Podría comenzar a dar mi opinión diciendo que Rita Hayworth se come la pantalla, que Glenn Ford consigue que quieras y odies a la vez a Johnny o que George Macready sea capaz de ser un antagonista sublime pero prefiero comenzar comentando que estamos ante el compendio cinematográfico de cine negro y femme fatal perfecto. En el momento en el que aparece Rita en pantalla tu ya tienes un bagaje suficiente de como ha sido su vida previa con Johnny y de como su relación ha acabado,y todo esto sin decir ni una sola palabra sobre el tema. Dar esta gran explicación sin una sola palabra concreta hacia ello es tremendamente dificil y Vidor lo consigue.
La trama poco a poco desarrolla una historia de odio, tiranteces, retos, sensualidad y venganza con Ballin Mundson como tercer personaje en discordia.
A mayores de esto se gesta una historia de amor, una amistad, un relación de celos y hasta vemos de fondo los trapicheos del casino y un monopolio.
Como no, es imposible no comentar cada uno de los números de Rita con su famoso guante, con sus sensuales movimientos (que se ganaron la censura en algún país como España) y con sus frases cargadas de rencor. No sería lo mismo sin tener en cuenta los números musicales que dan vida al personaje protagonista y que ayudan a comprender la forma de ser de esta, nada más definitorio que un baile público por venganza.
Una película que todo amante del cine clásico debe ver, una y otra vez y enamorarse de cada segundo. Sin duda no es la primera película que un cinéfilo debería ver para comenzar a introducirse en el mundo del cine clásico pero si una fundamental para entender ese gran mundo.