Cuando el genial Harold R. Foster abandonó la página dominical de Tarzán en 1937, creó el que a la postre se iba a convertir en el mejor cómic de la historia: El príncipe Valiente, un legendario héroe Vikingo, que peleó para devolver el trono a su padre Aguar, rey de Thule, usurpado por el traidor Sligon. Fue sin duda alguna una obra maestra con unas ilustraciones maravillosas, llena de encanto, acción y poesía durante muchos años. Naturalmente, no pasó desparcibida para el cine y Henry Hataway le realizó un homenaje con esta película. Rodeándose de un elenco de grandes actores y con la grandeza del cinemascope, llevó a cabo quizá la mejor adaptación cinemátografica basada en un cómic de cuantas se hayan hecho. Unos actores que interpretan perfectamente a sus personajes, nos hacen pasar un rato agradable con estas aventuras de ambiente medieval. A Robert Wagner en sus inicios, le va muy bien el papel del príncipe, mientras James Mason está soberbio en el de villano (El caballero negro), junto a Sterling Hayden como el caballero Lancelot. Janet Leigh, siempre encantadora incorporando a Aleta y Debra Paget como su tímida hermana Hilene, cumplen su cometido airosamente. Película nostálgica, evocadora de una época en la que se prodigaba este tipo de cine.

El ocio de mi niñez discurrió entre futbol en callejones con una pelota de goma, lectura de comics (entonces tebeos), y viejos CINES DE BARRIO. Me encantaba el cinematógrafo, me transportaba a lugares remotos y me hacía vivir maravillosas aventuras, unas en blanco y negro y otras en brillante technicolor. Disfrutaba con las películas y cortos de Disney, Charlot, el gordo y el flaco, las jornadas de Los tambores de Fu manchú y Los peligros de Nyoka, junto a los largometrajes de indios o del medioevo como Robín de los bosques... etc. etc.

Enormes carruseles de imágenes inolvidables fueron quedando en mi memoria. Pero hubo una imborrable que resaltaba por encima de las demás: el terrible mometo del crimen cometido por Tommy Udo en el Beso de la muerte. Fue tal mi impresión, que me acurruqué bajo la butaca mientras oía sus espeluznantes risas y no levanté la cabeza hasta que me dijeron que habia terminado la peli. ¡Es que era tan real!... Me tuvo acongojado durante varias semanas negándome a ir al cine siempre que hicieran una policíaca.

Bueno, pues hoy, la he vuelto a ver, y salvando las distancias impuestas por el tiempo, debo confesar que me ha vuelto a impresionar, creo sinceramente que es la escena de sadismo mas cruel y mejor interpretada que he visto en mi vida. Entiendo perfectamente que me afectara tanto en su momento. Es verdad, he querido verla únicamente por esa secuencia, pues el resto, ni lo conocía. Genial, cine negro puro y duro dirigido por el gran Hathaway, interpretado por un frío Mature acompañado por el buen saber estar de Brian Donlevy y un incipiente y muy prometedor Widmark. No os la perdais los amantes del género, merece la pena.

Esta es una de esas películas que ves en tu infancia y te deja un recuerdo imperecedero. Basada en una novela de Zane Grey, nos cuenta una historia llena de tópicos del west, en la que el principal protagonista es un caballo de pura sangre. Un caballo al que todos desean, pero solo una persona es capaz de cazar y domesticar aunque con una pequeña colaboracion femenina. Es una especie del cuento acostumbrado en la que hay buenos y hay malos, un chico y una chica, un acompañante torpe y cegato, un padre exigente y una familia arisca y revoltosa. Un coctel fácil de combinar y totalmente previsible, pero llena de encanto.

Hoy he tenido oportunidad de revisarla encontrando imágenes imborrables aparcadas en mi recuerdo, si bien un poco distorsionadas por el tiempo. Una encantadora Ann Blith junto a Howard Duff, George Brent y un malvado fascinante, el gran John McIntire, han vuelto a hacer mis delicias con esta sencilla e inolvidable película de George Sherman director de una extensa lista de westerns en su haber. Recomendable a amantes del género no muy exigentes, pero con ganas de pasar un rato agradable.

Sin lugar a dudas, la película mas conmovedora que vi en mi infancia. El lazo de unión entre un perro y un niño tratado con una exquisita sensibilidad, me llegó al alma. Un relato profundo de amistad, generosidad, necesidad, abnegación... Todo esto rodeado de un maravilloso technicolor, grandes y hermosos paisajes del Reino Unido y un larguísimo trayecto que recorrer por Lassie para regresar a casa. Un itinerario lleno de dificultades, en el que la soliradidad de algunas personas totalmente desconocidas, le ayuda a realizar la travesía con éxito. La secuencia con los ancianos que la recogen medio muerta de frío, excelente. Y la del saltimbanqui asaltado por los ladrones, genial.

Roddy McDowall, aquel niño que nos emocionó en "Qué verde era mi valle", lo volvió a hacer en esta dejando entrever al futuro gran actor que luego llegó a ser. Elizabeth Taylor con sus esporádicas apariciones, ya entonces llenaba la pantalla con su gracia y llamativa belleza. Los demás correctísimos, destacando la gran Elsa Lanchester y Nigel Bruce, el inseparable Watson de las aventuras de Sherlock Holmes.

Pasado el tiempo, parece un poco rancia y algunos la encontrarán ñoña, pero seguro que para la gente mayor, los que vivimos aquella época, seguirá siendo una película maravillosa.

Existen muchas formas de ver cine. Cada uno tenemos nuestra manera de "traducir" lo que nos quiere transmitir el director. Y no creo que Hitchcok quisiera ofrecernos ningún tipo de propaganda en esta película, simplemente ha aprovechado una época y un lugar para narrarnos una historia con su genial maestría y la finalidad de mantenernos intrigados en nuestras butacas con secuencias llenas de dinamismo y suspense. Yo me quedo con eso, lo demás es secundario y lo que pretendo es pasármelo bien durante la proyección.

Y en mi caso, la verdad es que lo ha conseguido haciéndome disfrutar con tantas adversidades con las que se encuentran los protagonistas. Me da igual que la acción transcurra en Rusia, China o el planeta Marte. La peli esta rodeada de situaciones peligrosas en las que te preguntas continuamente como van a salir airosos de ellas. Las escenas en el barco, el autobús o el teatro, te dejan imágenes difíciles de olvidar. Otra vez más, el mago se sale con la suya y no entiendo como se puede tachar de obra menor a aquella que te atenaza en tu asiento hasta el final pendiente de lo que pueda pasar. No la considero peor que Psicosis, Los pájaros... ni ninguna otra obra suya, la valoro como una mas de sus genialidades, solo eso.