Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Lafuente Estefanía
Críticas 1.892
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
27 de septiembre de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Verano en una playa del Báltico, de esas con bosques hasta la orilla. Sequía, pavorosos incendios forestales. También se quema el norte de Europa.
Elemento fuego.
Cuatro jóvenes comparten una casa. Devid (Trebs) es el socorrista de la playa y se pasa el día mirando desde lo alto el mar y los bañistas. Félix (Uibel) tiene quiere hacer un reportaje fotográfico sobre la mirada del hombre al mar. Papeles menores ambos, poco más que el peaje obligado a lo políticamente correcto.
Elemento agua.
Los personajes verdaderamente importantes son los otros dos. Sobre todo León (Schubert, gran interpretación), un niño grande y gordito, cenizo, desagradecido, egocéntrico, desagradable y egoísta que está a punto de concluir su segundo libro. Una especie de Nicholson menor, escritores ambos, en "Mejor imposible". Y queda Nadya (Beer), la vendedora de helados especializada en Heine empeñada sin fortuna en sacar lo mejor de León.
Elemento literatura.
Ritmo pausado estilo Rohmer al principio. Ya saben, lentitud y menudencias. Para luego pisar un poco el acelerador. Sin brusquedades.
Buena película este "Cielo rojo". Rojo por el fuego, por el vestido y la bicicleta de Nadya, por el tractor que arrastra el Mercedes averiado (también cascan los coches alemanes), por los camiones de bomberos que acuden a sofocar los incendios, por la sangre de las víctimas, por el alma literaria de los personajes.
¡Cielos, fuego!
Lafuente Estefanía
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
26 de septiembre de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Dentro del género de aventuras, las cintas ambientadas en el desierto ocuparon en nuestra infancia un lugar destacado.
El exotismo de los paisajes, el lujo de los palacios, el brillo de los vestuarios y de las armas, la velocidad de las cabalgaduras, la redomada maldad de los villanos, la belleza de las mujeres o la intrepidez de sus galanes. Todo ayudaba para disfrutar de este cine.
Pasados los años siguen resultando atractivas estas viejas películas dobladas con el lenguaje de los tebeos de la época: "¡Malditos esbirros!"
La historia tiene su originalidad con la atrevida suplantación que hace un modesto herrero en el papel falcónido para casarse con la princesa.
El guion, más que correcto, nos lleva de aventura en aventura con algunos golpes simpáticos. Y la realización muestra la profesionalidad y buen hacer marca de la casa.
¿Modesta? Sí, ahí están los decorados belenistas de cartón piedra o de grandes lienzos pintados. ¿Pero, qué me dicen de las veloces cabalgadas sobre la arena del desierto? ¿O el tira y afloja entre Princesa y Halcón llevando siempre aquélla la sartén por el mango?
Qué más da que los personajes resulten estereotipados. En poco más de una hora no da tiempo a muchos análisis y lo que interesa aquí es la aventura.
¡Por Alá! Buena para pasar un rato distraído un domingo por la tarde.
Lafuente Estefanía
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
26 de septiembre de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Estamos, para empezar, ante una de las más feroces y corrosivas descripciones de la guerra de Vietnam.
La historia, el "qué", trata del encargo que recibe un decepcionado capitán Willard (Sheen) de acabar con uno de los más brillantes soldados del Ejército, el coronel Kurtz (Brando), que al parecer ha perdido la razón y se oculta en lo más profundo de la selva camboyana.
A través de un magnífico guion, la realización nos transporta en helicóptero o en lancha a lo largo de un río que atraviesa la selva en una marcha apocalíptica, mientras nos lleva también al interior no menos apocalíptico de los viajeros. El río de la vida y de la muerte.
Todo para llegar a una especie de Jardín de las delicias donde la pieza a cobrar, una suerte de Buda panzón que impone su ley a una famélica legión de ex soldados, de ex personas, se ofrece mansamente al sacrificio en un aparente holocausto.
Hasta aquí el "qué". Poca cosa si tenemos en cuenta la importancia que Coppola concede al "como", a la forma de mostrarnos el viaje, a la impresionante sucesión de imágenes que llenan las dos horas y pico que dura la cinta, total para llegar a un final abierto un tanto decepcionante.
Más importante la salsa que los caracoles. De acuerdo. Pero no quita que nos encontremos ante una más que notable película.
Lafuente Estefanía
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
25 de septiembre de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las cosas claras y el chocolate espeso. El chocolate a la taza, naturalmente, aunque en sus orígenes parece que se tomaba como bebida líquida.
Las primera referencias datan hacia 1900 aC de culturas Centroamericanas que lo obtenían machacando las semillas del cacao ("Theobroma" para Linneo, "alimento de los dioses"), que lo tomaban directamente mezclado con agua. Luego aprenderán a combinar la pasta y la manteca que obtienen en la molturación para rendir mil formas diferentes de sabroso chocolate al añadirle azúcar.
Y desde aquellas tierras llegan enfundadas en sus capas rojas, como las cajas de bombones, una enigmática Vianne (Binoche) con su hija, para abrir su chocolatería en un pequeño pueblo francés donde impone su ley el conde Reynaud (Molina), una suerte de señor feudal que tiene a la población en un puño todavía en 1959.
Ya tenemos el argumento del cuento. Porque de un cuento se trata. Dulce, "pecaminosamente delicioso" como pregona el subtítulo de la cinta.
Buen guion y correcta realización que se centra en el enfrentamiento entre la brujilla chocolatera y el estólido señor de la plaza. Bien dibujados e interpretados ambos personajes, especialmente el segundo, acompañados por excelentes actores de reparto.
Tal vez sobre la parte de los visitantes fluviales con Depp a la cabeza. Rompen un poco el aroma del cuento.
Sobra también algo de azúcar. Demasiados bombones en la caja roja para nuestra glucemia.
Preferimos la solidez del chocolate espeso, como las cosas claras.
Lafuente Estefanía
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
24 de septiembre de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Eclipsado por las megaestrellas que ocupan todo el cartel, el congresista Wilson (Hanks) y la rica texana anticomunista Joana (Roberts), allí al fondo aparece con sus gafas oscuras y su traje barato Gust Avrakotos (Hoffman), un oscuro funcionario de la CIA de origen griego. Peyorativamente "Papadopoulos" para el distraído jefe de la comisión de Exteriores del Congreso que interpreta el inefable Beaty.
Pues bien, este modesto "Papadopoulos" se va a imponer en la escena a sus archifamosos colegas. Gloriosa la escena rompiendo el cristal del despacho de su jefe para evitar romperle la cara, o contratar a una bruja para que le eche una maldición que lo pierda.
El resto es un espléndido guion con diálogos punzantes y frases que cortan como cuchillos.
Tirando de ironía y de sarcasmo nos muestra la realización cómo se mueven miles de millones de los fondos reservados y opacos en el Congreso y en jolgorios varios. Todo entre cogorzas, polvos de una y de otra clase o viajes relámpago a Oriente Medio.
Alta política y baja cama.
Acertado el premonitorio epílogo del maestro zen. Todo por la fea costumbre de los americanos de "largarse antes de terminar los partidos".
Después de gastarse mil millones de dólares en armas, son incapaces de invertir un millón más en ayudas a la población civil. "Metimos la pata al final". Como siempre.
Buena película cuya ironía cierta militancia no termina de entender.
Lafuente Estefanía
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow