Más que una película lo que veremos es un triunfo total por varios frentes, en primer lugar una adaptación memorable de la preciosa novela escrita por Walter Tevis; segundo cumple como una conmovedora pelicula sobre personajes rotos que buscan darle un sentido a sus respectivas existencias. Tercero es una apoteósica demostración de interpretación a través de la construcción de unos personajes más sólidos que el granito. Y como cuarto punto es una demoledor análisis de lo que significa la palabra "triunfo".

El director Robert Rossen realiza un despliegue impresionante de talento a la hora de construir audio-visualmente la historia de "Eddie Felson", un ser super-dotado para el juego del billar, que en su búsqueda de ser reconocido como el mejor de su región se encontrará solo con dos poderosos rivales para poder lograrlo, uno es el "Gordo de Minessota" y el otro, es él mismo, su carácter, su amoral forma de ver la vida, este último un factor que en los bajos fondos en donde se mueve le podrían costar muy caro.

En nuestro destino nos encontraremos frente a muchas dificultades, pero casi siempre debemos y tenemos que tocar fondo para recién darnos cuenta de lo que estamos equivocándonos y tratar de enderezar el rumo de nuestra existencia. Numero cinco, el film cumple como una lección de vida.

Impecables actuaciones de un reparto de ensueño encabezado por un arrollador Paul Newman en el rol principal, junto a una preciosa Piper Laurie, cuya delicadeza y sutil "performance" que duele y llega y se queda en el corazón del respetable. Me saco el sombrero ante un George C. Scott impagable como un villano insoportable y ruin hasta lo indecible, un personaje miserable, sobre todo real y palpable, como muchos que existen en la vida real.

Se dejan ver tambien de soporte Jackie Gleason, Myron McCormick, Murray Hamilton, Vincent Gardenia y Michael Constantine.

Por supuesto destacar también la música para la banda sonora compuesta por Kenyon Hopkins y el elegante, simbólico uso de la luz en la fotografía del experimentado Eugen Schüfftan (B&W).

Una obra maestra de visionado obligatorio me atrevo a catalogar.

Indescifrable, extraña, oscura, enigmática y arriesgada película dirigida por David Lynch y al igual que toda su ecléctica filmografía puede causar todo tipo de sensaciones en el espectador, desde el miedo más primitivo, la curiosidad reconvertida en morbo puro y hasta la repulsión casi inmediata frente a la desquiciada historia que estamos viendo.

Y es que el reconocido director empezaba una etapa en su carrera en la experimentación adentrándose en lo más profundo y retorcido de la psique humana y aquí en su exploración se dirige hacia temas controversiales, místicos, incluso ya se atreve a manejar el género de terror surreal, pero desde un punto de vista ambiguo y desconcertante. Ambiguo porque el protagonista navega por los límites de la realidad misma, al punto de desdoblar la narrativa y el concepto de lo que significa la palabra "largometraje" propiamente dicho. Y desconcierta por el hecho de que lo hace con tal "descaro" estético y un desparpajo audiovisual de un autor ya desatado en fondo y forma, al que no le interesa el sentido de lo que nos presenta, sino como nos lo presenta.

El Lynch más personal, el valiente artista que plasma su obra con total libertad y sin complejos o ataduras morales o estéticas. Después de este sonoro golpe, continuaría con más fuerza y coraje expandiendo aún más su "locura" autoral en las también (incluso más todavía) indescifrables "Mulholland Drive" e "Inland Empire" que concluirían una etapa rica en matices, exacerbante si, iracunda también, pero radical y siempre fascinante.

Sea como el bucle temporal infinito de un saxofonista perturbado, o como una historia de amor pasional inter-dimensional imposible o como dos historias cruzadas por la venganza y que tiene como principal herramienta al mismísimo satanás, es imposible no sentirse (al menos en mi caso) atraído e hipnotizado ante la presentación de unos personajes y situaciones tan "locas", irreverentes, casi que hasta ridículas, pero que provocan una sensación tan honesta de terror y miedo puros, y que en manos de otro realizador no podrían siquiera ser igualadas en cuanto a estilo y personalidad. A eso hay que sumar la infinidad de lecturas que se pueden sacar de lo que estamos viendo, una marca registrada visible en gran parte de su filmografía.

Hay que destacar también el maravilloso reparto escogido, empezando por una despampanante Patricia Arquette, simbolizando la lujuria y perdición (o acaso la salvación) del protagonista interpretado por un correcto Bill Pullman. A su lado un aterrador Robert Blake en un papel inquietante, inolvidable, de esos que dejan huella de verdad porque causan horror desde su primera aparición. Tambien aparece un siempre impecable Robert Loggia, Balthazar Getty y en cortas apariciones se dejan ver Gary Busey, Giovanni Ribissi y Richard Pryor.

En la banda sonora no podía faltar el gran Angelo Badalamenti y una interesante colección de temas musicales de artistas alternativos como The Smashing Pumpkins, Rammstein, David Bowie y Marilyn Manson, este último también hace un pequeño cameo casi al final.

No quede decepcionado, una experiencia total, como debe de ser, pero hay que aclarar que no es apta para todos los gustos.

Una interesante película producida por Danny de Vito, escrita y dirigida por el joven (por aquel entonces) Zach Braff, en la que se veremos los problemas existenciales que surgen (o se empiezan a notar mejor dicho) a un aspirante a actor que sufre una dolorosa pérdida (la muerte de su madre, a quien no ha visto por mucho tiempo) y a partir de ahí el mismo se empieza a cuestionar el verdadero sentido de su vida.

Si bien a simple vista la propuesta en cuestión podría engañar al espectador, dando una sensación de ser algo ya visto, en realidad hay unos puntos de lo mas curiosos por los que este film como mínimo entraría en la categoría de "diferente". Empezando por el punto de vista casi vívido del mismo Braff, quien realiza una especie de "auto-exorcismo" a traves de su personaje, lleno de dudas, temores y sobre todo culpa por un incidente ocurrido durante su niñez. Y es que no es bueno vivir con una culpa dentro o algún tipo de rencor (y peor contra nosotros mismos), porque al final la vida es demasiado corta para desperdiciarlo haciendo eso, necesitamos exteriorizarlo, "sacarlo" si se puede, a como de lugar, porque eso terminara por "comernos el alma" y acabarnos poco a poco. Sin duda que sirve como una terapia posiblemente en forma de largometraje.

Otro punto es la sorprendente forma en que se desarrolla la historia y quienes la van componiendo, como un encuentro entre personas comunes, con problemas y sueños, ideales y anhelos tan sencillos y mundanos con los cuales uno se puede sentir tan identificado. Ahí tenemos a un "fracasado" que lucha contra si mismo, un nihilista nato que no busca nada mas que vivir el dia a dia, una chica optimista y adorable cuyo único propósito es sentirse viva y encontrar el amor y por supuesto ese amigo que lo consiguió todo con casi ningún esfuerzo. Es casi, casi como una versión menos oscura y guardando las respectivas distancias (y mucho) como "Trainspotting" pero sin tanta droga, ni oscuridad, ni exceso, ni autodestrucción. Bueno hay un "poquito" de lo primero, pero vamos que todo en exceso es malo, pero un "porrito" alguna vez no hace daño a nadie.

En el reparto tenemos además de Zach Braff, a una cándida y preciosa Natalie Portman, que desborda una dulzura y empatía inigualables, que conmueven hasta al más "duro de corazón". También se dejan ver un certero Peter Sarsgaard y el desaparecido Ian Holm. Además realiza una corta aparición un irreconocible Jim Parsons (Sheldon en la serie "The Big Bang Theory").

Tal vez lo único que no me termino de convencer de este largometraje creo que es la banda sonora compuesta por varios artistas "indies", muy de moda por aquellos años, pero en lo personal pienso que dicha selección de canciones es demasiado "personal", muy académica.

Debo reconocer que tenía serias dudas sobre esta nueva historia de origen para uno de los personajes más queridos de la factoría Disney, me refiero a un personaje animado que a pesar de ser una villana, logró quedarse en el corazón de muchas generaciones, por su carisma y personalidad. Su nombre: Cruella de Vil.

Vaya "sorpresón" que nos ha regalado el director Craig Gillespie al contarnos una historia de origen que si bien atraviesa todos los niveles que uno espera ver, también es digno reconocer que deja su toque personal y se atreve a ir más allá de lo correcto y lo rutinario. Es más, se puede notar que el director intenta direccionar el relato hacia su lado "más oscuro", arriesgado (y hasta incómodo) para impactar al espectador, pero es contenido por los ejecutivos para permitirle llegar hasta ciertos límites que dicha productora puede darse el lujo de poder llegar. Y en ese sentido es una lástima (muy pequeña) porque esto pudo haber dado muchísimo que hablar y pudo haber sido un punto de inflexión nunca antes visto en la historia de la compañía del "Raton", un producto con altas probabilidades de ser un objeto de culto. Pero esto es un negocio y se deben cuidar las formalidades y la imagen familiar ante todo.

Ya hablando sobre el film, el primer punto es la notable forma en como el guión escrito por Dana Fox y Tony McNamara (en base a una historia de Aline Brosh McKenna, Kelly Marcel y Steve Zissis) visita lugares comunes y sigue tópicos de origen rutinarios, pero lo hace a través de una trama en la que los primeros puntos se colocan de forma orgánica para que la protagonista logre un arco narrativo completo, pueda evolucionar y logremos entender los motivos para convertirse no en una villana hueca, sino en una villana con sentido y matices, que borde las características de anti-heroína (ojo, no llega a serlo por completo). Y funciona todo, no es forzado lo que nos plantean, y muchos dirán que es inverosímil, pero es que el objetivo es que tenga sentido lo que estamos viendo dentro de lo que planeta y eso es sencillamente práctico y hasta genial.

Además porque si se analiza desde distintas lecturas, también funciona por varios frentes, sea como una crítica a las excentricidades de la moda, como un himno feminista de superación y búsqueda de justicia como medio de redención, como un derroche visual exquisito en cuanto a vestuario y decoración, como un tributo a las moda de la época en que se desarrolla la historia, como un show de carisma y talento de sus dos protagonistas y finalmente como entretenimiento puro y duro cumple de mil maravillas. Y les pido que analicen los últimos "live action" que se ha empeñado en ofrecernos DISNEY y podrán fácilmente darse cuenta que poder sacar como mínimo dos aristas de lo anterior mencionadas y le aseguro que no lo encontraran por ningún lado. Y eso es un plus más a valorar.

Como decía en el párrafo anterior es hora de escribir sobre el reparto encabezado por unas increibles Emma Thompson y Emma Stone que se lucen personificando su respectiva némesis a enfrentarse por el reinado del mundo de la moda. Un duelo de carisma, diversión y un poquito de locura realmente delicioso. Las acompañan de soporte unos siempre certeros Joel Fry, Paul Walter Hauser, John McCrea, Emily Beecham, Mark Strong, Kayvan Novak, Kirby Howell-Baptiste, Jamie Demetriou, Niamh Lynch, Andrew Leung, Ed Birch y Paul Bazely.

Mucha atención al increíble trabajo en la cinematografía de Nicolas Karakatsanis y casi me olvido las notas musicales de Nicholas Britell y la inclusión de muchos temas de rock que en lo personal le ponen la "cereza" a 134 minutos que son una auténtica gozada.

Asi si DISNEY, asi si.

Impresionante adaptación (en forma de película animada) de la novela escrita por Stefan Wul, un relato intenso y crudo sobre como seria un mundo en el que los seres humanos no son la raza dominante, sino más bien ocupan el lugar de las mascotas.

Una experiencia interesante, fascinante tanto en lo visual como en lo conceptual, porque posee dentro varios significados y subtextos que enriquecen aún más la idea principal que navega entre la crítica a la sociedad moderna que cree sentirse en la cúspide la evolución, cuando continua tratando con desprecio y salvajismo a otros seres vivos que merecen todo nuestro respeto y consideración.

Tambien es un enorme tratado de humanismo y convivencia entre seres diferentes, sean dichas diferencias ideológicas, religiosas, políticas, de lenguaje, raza, etc. Un cambio grande siempre viene de algo diminuto, minúsculo, casi insignificante, pero es que así empieza toda revolución que tenga como principal objetivo la libertad, la vida, la paz y el bienestar universal de quienes habitan un mismo entorno.

En los estético es brillante la originalidad de la propuesta, un riesgo en cuanto a formas, los colores y si bien el espectador podría considerar algunos "fallos" de la animación, por la técnica aplicada en aquellos años (vamos que es un film de 1973) en realidad (junto a la estupenda y ecléctica banda sonora) conforman un todo tan único y original, una auténtica amalgama de luz, color y mensaje (sobre todo) al que sus aparentes "errores" le otorgan un estilo exótico y repito, único.

Increíble.