El cine español, tan cuestionado estos últimos años, en los que nuestros referentes internacionales se limitan a personajes como Pedro Almodóvar; debería mirar un poco atrás, a su historia. "El verdugo" forma y protagoniza parte de esa historia, esa herencia de finales del franquismo que tan en cuenta debemos tener por diversos motivos.

En primer lugar, Berlanga es un auténtico maestro de la sátira. Elude con brillantez la censura sin variar un ápice los mensajes de crítica en cada fotograma. "El verdugo" supone una caricatura burlesca de la España del desarrollismo, de sus costumbres y sus prejuicios, de sus gentes y del tremendo contraste entre el progreso y la tradición. Los personajes son reflejo de diversos arquetipos sociales, que incluso una persona de hoy en día podrá fácilmente identificar. Por otro lado, el toque de humor negro personificado en la figura del padre, de su particular forma de hablar y tratar a la muerte, es simplemente brillante. El elenco protagonista está a la altura aunque sea difícil destacar una actuación sobre el resto. El mencionado verdugo jubilado es quizás el personaje más carismático, junto a una Emma Penella en sus mejores años desplegando una actuación muy notable.

He disfrutado muchísimo viendo esta película, un referente en cuanto a cómo reírse y criticar tantas y tantas situaciones y prejuicios sin decirlo expresamente. Sería un auténtico placer ver hoy en día películas como esta, largomentrajes que pudiesen reproducir así de bien situaciones sociales tan adversas y vergonzosas... Aunque en eso directores como Berlanga ya no haya. Imprescindible en nuestra historia.

Maquillado como un "Western sureño", Django va más allá de cualquier calificativo concreto. Es complicado meterla dentro del mismo saco que otras grandes películas en cuanto a un género específico. Éramos pocas las personas que esperábamos un trabajo que se acercase tanto a la excelencia de la ya clásica "Pulp Fiction", que podríamos catalogar como "insuperable" en todos los aspectos.

El guión de Django va más allá, se mezclan las realidades y los intereses mezquinos de los hombres y los conflictos entre "razas" con la burda, abundante y desternillante violencia tan característica de Tarantino. Diálogos cómicos e ingeniosos y un Christoph Waltz enorme. Él, el actor alemán, ES la película en sí misma. Gran parte del éxito y de los premios que Django pueda recibir en las próximas galas serán gracias a este hombre. A veces resulta inverosímil pensar que él es la misma persona que ganó el Óscar hace ya 3 años, bajo el apodo de "cazajudíos" en Injourious Bastards. Ojo, con ello no pretendo quitar el gran mérito al trabajo impecable realizado por Di Caprio, Jamie Foxx y, sobretodo, Samuel L. Jackson.

En definitiva, Tarantino volvió a conseguir con Django: Desencadenado una de esas películas que te deja un estupendo sabor de boca, donde coinciden una dura crítica social y política con el esperpento absoluto. Consigue reírse de todo y de todos, y salimos de la sala de proyección sin tan siquiera replanteárnoslo. Estamos ante otra gran perla del mejor director y guionista de la actualidad, que no encuentra tabús ni impedimentos para todo lo que le sale de la cabeza: Fácil, y a la vez difícil, divina y estúpida comedia.

Dos días he necesitado para escribir sin disertaciones románticas una crítica sobre "Perks", adaptación cinematográfica de la homónima novela de Stephen Chbosky. Incapaz de encontrar la película por Internet, hice buen uso de los diez euros que costaba su edición en Blu-Ray y le di una oportunidad al día siguiente a altas horas de la noche, esperando encontrarme con una notable película sin mucho trasfondo del que rascar. Y para mi grata sorpresa, lo que creí que iba a ser una madrugada normal se convirtió en toda una delicia.

"The Perks of being a Wallflower" es una película que no todo el mundo sentirá del mismo modo. Aquel o aquella cuyo paso por el instituto haya sido placentero, o que no tenga problemas para entablar relaciones sociales, no percibirá mucho de los matices que el personaje de Logan Lerman (siendo fantástico, el más flojo de los tres principales) consigue transmitir al espectador. La trama principal se desarrolla de acuerdo a la evolución del personaje de Charlie, que junto a una impecable Emma Watson y el sobresaliente Ezra Miller recorrerá la dura travesía de ser un adolescente.

Cada uno de los personajes, principales y secundarios, tiene una cara principal y mucha historia y matices a sus espaldas, resultando difícil encontrar uno solo de ellos que sea aparentemente simple o plano. La adolescencia es eso, mostrar una imagen al público y quedarse para uno mismo con lo que no conviene exponer con el fin de encontrar la mayor aceptación posible entre quienes no te conocen. Del trío protagonista, la actuación de Ezra Miller es sin duda la más convincente, aunque el personaje más entrañable y vistoso de cara al espectador sea sin duda Emma Watson, que muestra unas dotes interpretativas desconocidas en la saga de Harry Potter.

En conclusión, es muy complicado expresar qué sentí viendo esta película, disfrutando de la progresión de Charlie así como de situaciones por las que yo mismo he pasado estos últimos años. Muchas personas obviarán esta película y les parecerá un drama adolescente del montón. Sin embargo, habrá muchas otras que serán capaces de ver más allá, de ver en el protagonista un reflejo de lo duro y complicado que es llegar a hacer amigos si eres una persona tímida e insegura. Todo parece verosímil y real, no hay ningún fotograma que exprese signos de artificio o derivados. Ha dejado momentos y escenas para el recuerdo, y eso me basta para colocar a esta película entre una de mis favoritas por la excelente sensación que me ha transmitido, independientemente de todo lo demás. Muy recomendable, pero no para espectadores "no marginados".

Que me perdonen los fans, pero voy a valorar a Godzilla como se merece. Si bien es cierto que las mejoras respecto a la entrega de 1998 son muy patentes (aunque el reto no era difícil), estas no se implementan de un modo óptimo para relanzar a este icono japonés de mediados del siglo pasado. La potente puesta en escena final no justifica sus anteriores 90 minutos intransigentes, contando con una floja línea argumental y eligiendo mal en qué momentos convenía o no elevar el tono dramático.

Analizándola en profundidad, esta película de "Godzilla", llena de guiños a algunas de sus influencias (el viaje en helicóptero con el que comienza, recordando al mismo que abre "Parque Jurásico"), no es una buena película de acción. Ni tan siquiera de ciencia ficción. El guión se perfila como una montaña rusa por la que el patético grupo protagonista no es capaz de moverse con soltura: Watanabe contenta y cumple con una expresión imperturbable y la película decae hasta niveles insospechados cuando Aaron Johnson toma la batuta argumental. El factor humano, que tantas veces he visto aludido en el resto de críticas y que tanto han entusiasmado en una película de estas características... Una vez más, y perdonad que me repita, es patético. Hay dramatismos que realmente hace que a uno le entre la risa, ya que la película intenta indagar muy torpemente en la condición del ser humano... Sin ningún éxito. Eso sí, lo que hace que a mi punto de vista haya podido llegar al aprobado (de otro modo, no habría subido del 3) ha sido el deleite visual del tramo final. Un auténtico espectáculo, el cine retumbando al eco de los movimientos de Godzilla y unos planos generales verdaderamente formidables. Aquí es cuando puede disfrutarse de una película de ciencia ficción en condiciones.

En conclusión, existen fallos tan clamorosos y puntuales que realmente desmerecen y mucho la sensación final del 2º largometraje de Edwards. Los "primeros" compases de esta cinta (es decir, sus 90 primeros minutos) son excesivamente aburridos, contando con pocos alicientes para que el espectador no-fanboy se mantenga alerta. No nos explican nada, muchos momentos explotables en el aspecto humano se desaprovechan, luego aparece una vez más un primer plano de Aaron Johnson... Más tarde la cosa cambia, pero lo suficientemente tarde como para no poder olvidar todo lo demás. Puedo comprender que quienes llevasen mucho esperándola hayan salido satisfechos, con impulsos de darle una calificación notable... Pero Godzilla sólo gana y puede presumir en el aspecto visual, fracasando en una titubeante estructura argumental y un muy torpe enfoque humano de la película.

Desde el final de "Bioshock Infinite" no me sentía más confuso. Dándole muchas vueltas a la cabeza he intentando reconstruir en ella algo lógico, algo por lo que pueda decir "esta película es una jodida maravilla". Creí con Memento que pocos directores podrían haber más enrevesados que Christopher Nolan, pero éste queda completamente humillado en el aspecto desorientador frente a un Lynch que me ha regalado dos horas y pico de asombroso espectáculo cinematográfico.

Obviando que soy sabedor por fin de la finalidad concreta de la película, apoyándome para ello en otras críticas que corroboraron mis sospechas y me confesaron otras que desconocía, Mulholland Drive descubre un lenguaje cinematográfico como nunca antes había visto. Hasta los últimos 23 minutos de su visualización todo era continuo despiste, una reiteración de imágenes confusas y que poco o nada tienen en común. Sólo existen unos cuantos enlaces entre los sucesos narrados, un par de frases u objetos que se repiten. Verla con los cinco sentidos puestos en ella es indispensable para acabar al menos con una ligera idea de qué pudo haber pasado, de qué punto de partida es el correcto para asimilarla y ovacionarla.

Cuesta decir algo malo de esta película, cuesta mucho. No hay ninguna explicación ni nada que Lynch nos diga expresamente. Reflexionar y meditar acerca de su significado mientras se descubre el rompecabezas del director ha sido un gozo que cuesta expresar con claridad. No es un producto que pueda venderse a todo tipo de público, que muchos aborrecerán por su aparente incoherencia, pero no dudo en afirmar que está entre las 5 mejores películas que he visto en toda mi vida. Por guión, por montaje y por puesta en escena, "Mulholland Drive" es indispensable.