Que un film alemán haya abandonado lo que atañe a la representación física de grande personajes de –para bien o para mal- su propia historia, es algo casi inaceptable.
Ni Rommel era tan alto y gordito, ni Hitler era un alfeñique de nariz muy aguileña….ni Goering (que aparece de refilón) se caracterizaba por falta de volumen adiposo ni le quedaba floja la gabardina clara.
Y estas cosas no son nimiedades. Cuando nos ocupamos de una de las partes de la Historia más terribles, los hechos no pasan fácilmente al olvido, al menos, para las personas que desean enriquecerse con conocimientos. El personaje de Hitler se acerca peligrosamente al ridículo.
Obviando éstas cosillas del cine B, el resto puede entretener si no tenemos muchas exigencias.
Loteria

El peligro de saturar

Ésta obra de teatro filmada adolece de las mismas limitaciones tanto en el teatro cómo en la pantalla: está dedicada a un público informado de antemano en el estudio de la psicología y la psiquiatría.
El resto de los mortales que vamos a las salas no estamos interesados a que se nos tire encima un fárrago de temas trascendentales, unos detrás de otros –como puñalada de pícaro- sin darnos tiempo a internalizarlos y poderlos comprender y analizar. Así es que psicología, psiquiatría, ética, moral instintos y su lucha con el raciocinio individual, el amor y la pasión, la yuxtaposición con los deberes sociales y en especial los familiares y una decena de temas filosóficos y hasta metafísicos –gran discusión de Jung con Freud que abarca buena parte de la obra-; nos son espetado a nosotros los pobres espectadores sin benevolencia alguna y esperando que podamos comprender.
En fín, una obra de una batidora dirigido solamente a gente previamente capacitada. Mucho intelecto pero poco sentido común.

Bertrand Bonello nos ha demostrado ser un autor exquisito y de amplia cultura. Armar este primoroso espectáculo implicó una vasta cultura y un refinamiento personal elogiables.
La casa de tolerancia esta denominada con el nombre de un dios griego dado el “neohelenismo” predominante en la cultura de aquellos años. Esto le daba a la casa –tal vez- un cierto ocultamiento de los fines más carnales para los cuales estaba creada.
Bonello nos presenta su obra con cierta parsimonia necesaria para inducirnos en el ambiente poco iluminado y detallista de un prostíbulo francés del siglo XIX y comienzos del XX. Nada pasa por azar y el espectador debe esforzarse para no perder detalle pues todo es importante: desde la vida en un grupo ordenado y con normas rígidas necesarias, como tener en cuenta también el aclarador poco diálogo existente. Ambas cosas nos descubren una realidad que se extiende aún fuera de las paredes de la casona, contextualizándola en la sociedad toda.
Los amantes del cine estarán de parabienes

Siete hombres al amanecer II

Es un film interesante, remake de la versión de 1975 de Lewis Gilbert ,y es interesante observar la gran similitud en que ambas obras se acercan a una realidad contada con el mismo esmero en los detalle de la épica lo cual nos asevera la verosimilitud de lo relatado
LOTERIA

La profundidad está en su sutileza
Es que las distintas formas y variables de racismo aplicadas a los negros a través de toda su vida, y a su vez a traves de muchas generaciones, van surgiendo de a poco mientras transcurre la investigación de un negro asesina. El encargado es un Abogado y capitán enviado especialmente. Una persona seria, que emprende su tarea de descubrir la verdad en forma meticulosa y honesta.
En el devenir de las declaraciones de la variedad de personas -algunos son blancos- se va develando con hábil sutileza el terrible drama que viven los negros en USA. Sl meno con la ferocidad de los años ´40s.
Y no era que el -luego asesinado- instructor hubiera sido educado para parecerse a los blancos. Admiraba por ejemplo la destreza deportiva de la raza pero no comprendía ni aceptaba las ahora reconocidas capacidades musicales y de espresión artística de los mismos. En realidad nunca llegó -ni él ni su padre- a comprender la beleza interna de su gente.
El Investigador llega a comprenderlo todo, y de allí el final; que por suspuesto no contaremos.