Este magnífico sitcom sobre la generaciónY logra ser romántico, inteligente y divertido a la vez. No se trata de un simple sticom: a través de la historia de Ted y su banda de amigos, Bays y Thomas logran materializar la complejidad de las relaciones interpersonales y de los sabores agridulces de la vida. Un divertidísimo guión y una serie de flashbacks y flashforwards dan sentido a esta historia, en la que un grupo de jóvenes urbanistas de principios de siglo nos atrapan para hacernos reír de la absurdidad de lo cotidiano. La visión esperanzadora de Ted Mosby, romántico sin complejos, y el carácter auto narrativo de la serie son la guinda del pastel, y convirtiendo un simple sitcom en un inspirador manual de consejos y lecciones de vida.

Kenneth Branagh se inspira en su infancia para homenagear a su ciudad natal. Los planos y las imágenes son de una gran calidad, pero le elección de los planos monocromáticos no logra -en mi opinión- alcanzar el grado poético buscado por la directora. Esta elección del blanco y negro convierte Belfast en una copia mediocre de Roma (Alfonso Cuarón) pese al entretenimiento aportado por la película y a las bellas imágenes que esta ofrece.

Belfast empieza bien, tratando desde una óptica infantil los inicios del conflicto en Irlanda del Norte, pero se va convirtiendo poco a poco en un relato lleno de tópicos. En palabras de mi amiga Candela "Al principio las referencias a la chica de su clase son tiernas, pero luego "ils abusent ". En efecto, la directora elabora una película demasiado correcta. Tenemos la impresión de nada relevante sucede durante la obra.

Este academismo neutro y correcto le valdrá probablemente algún que otro Oscar

Una comedia maravillosa, un guión magistral y un potente alegato contra la pena capital y los mitos del franquismo.

De lo mejor que se ha visto. Sorprende como Berlanga es capaz de articular semejante historia con un humor negro tan elegante. El Verdugo no tiene nada que envidiarle a las grandes comedias de la historia del cine.