steve McQueen, Paul Anka...) que arranca la carcajada, o por lo menos la sonrisa.


- Te lo juro por Dios.
- No, júralo de verdad.

Bajo la visión de dos musulmanes que viven en una situación cómoda, típica de cualquier familia media, el director ofrece la visión de la guerra civil que sufrió el Líbano, uno de los países musulmanes más Occidental, abierto y tolerante. Los dos protagonistas se enamoran de una joven cristiana refugiada. Juntos deciden revelar unas fotos que han hecho a la joven tía de uno de ellos, desgraciadamente la tienda de fotos cae en el otro lado de la ciudad, controlado por el bando rival al sector que ellos pertenecen. Los jóvenes crecerán y se amaran mientras la guerra lo destruye todo a su alrededor. Genial, divertida y tierna película sobre el conflicto que sufrió este país, pero con una visión particular; el director cuenta la historia, pero con la obligación de que el espectador tiene que saber de antemano la historia, sino más de uno se pierde. En otro modo de decirlo, el director solo le cuenta la historia de su país a unos pocos, a la mayoría les cuenta una historia de amor y amistad en una ciudad en guerra.

Una película directa y humilde, sin pretensiones. Muestra una historia bajo el fuego de la guerra, unas vidas que se deben adaptar a las circunstancias, pero que no por ello se doblegan ante ellas. Las religiones ayudan más a dividir que a unir, en un sinsentido hilarante.

El escenario, Beirut en guerra, o cualquier otra ciudad bajo conflicto, recrean un angustioso, terrible, pero irónico e irreal fondo para la cinta. Un argumento sencillo, pero sólido. Unas buenas interpretaciones, y una buena banda sonora hacen el resto. Una gran película.

Ahora que he asistido al estreno de Vals con Bashir, he recordado esta hermosísima película, que muestra el lado más humano, la visión del niño, del joven, del que se involucra solo de manera accidental en la guerra. La guerra acá es tan solo el escenario, la circunstancia que hace que las cosas sean un poco distintas, un poco más difíciles, pero los protagonistas son el amor, la amistad, la juventud, las ansias de conocer "el otro lado" viviendo en una ciudad dividida, con barreras no visibles pero sí muy marcadas. La camara de 8 mm una testigo de todo lo que sucede. El tono alegre, permite disfrutarla de principio a fin. No recuerdo exactamente cuando la vi pero han pasado varios años y el sabor que deja es difícil de olvidar. RECOMENDABLE PARA TODO PUBLICO.

La película narra la vida de dos adolescentes musulmanes, Tarek y Omar, durante la guerra del Líbano. La trama relata cómo en ambos se despierta el amor hacia la misma muchacha, una joven cristiana llamada May. Cuenta el film de manera descarnada la violencia del Líbano de hace dos o tres décadas y cómo ello condiciona la vida de los jóvenes y sus familiares.

Es una película poética excelentemente dirigida por Ziad Doueiri y con una gran interpretación coral de parte de todos los personajes. Se desarrolla en el Beirut de no hace tanto, cuando las distintas facciones en liza y la participación de sirios, palestinos o cristianos, junto a los señores de la guerra dibujaron un desolador panorama de violencia y guerra en un país que llegó a ser antes de la conflagración un paraíso para el turismo occidental y todo tipo de visitantes que frecuentaban sus hermosas playas y lujosos Hoteles.

Se nota que falta presupuesto para su realización, pero esa carencia está sobradamente compensada con una efectiva puesta en escena. Como dice Fernando Morales del Diario El País, es una “dura y universal radiografía de cualquier enfrentamiento civil”. Un film original, atípico y en cualquier caso recomendable.