He disfrutado de 'Dune' por lo que es: una superproducción a escala masiva de ciencia-ficción con increíbles efectos visuales que romperán tus expectativas de lo que es posible en la gran pantalla. Sin embargo, el argumento tiene problemas encontrando el ritmo adecuado, lo cuál es, en gran parte, culpa de la falta de química entre los miembros del cast. Ha sido como ver un All-Star game: mucho talento individual, pero en ningún momento he tenido la impresión de que fuesen un equipo.
Villeneuve se aproxima a plasmar el tono general de la novela, pero son los pequeños detalles del libro los que dotan a los personajes de una muy necesitada humanidad, que nos deja una historia aparentemente construida sobre temas políticos y filosóficos. La ausencia de estos elementos se hace notar sobre todo durante el último tercio de la película, donde comienza su sprint final, y acaba abruptamente. El diálogo no tenía la suficiente carga narrativa entre escenas, en parte por algunos fallos en el cast de ciertos personajes de la Casa Atreides, y en parte también por la poca atención que se le presta a los villanos.
Rebecca Ferguson es, sin duda, el personaje con más magnetismo de todo el film, además de Jason Momoa, y Sharon Duncan-Brewster. La secuela será la que terminará por decidir si esta adaptación ha sido un éxito, siendo optimistas y suponiendo que al final se acabe haciendo...