Yo la definiría como una adaptación de “Esta casa es una ruina” del 1986 donde salía Tom Hanks.
En algunos instantes hace gracia, y únicamente es un filme para pasar el rato incluso con la familia. Es corta, no te mata de aburrimiento y llega a captar la atención en todo momento. Eso si, no es para repetirla.

La más dulce historia se puede llegar a expresar a través de la humildad de dos personajes con vidas corrientes. Cualquiera puede, al ver esta película, llegar a encontrar un parecido de alguna situación que plasma la vida real de toda persona que desea enamorarse. Cada uno con sus sueños, sus méritos, sus miedos, sus ilusiones, sus tristezas…todo y mucho más, conecta con el argumento que te hará reflexionar y pensar si vale la pena abandonar, o de lo contrario, vivir y luchar. Probar lo bueno y nuevo. Olvidar lo malo y pasado.
Destacar las grandes interpretaciones de estos maravillosos actores que tanto Al Pacino como Michelle Pfeiffer están realmente estupendos y logran transmitir lo que viene a ser cada pequeño detalle de un relato romántico y para nada, empalagoso.

Solo podría describir con malas palabras lo que me ha parecido esta película. Para nada puedo darle adjetivos agradables porque cada segundo de este filme me parece repugnante.
Para mí es la peor película que he visto en mi vida. Únicamente aparecen actos sádicos y atroces....No pude acabar de verla de lo mal que lo estaba pasando.
Nunca he despreciado tanto una película como ésta; jamás volveré a verla y jamás la recomendaré a nadie.

La verdad es que las películas realizadas y protagonizadas por los hermanos Wayans dejan mucho que desear…(solo “El sexto hombre” de Marlon Wayans es buena).
Aún así, ésta en concreto, tiene unos puntos de gracia que a lo mejor sin darte cuenta te hacen dar la carcajada. No es para morirse de risa, incluso hay momentos que no tienen sentido; pero, ¿Qué más se puede desear? Solo para no pensar en problemas, dejar que una película te distraiga sin tener que estar atento/a y reírse de lo frágilmente mala que es, vale la pena verla.
Por último, decir que lo mejor de este filme es ver las tomas falsas y cómo se hizo, porque el verdadero trabajo lo realiza el “cuerpo”; no la “cabeza” de Marlon Wayans (siendo el hombre de las 100 caras).

Uf, que hartón de llorar. Solamente sabiendo que es un melodrama romántico y va de enfermedad, se sabe que hay muchas posibilidades de acabar llorando a mares. La película es preciosa, y las actuaciones tanto de Julia Roberts como de Campbell Scout son muy reales. Lo hacen tan bien que uno puede llegar a creerse que se quieren de verdad. Es realmente muy romántica, y vale la pena verla. No hay película que haya hecho Julia Roberts que sea mala, así que a disfrutarla.