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El ocaso de un asesino

Intriga. Drama Jack (George Clooney) es un mercenario solitario, un asesino a sueldo con un gran talento para el crimen. Sin embargo, tras un problema al ejecutar un trabajo en Suecia, se refugia en un pueblecito italiano, donde decide realizar una última misión por encargo de una mujer: la fabricación de un arma. Su intención es retirarse después. Mientras la fabrica, traba amistad con el cura del pueblo (Paolo Bonacelli) y comienza a intimar con ... [+]
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Críticas 156
Críticas ordenadas por utilidad
19 de septiembre de 2010
138 de 187 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entiendo perfectamente que alguien del talento visual de Corbjin, al decidir pasarse al formato cinematográfico, opte por acometer films que se pueden tachar de todo menos de videocliperos, por ofrecer algo totalmente distinto a lo que ha venido haciendo los últimos lustros. Tras salirle bien la jugada con la interesante “Control”, el hombre se ha soltado más la melena y ha decidido tributar a los films que le gustan, a los westerns como “Hasta que llegó su hora” (que ya se encarga de poner en la tele en una escena) y al thriller francés de los 60, concretamente “El silencio de un hombre (Le samurài)”.

Su principal logro se queda en un juego de texturas, atmósferas y ciertas composiciones formales de cuadro realmente conseguidas, pero sólo eso. Lástima, porque si se acompañara de un guión sólido, pudiera haber sido una gran obra. En lugar de esto, pues tenemos al protagonista en la cafetería, montando un arma, yendo al mecánico, visitando un puticlub, cenando con el párroco, atendiendo al móvil, mirando con expresión hierática por la ventana…

Con tanto esfuerzo en realizar una narración pausada con ansias de trascendencia, consigue tedio, buscando profundidad e introspección alcanza el vacío más anodino y trabajando personajes prototípicos tampoco logra mucho más; veamos: el cura como amigo que le hace ver lo miserable su existencia, la puta amante que le recuerda que ser feliz es posible, el asesino rival que trata de impedir la redención del protagonista, siendo éste el hermético y frío profesional que duda en silencio de la vida que lleva por culpa de una experiencia traumática. ¿Os suena?

Elementos todos ellos que hemos visto ya muchas veces y bastante mejor. Considero también que una filmación de carácter contemplativo no tiene por qué ser aburrida si lo que nos muestran es interesante, pero no es el caso. Y que conste que no considero al Clooney mal actor, pero la cantidad de papeles parecidos que lleva haciendo en los últimos años junto a la carga mediática made in Nespresso, flaco favor le hacen en su labor interpretativa; simplemente no resulta veraz como asesino despiadado.

Durante el metraje no pude evitar pensar en otro film de esta temática que está justamente en la antípodas en resultados de éste: “Ghost Dog” de Jim Jarmusch, que cogía constantes del cine de asesinos para transgredirlas ofreciendo un relato pausado, interesante, sencillo, original y con un protagonista, Forest Whitaker, que sabía mimetizarse y transmitir credibilidad. Tal vez Corbjin y Clooney deberían coger apuntes para futuras ocasiones.

Dos advertencias:
1) No se dejen engañar por el tráiler, esa es toda la acción y el 50% de los diálogos del film.
2) En el poster remarcan la palabra “trepidante”. Lo es tanto como un concierto de los monjes de Silos a las 4 de la madrugada.
RandolphCarter
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20 de septiembre de 2010
92 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La profunda soledad del samurái sólo es comparable a la de un tigre en la jungla". Con este breve extracto del Bushido prologaba Jean Pierre Melville su obra maestra "Le Samourai" ("El silencio de un hombre", 1967), referencia indiscutible del presente filme junto con "Chacal" (1973) de Zinnemann, como bien han apuntado otros usuarios.

Y es que el personaje interpretado por Clooney, un frío y hierático asesino profesional, se mueve, efectivamente, como una fiera acorralada, pero no sólo por un enemigo mortal y desconocido, sino también y sobre todo, por su propia soledad. Es evidente también, y así lo ha reconocido el realizador, la influencia del Western, puesto que el argumento es, en esencia, una nueva versión de la llegada de un forastero de pasado oscuro a un pueblo perdido (la secuencia en la que Clooney llega a la plaza de un ficticio Montevecchio y es escrutado por los escasos lugareños es muy reveladora en este sentido). Pero el caso es que a este profesional le hastía su propia vida, su autoimpuesto aislamiento, y llegado con motivo de un último "trabajo" a estos solitarios pueblos, va a entablar relación con el párroco local y con una prostituta (una guapísima Violante Placido), de la que acaba enamorándose.

De ritmo moroso y mínimo guión, con planos lentos y predominantemente fijos, "El americano" es la antítesis de lo que hoy entendemos por cine de acción, acostumbrados como estamos a montajes frenéticos, cámaras al hombro y planos fugaces. Es un filme centrado en el rostro frío y un tanto amargado de un hombre solitario y hastiado, muy bien interpretado por Clooney, que logra aquí una de sus mejores actuaciones. Otro punto fuerte son las localizaciones, muy acertadas, y el uso narrativo que se hace de las mismas, enfatizando siempre la soledad del protagonista (véanse esos planos cenitales del coche recorriendo carreteras desoladas o los inquietantes paseos nocturnos de Clooney por las callejuelas de los pueblos); al igual que en los filmes de Anthony Mann, John Ford o Raoul Walsh, el paisaje es incorporado como un elemento dramático más, de modo que si el personaje interpretado por Clooney es el tigre al que aludo en el título de la crítica, el paisaje y los retorcidos callejones de los pueblos son, sin duda, la jungla.

La maestría con la que está fotografiada la película es incuestionable (hay que tener en cuenta que el director lleva toda una vida dedicado a la fotografía), tanto en el tratamiento del color y la luz como en los encuadres, francamente hermosos. A ello cabe sumar la fuerza que incorporan algunas secuencias, como la inicial, gélida y terrible a partes iguales, y el gusto por el detalle que caracteriza a otras (todas las que tienen que ver con la fabricación y ensayos con el rifle, que remiten a la ya mencionada "Chacal"). En definitiva un buen thriller a la europea, y quizá por eso mismo, poco popular entre el público.
Quatermain80
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9 de septiembre de 2010
57 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El americano" es un film inspirado en la novela "A Very Private Gentleman" (Martin Booth), se rodó primero en Suecia, para pasar más tarde a Castel Del Monte, Castelvecchio provincia L’Aquila, región Abruzzo (al Este de Roma), donde había ocurrido un fuerte terremoto que había desmoronado parte de la comune, y se dudaba poder rodar ahí. Pero la insistencia de rodar en la localidad original de la novela y el acuerdo con las autoridades locales, se le daría una oportunidad para así dar publicidad al lugar ayudando en lo económico (también el gasto mientras se rueda) con el turismo.

"The American" -y su póster- es un producto algo engañoso, antes de pagar la entrada se tiene que tener muy claro que no es un Bourne o un Bond, aunque así parezca en su comienzo muy "Bondiano".
Como comento, el comienzo en Suecia es un buen reflejo de lo que resulta el film en su conclusión, insustancial (no hay explicación ni empatía) y torpe en su desarrollo (como el asesino).

No solo porque la película sea escueta en diálogos y Clooney muy parco, sino porque se decanta por un estilo visual para mostrarnos la cotidianidad de un tipo de hombre como es Jack, Edward o Mr. Butterfly (Clooney) - aunque da igual, ni importa-, un asesino experto en mecanismo, pero no llega el apego porque no hay nada interesante, tampoco un atisbo de ello; se puede ser pausado, pero mostrando detalles o conversaciones relevantes, la trama es algo "inasible", y con solo una bonita localización no basta Corbijn. Primero se explaya en un lucimiento para Clooney, que quieren que veamos en la buena forma que está, y luego, en sus relaciones en el pequeño pueblo de Castelvecchio (que tendrá pocos más habitantes que en los bloques de apartamentos donde yo vivo), donde no faltan prostíbulo de prostitutas despampanantes, una asesina de "buen ver" y un cura amistoso, sin obviar tampoco los "spaghetti western" de Leone ni la conocida canción de Renato Carosone "Tu Vuò Fa' L'Americano".

Solo vemos a un minimalista Clooney ejercitándose y tomando cafés, recalando en un pequeño pueblo en Italia sin saber muy bien por qué, entrañando una relación insulsa con una prostituta. Se esconde de los asesinos más ineptos del mundo, para jugar con una intriga fraudulenta (la ruidosa scooter que aparece por arte de magia en las tranquilas callejuelas es de traca) en miradas y actos de los lugareños (no se puede pasar menos desapercibido que siendo un extranjero en un pequeño pueblo, donde la gente suele ser curiosa y en el trato muy cercana). Tiene de interesante y adhesión muy muy poco (me fui unos segundos a por una coca-cola cuando empezaba una escena de sexo, sí, en una escena de sexo donde una tía encima lo enseña casi todo, pero que me estaba pasando!!!??).
El hilo narrativo es lento y el final es abrupto y desmañado. Añadiendo el guiño a "The day of the Jackal", se aprecia que Clooney quiera darle algún sentido a sus roles, más profundidad y alejarse de lo usual, pero esto es un film fallido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cuéntamelo
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17 de septiembre de 2010
37 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
La puesta en imágenes de la novela de Martin Booth por Anton Corbijn nos acerca al mundo de los sicarios: aquéllos que viven a costa de que los demás mueran a sus manos, aquéllos cuya nómina engorda cuando adelgazan el censo de población.

La deshumanización del sicario es la misma que la del terrorista, ya que transforma a sus víctimas en objetivos carentes de biografía, pero la higiene de ideales —muy corrompida en el caso del terrorista— es inexistente en el caso del sicario, cuya única compensación a su desalmada profesión es un salario.

George Clooney cumple con creces en un papel difícil por su contención gestual, y logra que, por momentos, aborrezcamos su personaje, olvidando su condición de actor-profesional de la simpatía.

Violante Placido aporta una belleza a la vez carnal y escultural y tiene una sonrisa que ilumina la pantalla. Su secuencia nudista en el lago parece sacada de “El Nacimiento de Venus” de Botticelli.

El veterano actor de teatro Paolo Bonacelli compone con derroche de recursos un cura bonachón, paternalista, escudriñador, inquisitivo y metomentodo.

Espléndida fotografía, sobre todo en la vertiente paisajística.

Película de metáforas, buscadas o fortuitas, dentro y hasta fuera de la sala de exhibición, como son:

1º ) La muy obvia y ya señalada de conversión de gusano en mariposa.

2º ) El paraje nevado sueco de la secuencia inicial es un anuncio de la gelidez que impregna el ambiente de los asesinos profesionales al que Jack pertenece. La película está articulada en torno a la frialdad de las relaciones humanas del protagonista y del cuidado, rayano en el mimo, de sus relaciones con los objetos, ya se trate de vehículos, armas o simples productos de uso doméstico. Esa sensación que se transmite de frialdad detallista da a la perfección las señas de identidad de nuestro hombre, muestra su personalidad de virtuoso del asesinato.

3º ) La redención de Jack por el amor es un reflejo invertido —como en un espejo— de la del propio George Clooney en su encasillamiento cinematográfico de amables papeles de galán maduro.

La película tiene fallos de guión en cuanto a la lógica interna que hace progresar la acción y a la credibilidad de los comportamientos de los personajes. Los dos viajes que dan razón de ser a la historia resultan poco verosímiles. El viaje real a un pueblecito italiano al que se obliga a ir a Jack, le fuerza a confinarse en un lugar poco propicio para el fin que pretenden los que le han mandado allí. El viaje interior del protagonista, de despiadado asesino a tierno amante, es irreal. En un desierto arenoso, salvo milagro mayúsculo, no puede florecer un rosal.

Así todo, es una película que atrapa durante la mayor parte del tiempo y deja el regusto agridulce de un vino que, si no es de una gran añada, sí se puede considerar digno.
Martes Carnaval
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6 de noviembre de 2010
34 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo recordar que existe en el refranero popular un aforismo que advierte sobre el peligro que comporta mezclar churras con merinas. Y, aunque ahora mismo no caigo en la cuenta de qué terrible riesgo entraña semejante maniobra, lo que sí tengo claro es que Corbijn y Clooney no conocen ese refrán. Ni ése ni ningún otro parecido. Porque, vaya, eso de coger un argumento de post-it y estirarlo mediante un poquito de Bresson, un poquito de Melville y cuatro postales de la Italia profunda es de juzgado de guardia, señores. Que no, Corbijn, que no. Que no se puede coger “Chacal” y convertirlo en una gafapastada así por las buenas. Por mucho que sepas encuadrar y por mucho rato que te tires para no contarnos nada. No, Corbijn, no. Si quieres hacer una peli de acción, hazla, pero si lo que pretendes es emular a Bresson, Melville o Leone búscate otro guionista, macho. Otro guionista y otro prota, por Dios. ¿Acaso no recuerdas que Clooney ya protagonizó un remake de “Solaris” y le salió el tiro por la culata? Aclárate, majo. Tu peli no es mala del todo, de acuerdo, pero es demasiado aburrida para ser de acción y demasiado simple para ser una gafapastada. La próxima vez, ya sabes: o churras, o merinas.
Taylor
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