Haz click aquí para copiar la URL
Rusia Rusia · Stalingrado
Críticas de Ferdydurke
Críticas 2.728
Críticas ordenadas por utilidad
4
17 de diciembre de 2017
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Es una denuncia evidente contra la barbarie de los negros que viven en las zonas rurales de Sudáfrica? ¿Y relacionada o derivada de esa brutalidad también se quiere criticar el clima atroz de continua agresión física y espiritual ejercida contra los muchachos incipientes o varones polluelos en edad del pavo? ¿Y más concretamente habla, se queja del sadomasoquismo reinante? ¿Y todavía más específicamente de la represión a la opción homosexual, como consecuencia de todo lo anterior o solo como un factor más dentro de un contexto de miseria moral y desprecio corporal?
No lo sé, pero en verdad tampoco deberíamos sorprendernos ni hacernos los exquisitos o escandalizarnos demasiado.
Aquí, en el Occidente más o menos desarrollado, también tenemos de todo eso. Sabemos mucho de la violencia perpetrada contra el propio cuerpo con nuestro consentimiento. Sin necesidad, además, de excusas culturales, de ritos iniciáticos muy claros o de presentar esos hechos horribles como valores sociales o comunitarios. En nuestro caso vale un porque sí y a correr. Porque es costumbre, moda, sale en la tele, lo hacen los demás o es el último grito de los más guay.
Veamos: tatuajes, piercings, pendientes, operaciones de carnicería estética, encerramiento de multitud de cuerpos drogados en lugares minúsculos sin luz ni oxígeno y soportando millones de decibelios a escasos milímetros de tus orejas, borracheras delirantes a edades demasiado precoces, suicidios/asesinatos masivos en coches que son armas de muerte, atracones bulímicos y obesidades mórbidas, delgadeces espantosas, celebración enloquecida del ejercicio físico como tortura agonística, ingesta de millones de pastillas por cualquier banal motivo, jóvenes hinchados, convertidos en pollos de granja, mujeres transformadas en maniquíes de paja, depilaciones horrísonas, insolaciones abominables, cientos de horas cada día delante de un electrodoméstico que emite basura sin interrupción como si fuera un estercolero que arrasa o engulle nuestro cerebelo, qué sé yo, ejércitos de zombis hipnotizados por luces luciferinas...
En fin, podría seguir hasta el fin con ejemplos palmarios y felizmente aceptados/exaltados por nuestra sociedad ideal (de la muerte), tan próspera, progresista y realizada satisfecha, llena de valores y hermosura y sentido, pero en verdad no son más que formas poco disimuladas de ejercicios blandos (o no) de sadomasoquismo feroz o segregaciones inevitables de una masacre dirigida/consentida, quizás simple pulsión de aniquilación o (auto)destrucción, tal vez nada más que el deseo de sentir algo real o cierto por una miserable vez.
Y falta lo mejor. Para que el placer sea completo, todas estas actividades de ocio satánico se hacen previo pago del torturado o víctima propiciatoria, sal en la herida. Hay una industria boyante alrededor de cada mínimo artilugio, adminículo, procedimiento o instrumento de dolor.
Sí, no miento. Nos sacan la pasta por destrozarnos la vida de mil maneras diferentes, por convertirnos en seres vencidos, derruidos, con el cuerpo descompuesto (como si fuera una valla publicitaria) y el alma devorada (por las termitas del entretenimiento/comercio más felón y abismal).
Por lo tanto, estos pobres y simpáticos negros sudafricanos practican, en comparación, juegos de niños, muy bestias y feos, sin duda mucho menos sofisticados y retorcidos que los nuestros, son hermanitas de la caridad, pellizcos de monja.
En cualquier caso, uno todavía tiene ojos en la cara y algún sentido más por ahí anda, algo debe de quedar de sensibilidad por dentro, y por fuera, para que esta película se haga desagradable, áspera, ruda, tosca y difícil de tragar en la mayoría de sus pocos pero largos minutos.
En su mayor virtud radica su gran defecto. En su primitivismo espontáneo y naturalismo recio como si fuera (¿lo es?) improvisado y sin afectar, en ese muestrario de encontronazos, amores violentos y ritos cafres expuestos al desgaire y al por mayor, sin mucho filtro, sin plastificar, ahí, en esa gracia bestia también encontramos su tedio, inanidad y brutal vulgaridad/simplicidad sin desasnar, en esas escenas o vacíos habladas entre dientes y tan bruscas y llenas de exabruptos.
Desde el comienzo salvaje con corte insoportable de pollas al viento, el espectador ya pena (por esos penes, sajados, violados) y se pregunta qué cosa es esa, ¿algo parecido a lo que hacen los judíos con sus niños de nombre circuncisión?, ¿o más que ver con la famosa y sobrecogedora ablación femenina?, ¿un hombre llamado caballo? Uno no sabe bien, pero se teme lo peor.
Y acierta. Seguimos, para que no falte de nada, con falta de agua y sueño durante una semana. Para continuar con la alegría e ir preparándose para la ascensión mística que propiciará alcanzar el estado de madurez deseado (sí, ya sabemos, o así nos lo han contado, que entre algunas tribus se solía estilar realizar ese tipo de ritos iniciáticos que marcaban el paso de la niñez a la adultez, de niño a hombre, pero, en nuestra abismal ignorancia y poca buena fe, santa inocencia, creíamos que eso ya había pasado a mejor vida, casi lo habíamos olvidado).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
31 de octubre de 2017
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El prólogo es absurdo y grotesco, la idea (el muñeco de nieve como imagen simbólica que amenaza terroríficamente) es de risa, el final, tópico y malo hasta llorar. Todo lo demás, mucho, tanto, entre aburrido, tonto y bonito; como si revolvieran las piezas de la historia para parecer que se cuenta algo mientras las van ordenando de nuevo.
Los actores y el director dan empaque, además del bello lugar magníficamente filmado, a una trama infame, de derribo, de cochambre, tan vista y conocida, tan ridícula y pobre que no se puede ya creer a estas alturas (sí, de la película).
Fassbender, J.K. Simmons, Val Kilmer (¡cómo estás!, amigo, yo entre exclamaciones afirmo, no pregunto) y el director Alfredson el topo tratan de disimular el guion de broma. Y no pueden. Claro que no. Nunca es posible salvar eso, menudo desperfecto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
16 de febrero de 2015
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miras el género y pone drama. Creo que es un error, grave, que se han confundido claramente. Es de terror (melodramático; entre el espanto y la llorera); este tipo de películas tratan de dar miedo, impactar, acojonar, hacer llorar y temerte lo peor (¿O es que hay algo más terrorífico que perder la memoria y, por lo tanto, toda tu identidad; no saber ni a quién quieres ni dónde estás o quién eres?). Juegan con las mismas cartas marcadas que las del gore con los cutres asesinos, que las de los Poltergeist y demás fanfarria fantasmal y patética. La diferencia es el material y que, en aquellas, afortunadamente, el susto bordea con el humor, aquí no, el horror, para más inri, va acompañado de sensiblería barata y lágrimas caudalosas. Y otra diferencia todavía más grande consiste en que mientras en las del uuuuuu y el ayayay solo quieren entretener, no tienen ínfulas, excusas o justificaciones, asustan para pasar el rato y hacer dinero, en estas, la que nos ocupa, son más hipócritas, se venden como necesarias o valiosas, como vehículos para llamar la atención sobre algún asunto espinoso; que tratan de visibilizar una enfermedad para así ayudar a los enfermos, eso se suele decir o se suele dar a entender, pero yo creo que en verdad pretenden lo mismo que las otras, hacer dinero y, para colmo, pasar por prestigiosos y concienciados. Esa postura podría haber estado justificada si hubiesen elegido la opción documental, el rigor y la información, las causas, las consecuencias, los posibles remedios, paliativos y demás instrumentos que sirven para entender y mejorar, pero no es el caso cuando se utilizan los recursos del melodramón más tramposo y facilón, de la llantina y el golpe bajo constante*, donde cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, cuando la verdad huyó despavorida ante un amaño tan burdo y una ficción tan tosca. Porque vamos a ver; es en realidad solo una grosera acumulación, sin descanso ni remedio, in crescendo, de miradas familiares llorosas, de situaciones comprometidas, de miserias creadas y recreadas, no naturales ni espontáneas sino todo lo contrario, preparadas para remover al espectador, para conmocionarle y dañarle en un ejercicio claro de manipulación emocional, recurriendo a la identificación más primaria, a la pena más obvia, al sentimiento más simple y bruto.
En cuanto a la forma, hay que reconocer que la película es elegante, educada y eficaz narrativamente, con una gran Julianne Moore y una lograda pericia de todos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
8 de octubre de 2013
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Demasiada autocomplacencia y ensimismamiento.
Inteligencia, ingenio e imaginación en un vehículo que da vueltas sobre sí mismo y no dice nada.
Futurismo añejo, estética naíf y kitsch en una historia cargante y empalagosa que desemboca en frivolidad y banalidad. Abrumadora brillantez que aburre y cansa. La obsesión por la ocurrencia, la originalidad y la maravilla.
La historia de amor de siempre transmutada en un mundo surrealista y autorreferencial, infantil y cansino.
La película intenta un acercamiento lírico y tierno; una aproximación delicada y elegante a la fragilidad y belleza del amor; a la dureza de una vida que no permite el triunfo de la inocencia y el humor. Sería una reivindicación de la libertad, el juego y la vitalidad que queda atascada, empantanada en una saturación insufrible de gracias sin gracia y juguetes absurdos; en un aluvión de tonterías agotadoras e inanes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
19 de agosto de 2021
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Tras los tres primeros capítulos salió esto, un 6 que le daba, la casa por la ventana, estaba buena, no entusiasmaba)
A la divina lumbre. Nada Algo Todo. Estafermo. Garabato de candil. Corremundos. Judío colorao. Endiablado y maravilloso.
Tan preciosa y correcta, bien hecha y cuidada, delicada y exquisita como superficial y roma, anquilosada, acartonada y bonita, Andalucía. Le falta dureza, peso, vuelo, riesgo, cuerpo, arrojo, le sobra hermosura y tiento, es mansa y bella.
Los sufrimientos solo llegan al final, como siempre lo más interesante de todo, el problema, el conflicto, el aguafuerte, la muerte, especialmente cuando se produce el cruce/choque de corrientes o de placas tectónicas artísticas entre el surrealismo pujante, la nueva ola, de Luisito Buñuel y Salvadorcito Dalí frente al andalucismo folclórico sublimado y cliché tan gitano y algo guardia civil de Federico, infantil, emasculado, asquerosamente ambivalente sexual, como él mismo dice rabiando/llorando, o su libro me parece, y parece a las personas que han salido un poco de Sevilla, muy malo; es una poesía que participa de lo fino y aproximadamente moderno que debe tener cualquier poesía de hoy para que guste a los Andrenios, a los Baezas y a los poetas maricones y cernudos de Sevilla, pero de ahí a tener nada que ver con los verdaderos, exquisitos y grandes poetas de hoy, existe un abismo, en palabras del cineasta aragonés; el resto del tiempo se pasa de chiripitifláutico y soleado, un regazo, no hay apenas crisis ni roce ni enojo, parecen todos ángeles del cielo, querubines rosados, ese repaso glorioso por tanta influencia poderosa, Galdós, siempre, Verlaine, el francés, Juan Ramón, Víctor Hugo, Rubén y Machado, y por tanto genio o simplemente estimado contemporáneo suyo, Alberti, Cernuda, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Guillén, Salinas, la generación del 27 en bloque, Góngora mediante con sus soledades, sin olvidar la música de Falla, el toreo bueno de Sánchez Mejías, ese mecenas, junto a la Argentinita, por supuesto, o el Cante Jondo del Caracol de pequeño o el del Niño de Jerez nada menos, todo ese grande elenco.
Su morbosa vida sexual, de tanto que dio que hablar la pobre, queda en amores hetero platónicos de primeras, en sus años más mozos y ñoños, un tanteo/jugueteo con Dalí, ahí lo dejan, no se meten en camisa de once varas estos educados señores, y la aparición fugaz, artista invitado, del leve villano Emilio Aladrén, el mediocre escultor como posible aprovechado del nombre, fama y dineros del poeta granadino.
Causa un poco de risa al principio cuando Federico dice, era muy joven el chaval, ese eterno atenuante, qué el solo cree en el amor universal y la igualdad total, palabras que salen de la boca y las mientes de un señoritingo de aúpa o mucho cuidado, de padre y muy señor mío, criado/amamantado/rodeado de criadas pobres y analfabetas que por mucho que las quiera/celebre/homenajee/ensalce tanto como se merecen no dejan de ser al fin y al cabo sus sirvientas, las de la otra clase, la de más abajo casualmente, a la que pertenecen todas aquellas que no tocan el piano precisamente (ay, Bardem, mío hermano).
La fotografía es luminosa y la voz en off constante que a mí no me molesta ese goteo de noticias como contexto, Cuba, Marruecos, los obreros, sus huelgas, Marx, la primera gran guerra, la dictadura de Primo de Rivera.
Hasta la fecha, vive del padre, un privilegiado, juez nada menos, y ha estrenado por fin con relativo éxito Mariana Pineda y, sobre todo, publicado el Romancero gitano, esa alhaja tan sonora y visualmente bella, el arquetipo destilado, elevado a la categoría de arte, lo popular como fiesta trágica, la palabra como gema de oro, cercana, que restalla y destella.
La gozamos, esas de cómic viñetas, pese a su blandura aterciopelada, perfecta, extraña de tan hierática, parece un museo de cera. Veremos qué más pasa. Aquí lo contaremos con todo lujo de detalles, que para eso estamos.
Muchos actores están doblados y él da el pego, se parece un huevo, está perfecto. Buñuel se pasa de ridículo y Dalí ahí le anda.
(Después de los últimos tres, la cosa ya no va tan bien, hielo donde no se debe, como a De Niro en toro salvaje, ese gran ultraje)
En carne viva. Una tragedia española.
La trama discurría plácida y con algún salero, más o menos, felizmente, llevábamos cuatro horas de travesía aproximadamente triunfal/superficial, cuando de repente aparece la tan temida guerra civil que siempre llega puntual a la cita la muy puta, horriblemente, que sirve igual para un roto que para un descosido, ese esperpento tremebundo, y Bardem pone la cámara con inusitada sutileza en la cara de unos pobres niños, se supone que para enfatizar la barbarie, para que nos demos cuenta de ello, elefante en chatarrería, y todo se va al garete o al trasto, a la mierda seguramente, se tira por la borda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow