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El Faro

Drama. Romance En El faro, en la cima de un solitario islote de piedra llamado el Morro y situado a pocos kilómetros de Santa Marta hay un faro que con su luz alumbra la historia de cuatro personajes: la de Ángel, el viejo guardafaros cuyos días están contados y aún tiene una promesa pendiente por cumplir; la de Dolores, la mujer que lo abandonó hace veinte años jurando jamás volverlo a mirar; y la de Genaro y Ofelia, dos náufragos obligados a escoger ... [+]
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
25 de marzo de 2013
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Película colombiana dirigida por Luis Fernando Bottia, director de la película “Juana tenía el pelo de oro”, estrenada en el 2006. Luego del éxito con el filme del 2006, muchos esperaban el nuevo trabajo de Bottia.

Dirigida y escrita por Bottia, en esta ocasión cuenta la historia de Ángel, un anciano que cuida el faro en una pequeña isla cerca la ciudad de Santa Marta. Ángel, vive solo en esa isla, apartado del “mundo” y de la ciudad, a la que sólo acude en ocasiones, por razones especificas. Ángel fue abandonado por su mujer hace 20 años, al no querer irse con ella a la ciudad, en donde ella trabaja de cocinera, al parecer en un convento. Un día, una pareja joven, Genaro y Ofelia, llegan a la isla de Ángel, cuando intentaban huir del país con rumbo a España por el mar, en un intento fallido.

En general, estos son los personales centrales de la historia. Que retratan distintas historias de amor, una de ellas separada por el tiempo y por la negación al cambio. Y la otra, ansiosa de un cambio y una nueva vida.

En términos generales me pareció un filme interesante con una hermosa fotografía de principio a fin.

Una historia con un guión que propone algo interesante al inicio, pero que poco a poco se va perdiendo y no se mantiene apoyando el espectáculo visual. Esto me pareció una lástima, ya que creo que pudo ser un muy buen filme.

Al final hay escenas de relleno que no aportan nada, y que al contrario le quitan poesía, porque hasta un momento el filme se mantiene como un poema. La historia se pierde y no regresa, pero me parece muy bien que se sigan haciendo este tipo de filmes, que se siga experimentando por este camino, dando nuevas perspectivas sobre temas comunes, como la emigración, las tradiciones y el amor.

Mi primera reacción fue ponerle un 5 al filme, porque en realidad estaba decepcionada. Pero como a veces ocurre, escribiendo la reseña, me permitió extraer virtudes del filme. Que aún así, sigo manteniendo, que fue una película fallida que pudo ser mucho mejor.

http://asbvirtualinfo.blogspot.com/2013/03/el-faro-luis-fernando-bottia.html
Alejandro
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29 de julio de 2014
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Ya Aristóteles decía que no hay nada en el espíritu que no pase a través de los sentidos. Sin embargo, aunque la atención a los aspectos sensoriales del proceso de conocimiento haya sido una constante en algunas corrientes filosóficas, no es mucho lo que se ha estudiado al respecto.

Esto viene a colación porque la información acusmática en el primer tercio del filme “El faro” (donde no ocurre absolutamente nada) documenta a propósito en esa aparente y escasa intradiegetización del entorno y la vida anodina de un señor mayor que cuida un faro en la ciudad de Santa Marta, en el Caribe colombiano. Con esta estructura llena de texturas y que es su virtud. “Pacho” Bottía llega con un cine sin turbación, pero sí de los silencios tronadores y sus ruidos en la rutina del hombre.

Por supuesto que existen silencios que hablan más que cualquier diálogo largo y pesado. Silencios que son capaces de expresar los secretos de la naturaleza humana. Robert Bresson siempre supo tratarlo como nadie, aludiendo que: “El cine sonoro ha inventado el silencio”. Esto es un buen ejercicio de estilo en el filme de Bottía, sin la apariencia de intriga (aunque necesaria). Y es que en la medida que aparece otros personajes en la historia, la estructura dramática carece de reflexión, amor, ternura y miedos.

El sonido —como la vista— tiene asimismo una eficaz capacidad simbólica e identificativa. De todas formas el cineasta Pacho Bottía (“La boda del acordeonista”) desdeña las escenas artificiales arriesgando su punto de vista en el último tercio de la cinta, donde realmente ocurre lo que tiene que ocurrir, dejando al espectador nada perturbador.

La historia a la larga habla (y siendo reiterativo) sobre la soledad y la fuerza interior para cumplir promesas aunque ello no conduzca a nada. Así que lo que subyace en el fondo de “El faro” es la lucha por cumplir promesas. “El faro” narrada con solvencia en su ritmo lento, sus escasos diálogos son agradables, buena fotografía de “Pacho” Gaviria” y una agradable banda sonora a cargo de Julio Reyes Copello. El productor general del filme Juan Manuel Buelvas (y a modo de anécdota) aparece como un extra en una de las escenas. Algo a lo que se acostumbró “Hitch” el maestro del suspenso.

Gonzalo Restrepo Sánchez
Visite: www.elcinesinirmaslejos.com
gonzalo restrepo sanchez
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