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Críticas de Federico_Casado
Críticas 662
Críticas ordenadas por utilidad
9
3 de abril de 2012
179 de 270 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces en un país se ha dado una separación tan grande entre el público y un sector artístico: casi ninguna película española -a tenor de las cifras de la taquilla- interesa al público nacional. No nos engañemos: no se trata de internet, ni de un cambio en el modelo de negocio, ni de piratería, ni de las famosas descargas que quiere parar la ley Sinde-Wert. No. Se trata de que en 2012, aún siguen unos pocos haciendo prácticamente el mismo tipo de cine de hace dos o tres décadas, un cine que solo les interesa a ellos y sus amiguitos. Esto no es presunción, ni pedantería, señores. Es una realidad tan hiriente, tan palpable, que esta cercenando, cuando no destruyendo, la poquita industria cinematográfica española (y mejor ya no hablemos de la andaluza...). Aún recuerdo las palabras del maestro Luis García Berlanga, que decía que el cine no debería regirse por el Ministerio del Cultura, sino por el de Industria. Cuánta razón tenía, señores, cuánta razón tenía. Para que en Hollywood se hagan películas como "Los Descendientes", también tienen que hacerse "Resacón en Las Vegas". Y ahora que no me vengan los puristas hablando del "cine necesario": señores, el cine es espectáculo, básicamente. Entretenimiento. Si luego tenemos la habilidad de lanzar un mensaje, sea de la índole que sea, pues bendito sea Dios. Pero lo primero es entretener. ¿Que no funciona esa fórmula? Pues sólo tienen que ver "Avatar", por poner un ejemplo: entretenimiento puro y duro, espectacularidad a raudales... y encima mensaje ecológico, anticolonialista y antimilitarista en el mismo producto. Claro que es mucho más fácil utilizar personajes excluidos socialmente para hacer una crónica doliente de lo malo e lo injusto que es el mundo...pero lamentablemente, eso es lo que vemos a todos los días en los informativos, y lo que es peor, en la calle misma, a nuestro alrededor. Creo que eso no es lo que tiene que ofrecerle un cineasta a un espectador, sencillamente porque el que va a coger el coche, desplazarse, pagar el aparcamiento, pagar la entrada, lo que vaya a comer o beber en el cine (¿por qué nos llevamos las manos a la cabeza con comer o beber en el cine, si ya lo hacían los espectadores en las proyección de Griffith, en los albores del cine? el problema es la forma, y la educación, claro...) ya está harto de ver y oír ese mensaje. Y en el mismo tono. Hay que ofrecerle algo que no tenga, y que únicamente pueda experimentar en una sala de cine. (SIGUE EN SPOILER POR FALTA DE ESPACIO)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Federico_Casado
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6
27 de septiembre de 2015
100 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente, ha sido uno de los estrenos españoles que más he esperado en este año, y quizás es por ello que esperaba un poquito más de él. También hay que ser conscientes que es el primer largometraje como director de Dani de la Torre, y que como primera película es un debut más que honroso, entrando por la puerta grande en el panorama cinematográfico español y de la manera más compleja: haciendo género, y aún más, acción, thriller. Ese que pocos realizadores españoles se atreven con él, en parte por la necesidad de presupuesto, y en parte por la impericia que casi todos los directores del panorama nacional demuestran a la hora de enfrentarse a la complejidad técnica y narrativa de hacer cine de estas características.

Bueno, pues de la Torre hace gala de un gran pulso a la hora de narrar la historia con una factura que en nada tiene que envidiar a una gran producción de Hollywood. Viendo "El Desconocido" se rememoran muchas, muchísimas películas norteamericanas donde alguien que oculta su identidad intenta extorsionar a alguien para conseguir fines -dinero, matar al presidente, cumplir una venganza personal, y así un larguísimo etcétera que ya hemos visto en innumerables ocasiones...- pero quizás la que más recuerdo en este sentido sea "Última llamada" en la que un publicista es extorsionado por un francotirador oculto que le obliga a mantenerse al teléfono en un cabina.

El gran problema de "El desconocido" es que, adoptando el tono y la forma de este tipo de cintas, es una heredera voluntariosa pero fallida de la fórmula. Más que nada porque para acertar con estas películas hace falta que todo funcione como una maquinaria de relojería bien engrasada, sin un fallo, sin un retraso, sin un desliz. Porque en cuanto falle algo, el castillo de naipes se empieza a desmoronar y el desequilibrio termina por destrozar el cómputo final de la película. Y mal que me pese, ay, esto es lo que pasa: el poderosísimo arranque del film, que ya hemos visto en el tráiler hasta la saciedad -por cierto, un tráiler demasiado explícito, incluso con spoiler, diría yo...- cuenta cómo el director de un banco recibe una llamada de un desconocido a su móvil advirtiéndole que en los asientos de su coche hay instalada una bomba y que no podrán levantarse de ellos, ni él ni sus hijos a los que lleva al colegio, hasta que no le ingresen en una cuenta una gran suma de dinero que según él, le debe el banco y el propio director... una premisa realmente sugerente a nivel narrativo, pero que paulatinamente se va deshinchando.

Me explico: hay demasiadas trampas de guión, elementos que están puestos en la estructura que no aportan nada, y que intentan justificar torpemente un desarrollo argumental que poco a poco va dejando de ser creíble. En el segundo acto, hay un impass que se extiende demasiado, resultando a todas luces pesado. Tan pesado que llega un momento en que se estanca y sólo hacia el final de la historia vuelve a tomar ritmo. Claro que el guión de Alberto Marini podría haber solucionado todos estos escollos, pero aún así, es una película interesante, con momentos muy logrados, y sobre todo con una narrativa y montaje ejemplares para el cine español. Tendría que haberse afinado más la maquinaria de este relato, para que todo encajara a la perfección, estuviera engrasado y como en un juego de esos en los que una bola tira un cable, el cable enciende una cerilla, la cerilla quema una cuerda que tira un bolo y el bolo arrastra un cordelito..., el guión funcionara bien; no es así por desgracia. Y la verdad es que me molesta muchísimo, porque la cinta tiene todos los elementos para ser un producto legítimo producto comercial que funcione, y que encima pueda lanzar un mensaje social (para mi gusto, demasiado obvio e incluso adoctrinador en un -tópico- determinado sentido...).

Como suele decirse, mejor cabeza de ratón que cola de león, y el director del film lo ha entendido a la perfección: en nuestro país, una película como ésta es rara avis y sobresale por encima de la producción; pero en Estados Unidos, donde parece estar el lugar natural para este tipo de historias, no sería más que un telefilm premium, ya que esto lo hemos visto hasta la saciedad e infinitamente mejor hecho, rodado y producido. No digo interpretado porque Luis Tosar no tiene nada que envidiarle ni a Denzel Washington -muy prolífico en este tipo de películas- ni a Colin Farrell -ya citado en el anterior film "Última llamada"-, Gerald Butler, Gary Oldman y toda la retahíla de actores que han protagonizado en USA este tipo de historias.

En cambio, y desde mi punto de vista, los secundarios podrían haber estado un poquito mejor dirigidos, especialmente los niños, que llegan a ser demasiado cargantes, o Javier Gutiérrez, que llega a rayar en la sobreactuación en varios momentos (y en el caso de Gutiérrez, un excelente actor que domina todos los registros, ya sean cómicos o dramáticos y que nos ha regalado desde hace años brillantísimas interpretaciones en cine y tv, es más culpa de la inexperiencia del director con los actores, que de otra cosa...).

No obstante, insisto, es un golpe de aire fresco en la producción española, que cada vez tiene mayor diversidad y oferta al público, y aunque sea por ese arranque y por la interpretación del inconmensurable Tosar, ya merece la pena pagar la entrada.
Federico_Casado
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4
12 de marzo de 2019
123 de 174 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez que veo una nueva película de Marvel, se me remueven las tripas. Porque señores, Marvel siempre fue la editora de cómics más adulta de la historia, la que se basaba en los personajes más que en los superpoderes, la que humanizó a los superhéroes (el gran Spiderman es un adolescente que sufre bullying en el instituto, Iron Man es un borracho egocéntrico e inmaduro, el Capitán América es un tontaina idealista que descubre lo podrida que es la política, los 4F son el arquetipo de una familia norteamericana media con los problemas clásicos -ama de casa superada por el talento/trabajo del marido, marido demasiado ocupado que no presta atención a su familia y a la demanda de su mujer por tener hijos, el adolescente conflictivo y problemático, el típico matón de barrio cascarrabias-) ahora se ha convertido en un escaparate de colorines, explosiones y fanfarrias infantiles más propias de una película de dibujos animados. Claro, porque ¿qué podríamos esperar de Disney?

Esta gente tiene clarísimo que tras comprar la franquicia de Marvel, tienen que rentabilizarla y para ello se han preparado a base de bien, creando una estrategia comercial en varias fases, para llevárselo a lo bestia y sin contemplaciones. Lógicamente, las películas forman parte de esa estrategia mastodóntica y la narrativa, los personajes, las historias importan lo justo para que no chirríen demasiado, porque lo que realmente importa son las cifras de merchandising y entradas en los parques de atracciones. Ahí es donde está la pasta. Y ahí es donde van los niños y adolescentes, que son el público objetivo de estas películas. Hay una enorme diferencia entre las primeras adaptaciones Marvel al cine desde la primera Iron Man (2008) a las posteriores, ya que un año después, en 2009, Disney comenzó el proceso de absorción y transformación. De hecho, habría sido muchísimo más lógico que Disney hubiera comprado DC, ya que Supermán, Batman, Aquaman, Wonder Woman son infinitamente más "infantiles" y planos que todo el universo Marvel, pero está claro que Warner no quería soltar prenda.

El caso es que este proceso de infantilismo y banalización ha llegado a su cota más alta con la llegada de Capitana Marvel: esta gente va ya a calzón quitado, y en su deseo de "tomar el dinero y correr", saturan el mercado con publicidad, la pantalla con efectos especiales, los actores con estrellas famosas (Brie Larson, ganadora de un Oscar, Jude Law, Anette Benning, Samuel L. Jackson...) y muchos chistes. Y encima, un gatito que parece el primo del mismísimo Garfield -que digo yo que podrían haber hecho ya puestos un crossover y haberlo metido también comiendo lasaña...-.

El arco argumental de Miss Marvel (que es como se llamaba el personaje de cómic, y no Capitán -ni Capitana- Marvel...) era lo suficientemente jugoso para haber hecho algo mucho más profundo, mucho más interesante, pero se ha reducido a presentar a la mayor y más poderosa superheroína de toda la galaxia, cuando una piloto humana se ve expuesta a tecnología extraterrestre y se convierte en un ser casi omnipotente. Entrenada por superguerreros Kree en el planeta Hala, formará parte de un cuerpo de élite que viaja por el universo para protegerse de los malvados Skrulls, otros extraterrestres que son capaces de transformarse a nivel genético en lo que quieran...

En realidad, habría dado exactamente igual cuál hubiera sido el argumento, ya que se lo toman por el pito del sereno, y cada diez minutos cambia el sentido de la historia, los personajes son planos, maniqueos, insípidos pero ¿a quién le importa? ¿No salen muchos rayos, colorines, explosiones y persecuciones? ¡¡¡Pues ya está hombre, que es lo que esta gente viene a ver!!! En esta obscena fanfarria de efectos de ordenador muy poco se puede vislumbrar de lo que podría haber sido una historia interesante, que por lo menos aporte algo a todo el universo cinematográfico de Marvel/Disney, pero no, todo funciona a base de parches (nunca mejor dicho, puesto que llegamos a conocer de dónde viene el parche de Nick Furia... y es de verdadera vergüenza ajena).

Lo que sí es cierto es que Brie Larson está estupenda y que algunos (ojo, algunos) chistes, tienen su gracia, igual que hay secuencias de acción que merecen mucho la pena. Pero es un empacho tal, es una sobresaturación de muñequitos tan enorme que, al igual que sucedió en "Vengadores 2: la era de Ultrón" acabamos hasta las narices de explosiones, peleas, seres infográficos y rayos. Muchos rayos. Porque la Capitana Marvel tiene que echar muchos rayos, un empoderamiento a base de bien.

Es curioso que en España Capitana Marvel se estrenara el día 8 de marzo, en día de la igualdad, en el que la mujer reivindica sus propios derechos frente a cualquier discriminación. Y en realidad, estaría bien que se hubiese hecho esto pero de verdad, porque cuando vamos al cine a ver este panfleto vacío y hortera, lo único que nos encontramos son varias secuencias de acción mal hilvanadas, unos diálogos bochornosos, y un formato verdaderamente chirriante, estridente, tópico y ridículo. E insisto, tiene momentos divertidos y buenas secuencias de acción, pero todo es de una sobresaturación que llega a provocar tal hartazgo... que aburre. Qué pena de Marvel.
Federico_Casado
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4
22 de julio de 2010
125 de 190 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo confieso, esta ha sido una de esas películas que no he podido ver de un tirón. He tenido que dejar de verla, y al día siguiente, he vuelto al cine para terminar de verla. Demasiado empalagosa, demasiado pretenciosa, un verdadero empacho de imágenes fantásticas: unas pocas está bien, y quedan en el recuerdo cuando uno sale de ver una película pero… ¿dos horas y cuarto de esas imágenes? Demasiado, es exagerado. Intenta todas las veces dejar fascinado al espectador con cada plano y la narrativa poética y lírica (mucha música clásica con imágenes alteradas en tiempo y/o espacio, canciones clásicas de los años 50-60-70-80, infografía, preciosos planos publicitarios…) se convierte casi en una tortura. Es como si a un amante del chocolate lo hundieran en una piscina olímpica llena de cacao, y hasta que no se lo bebiera no pudiera salir. Menuda pesadilla, por mucho que a uno le guste el chocolate… Esta sobrecarga, además, se presenta desde el minuto uno, cuando este realizador belga –que dirigió la excelente “El octavo día”, uno de los mejores alegatos de la igualdad, con Daniel Auteil- empieza a contarnos la vida (o mejor dicho, las vidas, en plural) de nuestro protagonista, Nemo (que al igual que el pescadito de Disney, está más perdido que el barco del arroz). A partir de aquí, toda la película parece un intento desesperado de demostrar el dominio absoluto que el director quiere tener sobre el tiempo y el espacio, viajando hacia adelante y hacia atrás con una arbitrariedad que desconcierta al más pintado: todo gira en torno a un niño de 9 años, que elige vivir tres vidas, con tres niñas diferentes y a partir de ahí, agárrate que vienen curvas. (SIGUE EN SPOILER)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Federico_Casado
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7
24 de septiembre de 2016
76 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de su esplendorosa "La Isla Mínima", donde se repasaba con una lucidez y profundidad inusitada no solo una investigación criminal sobre dos niñas asesinadas, sino también un fresco de la sociedad española en la transición democrática, ahora Rodríguez da un paso más en la historia de España, para airear uno de los casos más sangrantes de corrupción en los últimos tiempos: el del exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán, aunque en realidad el maestro de marionetas, el que organizó, orquestó y encima se llevó todos los millones fuera Francisco Paesa, un personaje singular que fue empresario, espía, traficante de armas... un verdadero trilero de guante blanco, capaz de engañar a cualquiera, por cercano que le fuera. Alguien al que nadie -yo creo que ni él mismo...- conocía.

Antes de meterme en harina a la hora de hablar de la película protagonizada ejemplarmente por Eduard Fernández y José Coronado, quisiera hacer un matiz: me encantan las películas de espías, de intrigas, de recovecos... pero cuando hay acción. Jason Bourne, James Bond, Ethan Hunt (el de Misión Imposible) y así un largo etcétera de personajes realmente me parecen fascinantes. Pero cuando estas películas de espías no tienen acción, ni persecuciones, ni tiros, me resultan extremadamente tediosas, como por ejemplo casi todas las adaptaciones de John LeCarré que hemos visto (y con el máximo exponente de "El Topo" donde los intricados resortes de guión no consiguen que el espectador no se duerma en el sillón).

Bien, desde mi modesto parecer la complejísima red de engañifas que Paesa realizaba con la misma naturalidad que respiraba y que dejaba al Lazarillo de Tormes y a toda la picaresca española como a unos aficionados no es suficiente para mantener el ritmo de la cinta, que en algunos casos, decae notablemente y a la que solo la espectacular factura -Alex Catalán con una fotografía espléndida y sobre todo la magnífica banda sonora de Julio de la Rosa, uno de los mejores activos de esta película- consigue salvarla, sin olvidar por supuesto las interpretaciones realmente sobrecogedoras de Eduard Fernández, José Coronado, Carlos Santos y una contenida y acertadísima Marta Etura.

A pesar de ese ritmo en algunos momentos lento y la complejidad argumental -que a veces parece enmarañarse demasiado- "El hombre de las mil caras" tiene momentos brillantes, que vienen precisamente de mostrarnos no ya la parte de la historia de nuestro país -aunque esté muy bien narrada a través de informativos televisivos de la época- sino cómo funcionaban los entresijos y artimañas de Paesa. Son precisamente esos momentos los que dan fuelle e interés a la historia.

Siendo justos, la faceta de espía de Paesa es solo una de sus caras (y quizás sea la única que se ve en la película y que yo en mi ignorancia no veo dónde están las 999 restantes...); porque lo que este personaje era en realidad era un mentiroso compulsivo, alguien que para conseguir sus planes no dudaba en engañar hasta a su padre y que podríamos situarlo más en la órbita de Billy Ocean, el personaje de "Ocean's Eleven", lo que pasa es que en la versión cañí del equipo ni son once, ni son personajes interesantes -y aquí no quiero hacer spoiler, mejor ve a ver la película, que merece la pena-. Creo que este film debería haberse acercado más a "El Golpe" de Roy Hill, con un timo que había que articular con sumo cuidado, que a cualquier película de espías. Y por supuesto, guardarse en la recámara ese gran truco final con que coronar toda la trama -y que en la cinta queda algo desvaído...-. Incluso recuerdo dos películas que podrían haber sido dos referencias a la hora de articular este relato: por un lado "House of Games" de Mamet y por otro "Nueve Reinas" de Bielinsky. Habría sido mucho mejor haber jugado a las cajas chinas -donde cada caja tiene dentro otras muchas más- que al formato de "thriller", que como dije antes, sin acción se queda algo empequeñecido.

Porque en la película, aunque Paesa engañe con lucidez, ha sido un gran riesgo no situar al espectador como partícipe de esos timos desde el principio. Aunque supiéramos de ellos por la historia de nuestro país, creo que habría sido mucho más acertado hacer cómplice desde el minuto uno a todos los que estuvieran en la sala de cine, demostrando cómo Paesa era capaz de retorcer la realidad a su conveniencia con total naturalidad y lo que es mejor, con gran efectividad. De hecho ese intrincado, oscuro y misterioso personaje se merecía en realidad un tratamiento más profundo que el que vemos en el film, ya que el auténtico protagonista, el que evoluciona y cambia a lo largo de la historia no es precisamente ese "hombre de las mil caras", sino su amigo el piloto, cómplice de fechorías, y por supuesto, el exdirector de la Guardia Civil que se llevó la morterada y que tuvo que escapar a la carrera... para luego volver a entregarse.

No obstante, ésta es una película indudablemente interesante y muy recomendable, tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta, alternando momentos de tensión e intriga con un lúcido y retorcido sentido del humor.
Federico_Casado
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