Como en otras muchas ocasiones, buceando en las profundidades del cine patrio de los 50, rescato una película y un director de los que no se mencionan ni por asomo en los eminentes círculos cinematográficos de la actualidad, en los que sólo se cita la terna Buñuel, Bardem y Berlanga como referentes del cine de los 50-60, como si no hubiese ni más películas, ni más directores, ni más nada. Haberlos, afortunadamente, haylos y del mismo nivel e incluso superior que el de los enchufados de la triple B.
En esta ocasión redescubro a Julio Coll - pues ya había disfrutado como un enano con "Distrito Quinto"- y se repiten las mismas agradables y estimulantes sensaciones que recibí con la ya citada. Ahora, gracias a "Un vaso de whisky" me incorporo a la lista de fans (si es que la tiene, espero que sí) de Julio Coll, excelente artesano, capaz de realizar con escasos recursos películas tan buenas como esta. Y es que cuando se unen talento y esfuerzo, a pesar de ciertas deficiencias (más bien relacionada por la pobreza de los medios técnicos, creo yo) el resultado es tan óptimo que el debate que nos plantea la película se alargará por unos cuantos días más. ¿Es Víctor el causante de todo? ¿Es el único culpable? ¿Arrastra a los demás a la infelicidad como la primera ficha del dominó puesta en pie arrastra a las demás en su caída? He discrepado con mi esposa. Para ella sí. Para mí es el menos culpable de todos. Yo no he visto que engañe a nadie. Los demás se dejan engañar y, lo que es peor, se engañan a sí mismos. El lema de todos ellos es: " Como ya no me quiere la vida es una m...." Mi esposa alega que son personas débiles. ¡Ostras! les aseguro que comprendo las debilidades ajenas (yo soy el primer débil) pero hay que saber recuperarse de los golpes ¡corcho!
Como toda película que no solo es un éxito sino que además nos lleva a una profunda reflexión, hemos de dar las gracias a la credibilidad y a la pasión que nos transmiten los actores. Un diez para Arturo Fernández y para Rossana Podestá. Sin ellos el debate hubiera sido menor.

Philippe, hijo del embajador francés en Londres, vive en una gran mansión en la que sólo el mayordomo, Sr. Baines, es amigo y cómplice de sus travesuras. La Sra. Baines, por el contrario, siempre le regaña y le castiga y, además... siempre discute con su marido.
De Carol Reed, los críticos 'de verdad', mencionan casi obsesivamente "El tercer hombre". Yo la ví hace unos años y no me dijo gran cosa. Sin embargo, hoy he descubierto una espléndida película titulada "El ídolo caído". Su guión es extraordinario, las interpretaciones de actores y actrices fabulosas y el manejo de la cámara por parte de Reed absolutamente prodigioso. Pongan atención a los interrogatorios de los policías en la gran mansión y observen la presión que ejercen sobre los personajes interrogados. Observen bien a los policías. Siempre en movimiento, incluso pasando delante de la cámara para completar el plano, para agudizar la sensación de agobio y hostilidad. Y... pongan atención también a la magnífica secuencia del avión de papel.
Lo dicho, un año antes de la afamada "El tercer hombre" Reed alcanzó, sin duda, el súmmum artístico con esta extraordinaria película.

En este país, al hablar de cine español antiguo o cine español clásico, sólo se cita a 'la triple B': Bardem, Berlanga y Buñuel. A éstos se les cita y se les alaba continuamente. Han sido proclamados los maestros del cine español. Luego hay otros directores a los que se cita, sí, pero siempre con una sonrisa compasiva en los labios: José María Forqué, Fernando Palacios, Pedro Lazaga... Para mí los buenos son éstos y de 'la triple B' sólo me quedo con Berlanga.
Hoy, sin embargo, he visto "Los peces rojos" de José Antonio Nieves Conde. Todavía estoy con la boca abierta y pregunto a los críticos "de verdad": ¿De dónde ha salido este fenómeno?, ¿Por qué no habláis de él?, ¿Qué pasa con su obra?, ¿Se le odia por algo que yo no sepa?, ¿Quizás porque en esta película criticó al intocable neorrealismo?...
"Los peces rojos" narra la historia de una pareja y el hijo mayor de él, los cuales llegan una noche lluviosa a un hotel de Gijón. A pesar del mal tiempo se irán los tres a ver el mar desde un alto y peligroso promontorio. El hijo mayor caerá al mar, el matrimonio quedará destrozado y la policía comenzará sus investigaciones.
Película extraordinaria que parte de un magnífico guión del gijonés Carlos Blanco. Nieves Conde da toda una lección de cine: ritmo perfecto, agilidad narrativa, soberbia la fotografía así como la puesta en escena, excelente uso de los recursos naturales (lluvia, aire, mar), música adecuada para cada momento, mantiene el clima de suspense durante toda la cinta, extraordinaria dirección de actores.
Arturo de Córdova y Emma Penella no sólo están convincentes sino sublimes. Sus perfiles psicológicos tan bien dibujados en la historia darían para un par de interesantes ensayos: Imaginación versus Pragmatismo. Aunque yo creo que ahora me voy a escribir otro al que voy a titular: "Nieves Conde, ¿por qué te olvidaron?".

"Picnic" es la mejor película de Joshua Logan. Un director que apenas filmó diez películas y,al que la mayoría de los hombres, estaremos eternamente agradecidos por mostrarnos los planos más hermosos de Kim Novak.
"Picnic" narra la historia de Hal Carter, un aventurero carismático y mujeriego, cuya llegada a una pequeña ciudad de EEUU, traerá en jaque a su amigo Hal y, sobre todo, a la mayoría de las mujeres de la comunidad.
Logan nos presenta, en una película de marcado carácter teatral, a unos personajes atormentados y, su mayor logro, es que con unas breves pinceladas y con una magnífica elección y dirección de actores, consigue una identificación inmediata por parte del espectador con algunos de estos personajes. Porque esta es una película, por encima de todo, de personajes y Logan no necesita más. No hay grandes, ni siquiera buenos diálogos. Y eso, nos identifica aún más. Hablan, ríen y lloran como lo haríamos nosotros. Sin alardes, sin máscaras. Todos los personajes de "Picnic" demandan amor y ¡Qué diablos!,¿No es lo que buscamos nosotros de una u otra manera? También el valor y el poder de las pequeñas cosas nos admira: el sencillo vestido de Novak la hace doblemente hermosa y las viejas botas de Holden lo hacen doblemente viril.
El acierto o, podíamos llamar milagro, es casi absoluto en cuanto a la elección de actores y actrices. Sus interpretaciones son extraordinarias. El único lunar sería Cliff Robertson, él o su personaje, pero está claro que desentona al lado de tanto fenómeno.

Hay un afán manipulador de las ideas del hombre seguramente desde que el mundo es mundo. De pronto, alguien decide que el hombre es incapaz de pensar por sí mismo, que vive temeroso de todo y que se deja engatusar fácilmente por líderes de apariencia impoluta y alma absolutamente retorcida. Me niego a pensar así. Creo de veras que si el hombre fuera consciente de su fuerza interior sería un ser único, verdaderamente individual y con una fe inquebrantable en mejorar el mundo.
Sirva este preámbulo para decirle al sufrido espectador que esta película es... NADA. Es una estafa, un engaño. En definitiva, los responsables de la misma toman al hombre por un idiota. Pero yo sigo confiando plenamente en ese hombre único, individual y lúcido que, aunque aturdido, se levanta con tranquilidad de su sillón y apaga la tele.