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Críticas de fresenius
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Críticas 205
Críticas ordenadas por utilidad
El recuerdo de Marnie
Japón2014
7,1
5.629
Animación
8
25 de agosto de 2015
24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Omoide no Mânî" (When Marnie Was There - 2014) es el segundo largometraje de Hiromasa Yonebayashi, un director asociado por ahora al estudio Ghibli en el que lleva trabajando como animador desde "Mononoke Hime" (1997). Desde esta mítica película, obra maestra de Hayao Miyazaki, Yonebayashi ha participado en los principales títulos del estudio, en muchos de ellos como "key animator" que va más lejos de un simple animador ya que asume toda la responsabilidad de las escenas que tiene asignadas.
En el año 2010 Yonebayashi asume la máxima responsabilidad e inicia, bajo el amparo del estudio, su carrera como director con "Karigurashi no Arietti" (Arrietty y el mundo de los diminutos). El resultado fue más que notable, una película muy estimable amparada en un trabajo técnico impecable que viene dado por el "sello Ghibli". Y hablar de Ghibli implica calidad. Cuatro años despues Yonebayashi se confirma, se supera, y nos regala "Omoide no Mânî". Una película que se separa del sentido aventurero de su primer film para adentrarse en la dificil tarea de narrar los sentimientos humanos a traves de la animación. Y el resultado es muy satisfactorio, notable, en la buena dirección para intentar acercarse a las obras maestras de los fundadores del estudio. Es muy difícil llegar al nivel de "Kaze tachinu" (El viento se levanta, 2013) el último film de Miyazaki o la obra maestra que es "Kaguya Hime" (2013) de Isao Takahata, pero es de esperar, más bien desear, que Toshio Suzuki continúe su labor en el estudio Ghibli para amparar nuevos trabajos. Curiosamente Yonegayashi con "Omoide no Mânî" y Goro Miyazaki con "Kokuriko-zaka kara" (La colina de las amapolas) han conseguido superarse respecto de sus primeras películas y nos han ofrecido productos que están muy por encima en su género que muchas producciones, y no me refiero solo al anime sino a productos norteamericanos (léase aquí Disney, y Pixar últimamente), llenos de convencionalismos infantiloides, tendenciosidad hacia el “buenismo”, guiños para mayores, prisas y demasiados gritos.
Centrándonos ya en "Omoide no Mânî" decir de entrada que es todo un placer disfrutar de una historia contada con pausa, con el ritmo necesario muy del gusto y del proceder japonés. Ciertamente suele ser este precisamente uno de los inconvenientes que muchos achacan a este cine, pero yo lo disfruto intensamente. Porque aunque la historia que se cuenta en la película sea en realidad muy sencilla y juvenil, no en vano está basada en una novela para adolescentes de 1967 escrita por Joan G. Robinson, el empaque de la misma llega mucho mucho más lejos, porque hay tiempo para contemplar las escenas, porque la calidad de los escenarios dibujados, naturales o de interiores, es simplemente espectacular, porque es fascinante cómo se retrata el mundo rural japonés. En este último sentido la película pisa sobre terreno muy firme, no en vano muchas películas del estudio Ghibli han pasado por aquí y es imposible, viendo esta película, no recordar la grandísima obra maestra de Takahata "Omohide Poro Poro" (Recuerdos del ayer, 1991).
En cualquier caso, la fascinación o la reverencia que tienen muchos creadores japoneses por el mundo rural japonés, el huir de la tecnología y los convecionalismos modernos para adentrarse en el último reducto de la tranquilidad, la tradición y del amor por la naturaleza es digno de reflexión. Sólamente dentro del anime, a bote pronto y de los últimos años, puedo citar con facilidad títulos importantes como "Momo e no Tegami" (Una carta para Momo, 2011) de Hiroyuki Okiura, o las dos últimas películas de Mamoru Hosoda, "Samâ Wôzu" (Summer Wars, 2009) y "Ôkami Kodomo no Ame to Yuki" (Los niños lobo, 2012).
Pero,.... algún pero debe haber. Y lo hay. El último tercio de la película me parece algo precipitado. Una película que te va envolviendo poco a poco en la historia de Anna, una niña muy introvertida que tiene que luchar contra ese deseo de encerrarse en sí misma, de vencer las dificultades que tiene de manifestarse espontáneamente, de comprender por qué es así, que viaja a una zona costera donde conoce a Marnie, otra chica con su propio secreto... y todo va bien contado, pero al final la narración de la relación con Marnie se torna algo precipitada. A la película le faltan 15 minutos que particularmente estaría encantado de ver. Por otra parte, aunque la música no está nada mal, tampoco es que se quede en la memoria. Particularmente me molesta que el tema principal que aparece en los créditos finales esté cantado en inglés, una nimiedad en cualquier caso.
Finalmente mencionar una curiosidad sobre la animación de los personajes. En general todos los movimientos de los personajes me resultan muy realistas (Anna tiene dos o tres caídas que casi me resultan dolorosas de ver), como no podía ser menos siendo una producción tan cuidada. Sin embargo, el sello del propio Yonebayashi se puede detectar respecto de otras animaciones del estudio pues Yonebayashi también ha trabajado como animador fuera de Ghibli. No me negarán, aunque sea vagamente, la sensación de déjà vu al contemplar el semblante y los gestos de los personajes con alguno de los personajes de "Jin-Rô" (Jin-Roh: The Wolf Brigade, 1998) de Hiroyuki Okiura donde Yonebayashi trabajó de animador. Y no me negarán, más claramente, la coincidencia del semblante y los gestos de Marnie y de los personajes que habitan la casa del pantano con algunos de los personajes de la serie "Monster" (2004) de Masayuki Kojima donde Yonebayashi también fue "key animator".

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Recuerda, amigo lector, que esta reseña está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.
fresenius
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4
2 de julio de 2013
84 de 148 usuarios han encontrado esta crítica útil
J. J. Abrams ha consumado lo que ya se intuía en su anterior película: se ha cargado todo el sentido que tenía Star Trek a través de sus series, películas clásicas y películas de la Nueva Generación. Esto no es Star Trek, esto es aprovechar el nombre de la saga para hacer algo nuevo, adaptado a estos tiempos, un producto de consumo rápido y fácil para que el espectador no tenga que pensar mucho y a otra cosa que mañana se tragará la nueva de Transformers que, para el caso, es lo mismo.
“Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise, en una misión que durará cinco años, dedicada a la exploración de mundos desconocidos” … dejando para el espectador sólidos guiones en muchos casos, ciencia ficción de la buena para descubrir un futuro imaginado y cómo podría ser el desarrollo de la exploración de los cuadrantes de la galaxia. Y ya de paso ver cómo los dilemas éticos se adaptan a esta visión del futuro, ver las relaciones personales dentro de la nave, los motivos que mueven a los protagonistas principales. Pero todo esto se ha perdido. Ni siquiera la nave es ya un protagonista más, hemos dejado de ver la sala-comedor, el camarote del capitán y los demás camarotes, la sala de tele-transportación, etc… todo esto ya no importa. Eso sí, vemos la sección de ingeniería, pero es un caos.
J. J. Abrams es listo y avispado porque intenta no perder al fan de las series. Para ello deja detallitos por aquí y por allá, con referencias claras a alguna película clásica con la que tiene, al final, un desarrollo cuasi-paralelo. Todo esto mantiene atento al trekkie, que conoce el material y que pasa parte del tiempo distraído con la comparación para así no aburrirse entre tanta carrera, salto y destrucción. Pero ya no cuela. El final de esta película me ha parecido simplemente un insulto a uno de los mitos de la franquicia.
Finalmente, como película tampoco se salva. El guion es flojo y predecible, cuando no simplemente malo (véase p. ej. Uhura en plan besitos y “a tí te pongo yo derecho”), los actores hablan a gritos todo el tiempo, aunque habría que salvar, quizás, a Benedict Cumberbatch. Además, cada vez tengo más claro que el CGI está haciendo mucho daño al cine de género. Acabo harto de ver lo bien que hacen aquello de destruir edificios, de plantear escenas de acción con persecuciones imposibles, de rodar con la cámara dentro de la acción y sin que ésta deje de moverse, del montaje frenético con planos que no llegan al segundo. Parece que es un verdadero problema no rodar estas escenas desde un plano medio. Será porque es la moda, la película-vídeo-juego en la que no me entero de casi nada de lo que pasa, pero es que me da igual, sólo espero a que la maravilla de escena que ha costado un pastón termine para para ver el resultado, muy predecible en cualquier caso.
Star Trek terminó con Némesis (que tampoco es que terminara bien), lo que ha hecho J. J. Abrams es otra cosa. Temo seriamente por la continuación de parte clásica de Star Wars.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fresenius
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6
28 de octubre de 2018
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
El punto de partida: un padre y su hija de 13 años viven voluntariamente aislados en un parque nacional de Portland, Oregon. En ocasiones visitan la ciudad para coger algunas provisiones imprescindibles, aunque se muestran como autosuficientes en su vida en el bosque. Sin embargo, y a pesar de sus esfuerzos por no ser descubiertos, un error les lleva a ser detenidos por la policía.

No es "Leave no trace" una película que quiera explicar la situación de los protagonistas, ni quiera profundizar o dar sentido a lo que están haciendo. No hay preámbulo alguno y desde el principio la película pasa a mostrar los días o meses clave de la historia de estos dos personajes viviendo juntos. Eso sí, se van dejando algunas pistas por el camino, no demasiadas aunque sí más que suficientes, para que el propio espectador se vaya imaginando un poco de la historia de este padre y de su hija que han decidido alejarse de todo contacto humano, sobre todo por parte del padre. La complicidad que muestran los dos, el saber mostrarla sin necesidad de explicar y hablar, es uno de los puntos fuertes del film. Mi problema con la película ha sido, principalmente, el darme cuenta bastante tarde de que el film no iba a ir por el camino de pararse un momento y aclarar cosas, o el camino que finalmente te lleva hacia alguna trama escondida que acabará por salir a la luz. La realidad es que no es así. Como realmente no ocurre nada más que lo que se está viendo, sin trampa ni nada raro escondido, un segundo visionado puede hacer que la película mejore.

En cualquier caso el trasfondo de la historia, más bien la falta del mismo, hace cojear a la película en algunos aspectos, que se mencionan muy de pasada (la madre, que se menciona en un momento, es un claro ejemplo). Son cosas a las que ciertamente no favorece el supuesto "minimalismo" de la forma de contar. Aparte de algún componente demasiado irreal como la no existencia de maldad alguna en ninguno de los personajes que vemos pulular por la película, ni en funcionarios, policía, ni en vecinos, en absolutamente nadie.

Eso sí, la falta de dialogo se suple con creces en la interpretación de Ben Foster, inquietante en todo momento hasta que no sabes el motivo de su aflicción, e incluso sabiendo. Y muy especialmente la interpretación de la joven Thomasin McKenzie que sabe mostrar tanto el apoyo a su padre como las propias dudas de su propia situación. Entre los dos sostienen, desde luego, una película que sin estas interpretaciones habría sido demasiado plomiza.

La soledad por elección tiene tantos motivos como mentes hay que la eligen.
fresenius
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8
31 de agosto de 2018
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spacewalker (2017)
Dir. Dmitry Kiselev

Resulta curioso que en un mismo año en Rusia se estrenen dos películas con presupuesto similar dedicadas a contar las hazañas pasadas de los cosmonautas soviéticos. Y son dos películas muy diferentes por el enfoque que han elegido. Lo cierto es que, dentro de la historia de la carrera espacial, lo que atañe a Estados Unidos nos lo sabemos muy bien, pero por parte de la Unión Soviética también se realizaron grandes azañas, extraordinarias algunas, que han quedado muy ocultas en el hermetismo del bloque soviético. Parece que ahora están empezando a ver la luz.

El director Klim Shipenko cuenta en Salyut-7 (2017) el rescate de la estación espacial que llevaba dicho nombre por parte de la misión Soyuz T-13, que fue, verdaderamente, una hazaña. Por su parte, Dmitry Kiselev nos cuenta en Spacewalker (2017) cómo fue el primer paseo espacial (mejor Actividad Extra Vehicular, EVA) realizado por Alexey Leonov en marzo de 1965. Las dos películas están bien realizadas para el presupuesto que manejan y los efectos especiales son muy solventes, lo cierto es que es buen cine. La diferencia está en que en Salyut-7 se opta por inventar la mayor parte de lo que ocurre en aras de dar emoción y crear una buena película, pero que se quiere parecer demasiado a determinado cine americano, por no decir directamente al cine espacial de Michael Bay, mientras que en Spacewalker lo que prima es mostrar cómo ocurrieron los hechos realmente, que ya de por sí tuvieron lo suyo y por eso la película no resulta, para nada, pesada ni aburrida a pesar de que dura 140 minutos. Hay mucha preocupación en la película por mostrar cómo era la nave Voskhod 2, cómo era el primer traje espacial y cómo tenían que ser las maniobras a realizar. Y cómo la temeridad cuenta por ser los primeros en cada una de las etapas que ha tenido la carrera espacial.

La primera actividad EVA que realizó el ser humano no duró más de 15 minutos y dicho así parece poca cosa para montar una película tan larga. Al principio se nos presenta a los protagonistas, con un cierto aire a Elegidos para la gloria (1983), pero dura poco porque lo cierto es que no tardamos mucho en ver a los cosmonautas montados en la Voskhod 2. Lo que ocurre es que las dificultades que tuvieron que salvar los dos cosmonautas, Pavel Belyayev y Alexey Leonov, fueron tales que resulta milagroso que finalmente todo saliera bien. Supongo que esto no es un spoiler porque es historia de la astronáutica y Spacewalker no solo es cine emocionante, entretenido y muy bueno, también es cine donde se aprende.
fresenius
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Planetes (Serie de TV)
SerieAnimación
Japón2003
7,4
886
Animación
8
2 de octubre de 2013
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Planetes es una notable serie anime de ciencia ficción "dura". Consta de 26 episodios. Cuenta la historia de una sección de una empresa alojada en una estación espacial que orbita la Tierra y que se encarga de la recogida de basura espacial. Es el año 2075 y ya de paso vemos como la humanidad ya tiene asentamientos en la Luna y está preparando el gran viaje hacia Júpiter.

Todo el tratamiento que se hace de la forma de vida en la estación espacial, los paseos por el espacio o los viajes a la Luna y su estancia en la misma son muy veraces. Todos estos apectos están avalados por la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) ya que participó en el proyecto asesorando al autor de la misma, Goro Taniguchi.

Luego está la historia propia de cada uno de los integrantes de la sección de limpieza que no se aleja de los convencionalismos de muchas series, entretiene sin más. Pero como he dicho, lo que a mí me gusta de esta serie es lo veraz que resultan todos los escenarios y las acciones de los personajes de la serie. Un futuro cercano imaginado de forma muy veraz. Por fín una serie que tiene en cuenta las leyes de la física, el simple principio de inercia que tanto se pasan por el forro, por ejemplo, en Star Wars.
fresenius
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