Con un guión perfectamente recreado la época de la caza de brujas unido a una intriga de conspiración de nazis tenemos las dosis suficiente para ir aumentando de sorpresa en sorpresa.
El personaje principal muy bien interpretado va siendo el hilo conductor de manera brillante para resolver dicha trama.
Buen reparto y en la dirección todo un experto.

Con un guión bien elaborado, se nos presenta una trama que va desarrollándose con unos personajes progresan a medida que la historia crece.
Una dirección correcta y un reparto voluntarioso, esta historia de paciente y psiquiatra no sale de los patrones que en el cine acostumbran presentarnos.

Toda la película tiene un aire de comedia ligera, sin mucho más que añadir, sus interpretes salen más o menos airosos, pero queda todo como difuminado.
Siempre nos quedará New York, una ciudad que en nuestro imaginario está tan asociada al cine.
Correcta en su ejecución, flojea en el guión sin duda.
Pero se deja ver en la gran pantalla.

Mike Nichols ha sido un director que ha estado siempre cómodo en el género de las comedías, un género que no es fácil, con centenares y centenares de fallidas comedias, pero Nichols sabe elegir y adaptar guiones para la gran pantalla y dirigir a los actores, obteniendo de cada uno de ellos la mejor interpretación,con un lucimiento de sus protagonistas :Griffith, Weaver, Ford, Joan Cusack, Nora Dunn, Caroline Aaron, Olympia Dukakis,, Philip Bosco, Spacey.
Y como en otras películas de Nichols banda sonora a cargo de Carly Simon, que sabiamente nos seduce.

Douglas Sirk, fue uno de los mejores ejemplos de directores que supo entender cómo rodar un melodrama, y dejarnos algunas obras para la eternidad, intensa historia ambientada en la II Guerra Mundial, pero que podría ser cualquier guerra, conflicto dónde las personas , nuestros destinos nos deparan un tiempo para vivir, amar, soñar y un tiempo para morir.
Sobrios actores con una esplendida dirección de Sirk.