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España España · sabadell
Críticas de vicachor
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
Vitals: Una historia humana (Miniserie de TV)
MiniserieDocumental
España2021
7,5
397
Documental
10
16 de febrero de 2021
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vitals no busca la lágrima; la encuentra sin buscarla. Vitals baja al infierno de la UCIs en plena pandemia y descubre que no está habitado por demonios, sino por ángeles.

Son enfermeras ángeles que pasan de esos protocolos que obligan a no vincularse con el enfermo. Desobedeciendo esa norma no escrita del mundo de la sanidad, ellas se implican hasta el tuétano, comprometiendo la propia salud física y anímica, estabilidad emocional y relaciones familiares. Son ángeles del infierno que se dejan la piel para que aquel enfermo luche por su vida. Y lo consiguen. Y el paciente se recupera y, después de 40 días de como inconsciente entre la vida y la muerte, el paciente despierta. Y cae la bomba: no reconoce a su ángel de la guarda, perdona no sé quien eres. Pero ella le da la mano y la corriente táctil produce un efecto mágico, se miran a los ojos y cae la segunda bomba: ahora sí, eres Sílvia, gracias por salvarme la vida».

Lo que parece una escena de ficción está pasando de verdad ante los ojos del espectador gracias a la habilidad del director, Fèlix Colomer, que se coló en el Hospital Taulí de Sabadell, càmara al hombro, como si fuera invisible. Cómo consigue Colomer que personas reales se comporten con toda naturalidad, en momentos límite de su vida, con una cámara a un metro de distancia, es un secreto que se llevará a la tumba y el mejor logro de Vitals.

A la estela de grandes documentalistas como Herzog, Frederik Wiseman o los hermanos Mayles, Colomer apuesta también por la desnudez de los hechos, sin entrevistas a cámara ni voz en off. Solo hay hechos que ocurren, uno tras otro, y que sumergen al espectador en un mundo de emoción, dolor y victoria.Solo informacion para los historiadores sobre la gran guerra de nuestra generación. Solo sensibilidad hecha imagen. Solo honestidad narrativa.
vicachor
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Shootball
Documental
España2017
6,8
170
Documental
10
21 de mayo de 2018
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un documental puede ser interesante, divertido, chocante y mil cosas más. Pero sobre todo HA DE servir para algo. Shootball sirve para abrir los ojos y tomar conciencia. Vivimos en una sociedad que tolera el abuso de menores y tenemos que hacer algo al respecto. Fèlix Colomer ya lo ha hecho.
Shootball desprende valentía por los cuatro costados. Valentía del director que se atreve con un tema de lo más incómodo. De hecho Shootball tiene ya sus objetores de conciencia, gente que se niega a ir al cine por miedo a no poder resistirlo. No hay para tanto.
Pero más valiente todavía son los testimonios, tanto el padre del niño abusado que destapó el Caso Maristas, Manuel Barbero, como las víctimas del pederasta, el monitor de educación física del colegio, Joaquín Benítez, que abusó de ellos y de 18 niños más, cuando tenían entre 7 y 15 años. Los voluntarios (muchos se negaron) aparecen ante la cámara a cara descubierta, sin píxeles, ni de espaldas, ni con voces distorsionadas como suele ser habitual. Animados por la confianza que les brinda el director Fèlix Colomer, todos hablan sin tapujos y de una manera tan explícita que Shootball se convierte, más que en documental, en documento histórico.
La escena cumbre del film, sin embargo, es la entrevista de Colomer al pederasta confeso, que habla también abiertamente y a cara descubierta y que mira en un iPad, sin pestañear, las declaraciones de sus víctimas, ya adultos, al mejor estilo Évole-Salvados. Resulta que es un tipo simpático y que está a punto de seducir con su labia al propio entrevistador quien tiene problemas de conciencia por ello y los confiesa al espectador. De hecho, los mismos problemas de conciencia del público que le ríe abiertamente algunas de sus gracias desde platea para, a continuación, avergonzarze de ello.
Pero Shootball tiene incluso una tercera vertiente: nuestra sociedad supuestamente preparada con todo tipo de medidas legales preventivas para evitar los abusos sexuales a menores, falló estrepitosamente en el Caso Maristas. Falló la dirección de Maristas, que encubrió sistemáticamente a una quincena de profesores-abusadores en varios centros de Catalunya. Falló el Consorcio de Educación del Ayuntamiento de Barcelona que no aplicó ni uno de los protocolos establecidos. Fallaron los Mossos d´Esquadra que no investigaron el caso a pesar de disponer de todas las pruebas, indicios e incluso la confesión en privado de Benítez. Fallaron los políticos del Parlament de Cataunya, especialmente Junts xSí, incapaces de votar por unanimidad su personación como acusación popular en el juicio. Y fallaron los jueces pues Benítez lleva 6 años ¡seis!, esperando ese juicio en total libertad a riesgo de que siga con su conducta pederasta conb los niños del pueblo donde se oculta.
No valen pues remilgos ni cobardes objeciones de conciencia. Shootball es de visión absolutamente imprescindible.
vicachor
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Las vidas de Fèlix (Serie de TV)
SerieDocumental
España2023
6,3
38
Documental
9
30 de octubre de 2023
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El galardonado documentalista Felix Colomer vuelve a la carga, ahora con un canto a los valores de la juventud. La nueva serie las Vidas de Fèlix destila verdad en cada plano, en cada escena en cada uno de sus siete capítulos. Y eso, que a algunos les retraerá, es su mejor tarjeta de presentación. Fèlix te caerá caer mejor o peor, pero no podrás dudar de su honestidad.

Después de varios documentales de fractura clásica filmando el mundo que le rodea, Fèlix ha girado la cámara 180 grados, hacia su ombligo, para grabar su vida o mejor sus siete vidas, como el gato al que remite su nombre.

Resulta que el tío ha sido jugador infantil de ajedrez, árbitro adolescente de fútbol, joven director de vídeos porno, vegetariano militante muy agresivo en redes, cantante de trap, luchador antifascista, enamorado apasionado de su chica y, de repente, como traca final a tanto azar disparatado, ¡padre!

En la línea de los documentales de autor, como el laureado «How to do with John Wilson», también de HBO, Fèlix se burla de sí mismo con mucho humor. Pero también con tanta sinceridad que descubre cosas de sí mismo que no le gustan. Sin duda HBO vuelve a apostar por él (después de «Vitals») por ese ejercicio de introspección psicológica trabajado a fuerza de desnudar su alma.

Se auto flagela en cada minuto de cada capítulo: por qué fui tan agresivo, por qué mentí a todo el mundo, por qué abandoné, por qué tengo complejos, por qué quería ser famoso, cómo pude meterme en aquel ambiente, por qué me irrita... Lo cuenta todo a un personaje secundario, un Pepito Grillo que aparece de la nada pero que poco a poco va adquiriendo protagonismo, una conciencia en forma de niño de tres años, Riu, su hijo.

El contrapunto infantil de Riu al gamberro de su padre da a la serie una ternura fascinante. Las apariciones de Riu, junto a su madre Valèria, regalan escenas de un intimismo familiar que hacen aún más creíble el esperpéntico surrealismo de las historias a las que el director se lanza de cabeza, sin red de seguridad.

Porque surrealistas son los viajes de Fèlix a Pamplona para correr un encierro, a México para conocer al hombre con el pene más grande del mundo, a Toledo para filmar al recordman Guiness de récords Guiness, a Getafe para entrevistar a su admirado árbitro de la infancia, o a una manifestación por Pablo Hasel que le termina colocando en la portada del Washington Post. Circula tanto friki por capítulo que de todos se le pega algo... porque él los quiere a todos.

Fèlix nos regala momentos inolvidables, desde las interioridades inconfesables de un vestuario del Saló Eròtic de Barcelona hasta la emoción maternal de Valeria cantando a Riu la nana del Pterodáctilo.

Cada capítulo nos habla de reconciliación. Consigo mismo o con antiguos enemigos. La serie es pues una terapia, una propuesta freudiana de un cineasta muy contradictorio por demasiado humano. No hay verdades. Lo que hoy es verdad, mañana es papel mojado.

La técnica de inmersión en cada tema es siempre la misma, tirarse a la piscina sin mirar si hay agua. Y a menudo no la hay lo que a Fèlix, en su inocencia disfrazada de audacia, le deja perplejo. ¿Ha de educar a Riu en esa línea?

Las Vidas de Fèlix es, en definitiva, una radiografía de nuestra sociedad desde una juventud desacomplejada. La presentación de un tipo inseguro que aparenta seguridad y que se enfrenta a sus fantasmas con desparpajo.

Para algunos espectadores será demasiado diferente, otros creerán que el irreverente Fèlix que dispara contra todo es un falso personaje. Y errarán. Lo que nadie discutirá es que la serie es una bocanada de aire fresco en el casposo panorama de las plataformas.

Si sólo dispones de media hora a la semana para ver televisión, concédesela a Las Vidas de Fèlix. Y si no la ves, será culpa tuya.

Todo eso que te pierdes.
vicachor
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Fugir
MediometrajeDocumental
España2022
--
Documental
9
9 de mayo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una alegría volver a saber de Sasha y descubrir en qué se ha convertido aquel niño ucraniano que conocimos en 2014 en el documental que lleva su nombre. Ahora «Fugir», huir en catalán, acerca de nuevo la cámara a un palmo de Sasha, ya un adolescente de 16 años, y sus cinco hermanos, en el autocar que les salva de la guerra y les lleva a Catalunya como refugiados.

«Fugir» explica una guerra con visión de niño, lejos de las bombas y la devastación. Los hechos, la historia y los sentimientos son tan potentes que se prescinde de una voz en off que sin duda condicionaría el relato, o directamente, lo falsesaría. Los seis hermanos hablan mejor que cualquier narador.

En un viaje de cuatro días por toda Europa los hermanos mayores, los gemelos Sasha y Vitali, cuidan de los pequeños, les informan de cómo serán sus famílias de acogida en Catalunya, les enseñan sus primeras palabras en el nuevo idioma y les consuelan cuando la añoranza de su madre, que se ha quedado en Ucrania, les hace saltar las lágrimas. Una vez más, la cámara màgica de Fèlix Colomer se acerca tanto al corazón de los niños que descubre unas miradas llenas de temor, un gesto cariñoso o ese abrazo fortísimo entre sollozos que pone la piel de gallina.

A pesar de ser ya todo un grandullón aficionado al rap, el tabaco y las chicas, el nuevo Sasha muestra una sensibilidad enternecedora hacia sus hermanos. Tan tierna como brutal es su odio hacia Putin, al que culpa de la destrucciòn de su país y que teme pueda matar a su madre.

Una vez en Catalunya, los seis niños son ubicados en otras tantas familias de acogida. Y por supuesto, el invisible Colomer vuelve a colar su cámara con sigilo en domicilios, dormitorios, comidas, aulas y campos de fútbol. Esta segunda parte del trabajo documenta hasta qué punto acoger un niño ucraniano requiere una valentía, una generosidad y una entrega absolutamente encomiables por parte de las familias.
vicachor
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