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Críticas de Vivoleyendo
Críticas 1.745
Críticas ordenadas por utilidad
5
7 de junio de 2007
20 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que "En busca del arca perdida", esta es otra mediocre peliculilla de aventuras y mucha acción, que sirvió para el disfrute de los que en los años 80 éramos niños y adolescentes, pero que da de bocados cuando uno la ve veintitantos años después. Por lo menos, eso es lo que me ocurre a mí. No diré que yo no flipaba con aquellas escenas trepidantes y a menudo chocantes, cargadas del típico humor retorcido de Spielberg, porque no sería verdad. Yo alucinaba, como cualquier hijo de vecino por aquel entonces. Y no era para menos.
-Ver a Indiana Jones, tan temerario, seguro de sí, intrépido, regalado de sí mismo, donjuan seductor, sediento de investigación y de aventuras, divertido, tierno con los niños y compasivo con los desfavorecidos; vamos, una mezcla entre arqueólogo, James Bond con látigo y trotamundos... ¿Cómo no iba a fascinarnos?
-Ver esas imágenes del templo, de los palacios, de las minas, con los niños secuestrados y explotados, con esos horribles tíos malvados que parecen sacados de un circo de pesadilla, la "atrayente" gastronomía típica del lugar (la escena de la sopa de ojos, la ensalada de bichos vivos y el sorbete de sesos de mono era ya la repera). Ah, y otra escena digna de recordar siempre, en la que el niño oriental dice: "Parece que estoy pisando pan tostado". "No es pan tostado", responde Indi. ¿A que no se imaginan qué es lo que están pisando?
-Cómo no, la "chica Jones" es medio tonta y sólo sirve para pasarse toda la película chillando, mientras Indi, condescendiente y tan chulo, no para de recordarnos lo listo y supermacho que es, un perdonavidas cuyos escupitajos levantan humo de las piedras. Menos mal que al menos tiene un toque guasón que desmiente un poco toda su chulería, y a pesar de todo cae simpático.
-Muchos desvaríos del guión y escenas pasadas de tuerca. Claro, es Indiana Jones, no puede ser de otra forma.
-De nuevo, lo único sobresaliente es la banda sonora. John Williams, como siempre, sensacional.
Película que, después de "En busca del arca perdida", continuó marcando un hito en el cine de aventuras de los 80, pero que envejece mal, muy mal.
Vivoleyendo
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5
6 de junio de 2007
36 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tuve la suerte de que mi infancia coincidiera con toda la década de los 80 y entonces, con mis ojos y mi mentalidad de niña, me deslumbraron y fascinaron muchísimas películas y series, muchas de las cuales puedo decir ahora que eran buenas, y otras lamentablemente no tanto, pero que, pese a todo, hicieron su efecto.
"En busca del arca perdida" es una película que, en la actualidad, juzgo como tirando a mediocre (por no decir mala), que no posee más atractivos que los que le confiere un Harrison Ford en estado de gracia y mucho truco efectista del guión con ese humor negro típico de Spielberg. Por lo demás, mediocre y con unos efectos especiales que ya podían haber sido mejores teniendo en cuenta que se trata de un producto de la factoría del Rey Midas de Hollywood. No es más que una de sus peliculitas de puro entretenimiento, de esas que saca como relleno mientras se prepara para deslumbrarnos con alguna ocasional obra maestra, que lo confirma como uno de los más grandes directores, cuando él realmente se propone serlo.
P.D: No termino de entender esa obsesión de Spielberg por sacar escenas de bichos en sus Indianas Jones. ¿Es que tiene pesadillas recurrentes con serpientes, escarabajos, arañas y fauna menuda variada? ¿Quería rizar el rizo de su a veces chocante humor negro? He de reconocer que de pequeña todos esos detalles tontorrones me parecían el no va más. Hoy día, se me hace repetitivo, como el ajo.
P.D.2: Lo más digno y destacable es la banda sonora de John Williams, que posee tal calidad que hace subir puntos a la peli. ¿A quién no le suena la intrépida música de Indiana Jones?
P.D.3: Indiana Jones estaba muy bien para las legiones de seguidores niños y adolescentes de los 80, que crecimos con aquellas típicas pelis de aventuras y que teníamos como manual de cabecera "E.T" y "Los Goonies". Pero cuando los niños de entonces nos hicimos mayores, Indiana Jones perdió su encanto (al menos en mi caso).
Vivoleyendo
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5
7 de junio de 2007
24 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
No coincido con la elevada puntuación media que se le da a esta película. Para mí no es mejor que las anteriores, si cabe es aún más mediocre, pues la chispa que pudieran conservar las otras, aquí se ha perdido ya definitivamente.
Si acaso, gana algo con la siempre respetable y refrescante presencia de Sean Connery, y Harrison Ford se comporta, como siempre lo hace. Sigue haciendo del mismo arqueólogo-aventurero simpático y chulillo, con elevada autoestima y pasión por jugarse el pescuezo alegremente, como el que no quiere la cosa, como el que se va a dar un inofensivo paseíto a la luz de la luna.
Por otro lado, me planteo algunas preguntas sin respuesta:
-¿Por qué las chicas "Jones" (exceptuando a la del arca perdida, que tenía más personalidad) suelen ser pijas tontitas hechas en serie? La de esta película parece una barbie oxigenada con mala leche. Y ya el colmo, cuando hasta el más despistado se daría cuenta en seguida de cuál es el Santo Grial entre todos los cálices falsos (no hay que ser un Sherlock para darse cuenta, oigan), va la tía y la caga. No se puede ser más idiota. Y, por supuesto, el listo de Indi demuestra su cerebro eligiendo el cáliz correcto. ¡Qué dificultad! Madre mía, les saldría humo de la cabeza. ¿Es que no podían haber rodado una escena más tonta?
-Ah, y los efectos especiales son más bien tirando a malos. Aquí Spielberg ni siquiera se molestó en hacer como que se preocupaba por dejar hecha una película decente visualmente hablando. En ese aspecto, las dos anteriores la dejan en pañales. Y si no, fíjense en lo del tío del final, cuando se transforma tras beber el agua del cáliz. Pésimo y risible. No convence ni a un bebé.
A finales de los 80 Indiana Jones ya se iba quedando pasadito, y una repetición más de sus consabidas aventuritas resulta cargante. Si las dos primeras, al ser yo más pequeña, conservaban todavía cierto encanto, esta última ya no me dijo nada. Ya se me había caído el velo e Indi había pasado de ser un héroe a ser un chuletilla con alergia a ser un ratón de biblioteca. Ah, y con padre incorporado.
Vivoleyendo
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4
28 de junio de 2007
19 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Típica película de ésas que se pusieron de moda en los ochenta, con un ser biónico como protagonista, mitad hombre y mitad robot, que está diseñado para ser una máquina de matar o de cazar malos (o buenos, depende de la perspectiva) con las ventajas de que, al no ser un ser humano, está programado para no dar tanto por saco a sus superiores, obedecer sin decir esta boca es mía y, por añadidura, no le tienen que dar de alta en la seguridad social. Cojonudo.
Otro pequeño bodrio futurista con mucho superpoli que se engrasa las bisagras con aceite Tres en Uno, y mucho maleante destinado a acabar convertido en tortillita de gambas como lo pille el superpoli de acero, que se gasta una mala leche del copón y con motivo, puesto que los maleantes ya le dieron por saco a él cuando aún no lo habían convertido en el primo de Terminator y Vender.
Y no hay más comentarios que pueda añadir, pues no hay para más. Si les van estas películas, tal vez les guste. Pero si tienen una opinión parecida a la mía, entonces no se perderán nada.
Vivoleyendo
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2
8 de septiembre de 2007
24 de 102 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 1990. Por todas partes empiezan a acribillarnos con esta supuesta maravilla que se convierte en todo un fenómeno mediático. Suena una especie de musiquilla subliminal en nuestras pobres cabezas que repite sin cesar: "si no vas a verla, tendrás siete años de mala suerte, se te caerán los dientes y el pelo y te saldrán granos en el culo".
En los cines de mi ciudad (que entonces eran cines pequeños), todas las salas fueron invadidas por este aluvión. Y cuando digo todas, es que eran TODAS. Batman desplazó de las carteleras a otras películas (ni siquiera recuerdo cuáles eran, serían algunas de las que se estrenaron en 1990) y los carteles con el logotipo del murciélago coparon todos los puestos.
Jo, menuda maravilla debe de ser esto, pensé, desoyendo alguna vocecilla interior que me
avisaba del peligro.
De modo que, cómo no, ante tal invasión, me dejé arrastrar al cine. Allí acudí con mi primo, mi prima y el que por entonces era el novio de ésta.
Compramos las sempiternas chucherías cinéfilas, nos ponemos como benditos a la interminable cola que se prolonga todo a lo largo de la calle y esperamos a que abran las puertas del cine.
La cola es un variopinto ejemplo de las multitudes cinéfilas: familias enteras con niños llorones, pandillas de chavales en la edad del pavo, parejas ilusionadas ante la perspectiva de meterse mano a todo trapo en la penumbra de la sala... Hasta ahí, todo normal, todos en la estela de una promesa emocionante que está a punto de materializarse en la mágica pantalla blanca que observa impasible a los pardillos que han pagado su entrada.
Buscamos nuestros asientos, la sala se va llenando hasta los topes, todos tenemos esa sensación de anticipación que siempre precede al momento en que las luces se apagan.
La sala se sumerge en la oscuridad y los murmullos se acallan. La pantalla se ilumina y deja de ser una pantalla para convertirse en un mundo.
Empieza la película. Pero... Algo falla. Oigo cómo la familia que está sentada en los asientos de mi izquierda engulle sus palomitas, pelan sus pipas con una habilidad adquirida en años de práctica, los niños pequeños parlotean y mastican mientras sus padres les sisean para que se callen. Varias filas atrás (algo debe marchar muy mal para que me dé por mirar atrás...) se me confirma lo que ya se me había revelado en la cola de la entrada: algunas parejas se enroscan en besos tornillo sin demasiado disimulo. En las filas de delante, los chavales de las pandillas meten algo de ruido y lanzan risotadas sofocadas, ante los siseos furiosos de otros espectadores. Y por todas partes nos envuelve el sonido de las bolsas de plástico de las toneladas de chucherías que la gente es capaz de comer por minuto en el cine.
Sigo en el spoiler por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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