¡Game Over, tío!

No seré yo, amante de la llamada 'nueva comedia americana' el que critique a esta película por ser humor absurdo o escatológico, si que lo haré porque dentro de este género, es realmente mala. Un género que realmente me ha hecho disfrutar estos últimos años como un cerdo en el barro, desde películas de éxito que han tenido secuelas igual de buenas como Infiltrados en Clase (2012), Malditos Vecinos (2014), Como acabar con tu jefe (2011) o Dando la Nota (2012), desde un prisma femenino como La boda de mi mejor amiga (2011), Hermanísimas (2015), Cuerpos Especiales (2013) o Espías (2015), y muchas más que harán que tu mandíbula se retuerza de dolor de tanta risa como Mike y Dave buscan rollo serio (2016), Cosas que hacer antes de los 18 (2013), Todo sobre mi desmadre (2010), también lo mejor de lo último de Adam Sandler de las que destaco Os declaro marido y marido (2007), Niños Grrandes (2010) y su secuela, y Desmadre de Padre (2012), y no quiero terminar las citaciones de lo mejor del género sin recomendar una joya oculta como es Popstar (2016), una auténtica maravilla.

A !Game Over, tío! es imposible salvarla de la quema por mucho que acierte con 2 escenas de culos y pollas, esta parodia de Jungla de Cristal no encuentra nunca el ritmo, los protagonistas no enganchan con el espectador, primero por sus actores, con poca experiencia como primeros de cartel, más acostumbrados a ser secundarios en películas mejores, y después por un guión cuyos gags en general no funcionan, por lo que este estreno de Netflix pasará muy pronto al cajón del olvido inmediato.

Antes de terminar tengo que decir que me dolió comprobar el paso del tiempo de todos nosotros personificado en Rhona Mitra, sex symbol absoluto desde Ali G,

Otra chufla considerable made in Netflix -- Die hard filtrado a través de Workaholics y el humor en boga del cine de comedia yanqui reciente más mojonero, casposo e infantiloide.

¿Resultado? Cameos fútiles, momentos stoner, estupidez a mansalva, penes amputados, coñas gay varias, personajes odiables, torpezas narrativas, arcos de personaje metidos con calzador y un resultado general execrable.

Bien por el título: esta película es un Game Over como una catedral.

Evitad el visionado de este mondongo.

Aguanté hasta el final, pensando que habría algún toque de gracia, que me sorprendería, pero nada de nada, la película se merecía que cambiara a otra a los 30 minutos pero fui masoquista.
La verdad es que la trama daba para hacer una buena película de comedia pero no es así, la idea es la misma que "La jungla de Cristal", pero en vez de un policía, son 3 camareros en plan gamberro y sin gracia. Totalmente evitable, mejor utilizar ese tiempo para ver una nueva película o disfrutar de un buen clásico.

Un nuevo estreno de Netflix de esos que solo sirven para pasar el rato. Así tendremos que calificar a esta nueva película de la plataforma de streaming.
¡La verdad debo decir que fue un buen rato viendo Game Over, Man! Es cierto que no tiene nada original que ofrecer que es una película que no tiene una línea conductora clara y que tiene los tópicos de las comedias absurdas americanas, pero aun así me entretuve y me reí a carcajadas por momentos con una que otra escena ridícula que resulta ser bastante efectiva.
Una trio de idiotas siempre funcionara si sabes que tienes que ver una película sin mayores expectativas y es lo que hice antes de ver este nuevo estreno de Netflix en sus tráileres sabia a lo que me afrontaría y la formula resulto ya que lo sorprendentemente idiotas y sin conexión que son nuestros 3 líderes interpretados por Adam DeVine, Anders Holm y Blake Anderson que están estúpidamente bien interpretados a mi juicio. El resto del reparto no importa mucho por que queda en claro que es un agregado que no aporta mucho, mas bien son los acompañamientos para que los tres protagonistas se luzcan haciendo sus idioteces.
La prolija dirección de Kyle Newacheck permite que la película avance de buena manera y que se convierta en un rápido entretenimiento que te mantiene pendiente desde su primer momento hasta su final bastante absurdo.
Es una película que debes mirar sin ninguna expectativa y así podrás solo entretenerte ya que no ofrece nada nuevo a lo que ya hemos visto y lo que nos llega cada año con estas películas de comedia de acción. Un trio de supuestos fracasados que están en el momento equivocado que, con su sorprendente inteligencia oculta, logran impedir el malevo plan de un idiota aun mayor como villano. En simple palabras es una película contada mil veces pero que sigue siendo efectiva si tiene pasajes buenos y te logra sacar mas de una carcajada gracias a sus bien resueltos gags.
Game Over, Man! Es una película que sigue la línea de Netflix de entregarnos películas que serian un gran despilfarro en el cine pero que si estas de estado de animo y un poco aburrido te agradaran de ver en tu casa y sin mayores gastos que solo pagar tu suscripción.

Esta destartalada comedia de Netflix nos pone en la piel de tres limpiadores (no camareros) de un hotel que deben acabar con una malvada banda terrorista.
La película, obviamente, es un trasunto de La Jungla de Cristal, y, si bien se agradece el intento de deconstrucción del ya clásico film de Bruce Willis, el intento se queda a medias, debido a la falta de gancho y carisma de la mayoría de personajes y al tipo de humor por el que apuesta.
Los unicos personajes que estan bien aquí son los interpretados por el gracioso Adam DeVine y el de la atractiva Rhona Mitra, el resto son bastante desagradables o molestos, especialmente el niño rico y su criado, que resultan directamente repulsivos a varios niveles.
En fin, otro problema radica en que la película es demasiado fantasiosa, nada resulta creíble, y, si bien es algo que tampoco importa demasiado en el genero, se necesita al menos un mínimo de coherencia, un mínimo que aquí no existe. Todo es demasiado surrealista y pasado de vueltas, lo que fatiga al espectador.
Por último, el tipo de humor de la nueva comedia americana, popularizado gracias a la infame American Pie, es demasiado infantil, moviéndose exclusivamente entre las bromas escatológicas y las sexuales, lamentablemente vulgar.